martes, 20 de agosto de 2024

¿Qué hay detrás del éxito de las medallas?

Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe. 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz. Carta Nº 250 – 18 agosto 2024 

“Espero que este acontecimiento (los juegos olímpicos) pueda ser un signo del mundo inclusivo que queremos construir y que los atletas, con su testimonio deportivo, sean mensajeros de paz y buenos modelos para los jóvenes en particular”.

“La constancia y la disponibilidad para hacer el bien son propiedades del ser virtuoso, de modo que nuestros actos no sean casuales e improvisados, sino fruto de un ejercicio y entrenamiento que conlleva esfuerzo y sacrificio, para que esas disposiciones se conviertan en hábito” (Papa Francisco).

En medio de tantas angustias y temores que sufre nuestro pueblo, desde París nos llegaron alegrías inmensas que elevaron nuestra autoestima nacional: 5 medallas conseguidas en los juegos olímpicos, una de oro, dos de plata y dos de bronce. Adicionalmente, se alcanzaron 6 diplomas olímpicos, lo que muestra que otros deportistas han estado muy cerca de lograr su consagración. En París participaron 40 atletas, y los ganadores de este año se suman a Richard Carapaz, Neisi Dajomes y Tamara Salazar, medallistas en Tokio 2020, y a Jefferson Pérez, oro en Atlanta 1996 y plata en Pekín 2008.

Es justo destacar sus nombres: Daniel Pintado, oro en 20 km marcha y plata junto a Glenda Morejón en relevos mixtos de marcha; Lucía Yépez, plata en lucha; Angie Palacios y Neisi Dajomes, bronce en halterofilia. También se obtuvieron diplomas olímpicos: Génesis Reasco y Luisa Valverde en lucha, Lisseth Ayoví en halterofilia, Glenda Morejón en marcha, y María José Palacios y Gerlon Congo en boxeo.

Al citar estos nombres, destacamos no solo su contribución al país, sino el esfuerzo y sacrificio que representan. De los 9 medallistas y diplomados/as, 7 son mujeres, subrayando la creciente importancia de la participación femenina. Al menos 3 son afrodescendientes, y ninguno proviene de Guayas o Pichincha, sino de provincias como Azuay, Los Ríos, Pastaza, Imbabura, Manabí, Carchi y El Oro. Todos provienen de familias humildes, habiendo alcanzado el éxito a través de su dedicación y constancia.

A lo largo de su trayectoria, estos atletas han recibido poco apoyo consistente del Estado. Algunos, como Neisi y su hermana, han logrado obtener publicidad y auspicios privados, además de algo de respaldo de los gobiernos descentralizados. Sin embargo, sus entrenadores y servicios médicos trabajaban con recursos limitados, y sus lesiones no siempre fueron atendidas adecuadamente; una atleta incluso comentó que “no tenía ni para los zapatos”. Ahora, tras alcanzar sus metas, reciben premios mientras el gobierno y el ministro de deportes se apropian de los logros, a pesar de la falta de apoyo consistente en el proceso.

Ecuador carece de una política eficaz de promoción del deporte; los centros de alto rendimiento están abandonados y deteriorándose. No se promueven las ligas barriales y provinciales, tampoco las federaciones deportivas, a las que además se les debe dinero. La desatención al deporte es parte de la falta de políticas sociales, sin olvidar que este está íntimamente ligado a la cultura, especialmente para la juventud. Quienes han apoyado han sido sus familias, algunas empresas privadas, federaciones y la Iglesia, promoviendo clubes, oratorios, campeonatos barriales, intercolegiales o universitarios.

Nuestros atletas son un faro para la juventud, que en gran parte se enfrenta a la falta de oportunidades, sin estudios ni trabajo, y bajo la amenaza de las bandas criminales. Es crucial que, desde las familias, las comunidades y el Estado se generen alternativas. El deporte y la cultura son herramientas poderosas, complementadas por una educación sólida y acceso a empleo digno.

Estos logros también nos demuestran que los éxitos se logran con esfuerzo, sacrificio y disciplina, y representan un camino de esperanza para todo el Ecuador en esta época de crisis profunda, cuando tantas personas recurren al dinero fácil ligado al narcotráfico, la extorsión, la delincuencia y otras actividades ilegales. Otra de sus lecciones es que, para lograr algo realmente valioso, hay que tener objetivos claros sobre lo que se quiere conseguir y lo que se debe hacer para alcanzarlo. Los políticos y autoridades nacionales y locales deben inspirarse en estos atletas y trabajar por un Ecuador más inclusivo y fraterno, con justicia y en paz.  #ComuniquemosEsperanza

("Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas).


Articulo original:
 http://www.justiciaypaz.org.ec/2024/08/carta-no-250-que-hay-detras-del-exito.html

Para contactar: cjusticiaypaz@gmail.com y justicia_ypaz@yahoo.com

PARA LA REFLEXIÓN Y LA PRAXIS:

  • ¿Qué mensajes nos transmite esta Carta 250?. ¿Qué podríamos decir de los atletas y deportistas canarios y españoles?.
  • ¿Nos hablan las olimpiadas de todo el trabajo previo que han llevado a cabo esos atletas y deportistas para poder llegar ahí (hay unas fases previas en las que muchos se quedan)?, ¿no es eso ya un enorme logro?. ¿Cómo consiguen estos atletas y deportistas llegar a las medallas?.
  • ¿Por qué son un ejemplo para toda la ciudadanía: políticos, economistas, empresarios, asociaciones, etc...?.
  • ¿En qué medida y cómo seguir su ejemplo allá donde nos encontremos y sea cual sea nuestro cometido?.

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