jueves, 11 de diciembre de 2025

No sentirnos defraudados por Jesús

3 Adviento – A
(Mateo 11,2-11)
Evangelio del 14 / Dic / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-iii-domingo-de-adviento-gaudete-3/?occurrence=2025-12-14&nskip=56457

En estos tiempos de crisis religiosa y confusión interior es importante recordar que Jesucristo no es propiedad particular de las Iglesias. Es de todos. A él pueden acercarse quienes lo confiesan como Hijo de Dios, y también quienes andan buscando un sentido más humano a sus vidas.

Hace ya algunos años, el conocido pensador Roger Garaudy, marxista convencido en aquel tiempo, gritaba así a los cristianos: «Vosotros habéis recogido y conservado esta esperanza que es Jesucristo. Devolvédnosla, pues ella pertenece a todo el mundo».

Casi por la misma época, Jean Onimus publicaba su apasionante e insólito libro sobre Jesús con el provocativo título de Le Perturbateur. Dirigiéndose a Jesús, decía así el escritor francés: «¿Por qué vas a permanecer propiedad privada de los predicadores, de los doctores y de algunos eruditos, tú que has dicho cosas tan sencillas, palabras directas, palabras que permanecen para los hombres, palabras de vida eterna?». 

Por eso pocas cosas me producen más alegría que saber que hombres y mujeres alejados de la práctica religiosa habitual buscan en mis escritos encontrarse con Jesús. Estoy convencido de que él puede ser para muchos el mejor camino para encontrarse con el Dios Amigo y para dar un sentido más esperanzado a sus vidas.

Jesús no deja indiferente a nadie que se acerca a él. Uno se encuentra, por fin, con alguien que vive en la verdad, alguien que sabe por qué hay que vivir y por qué merece la pena morir. Intuye que ese estilo de vivir «tan de Jesús» es la manera más acertada y humana de enfrentarse a la vida y a la muerte.

Jesús sana. Su pasión por la vida pone al descubierto nuestra superficialidad y convencionalismo. Su amor a los indefensos desenmascara nuestros egoísmos y mediocridad. Su verdad desvela nuestros autoengaños. Pero, sobre todo, su fe incondicional en el Padre nos invita a salir de la incredulidad y a confiar en Dios.

Quienes hoy abandonan la Iglesia porque se encuentran incómodos dentro de ella, o porque discrepan de alguna de sus actuaciones o directrices concretas, o porque sencillamente la liturgia cristiana ha perdido para ellos todo interés vital, no deberían por ello abandonar automáticamente a Jesús.

Cuando uno ha perdido otros puntos de referencia y siente que «algo» está muriendo en su conciencia, puede ser decisivo no perder contacto con Jesucristo. El texto evangélico nos recuerda sus palabras: «¡Dichoso el que no se sienta defraudado por mí!» Dichoso el que entienda todo lo que Cristo puede significar en su vida.

 
José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/3-adviento-a-mateo-112-11-3/

domingo, 7 de diciembre de 2025

Colapso

El desperdicio de comida y ropa, un atentado contra la Humanidad y la Creación.

La palabra colapso (del latín collapsus, que significa caída total) aparece por primera vez en un diccionario español en 1852 y en 1884 en diccionario de la RAE. Tiene múltiples acepciones, aplicada a la ecología, economía, historia, sociología, psicología, etc., examinando como las crisis medioambientales, energéticas, económicas, democráticas y políticas que se entrelazan unas con otras y presionan en múltiples direcciones. Hasta hace unos años el concepto y la palabra colapso se aplicaba a la diferente evolución de las culturas y civilizaciones que evolucionaban en diferentes direcciones hasta desaparecer.

Tal es el análisis que hace Jared Diamond en su libro "Colapso" donde identifica varios factores que contribuyen al colapso de las sociedades, como: la mala gestión ambiental de la Isla de Pascua, donde la deforestación y el agotamiento de recursos llevaron a la ruina de su civilización, o los Mayas que colapsaron por una combinación de factores de cambio climático severo de sequías prolongadas, la deforestación y la sobreexplotación de recursos.

Diamond concluye enfatizando la importancia de aprender del pasado para evitar futuros colapsos. Su análisis establece paralelismos entre los colapsos históricos y las tendencias actuales. A medida que las sociedades modernas se lanzan con voracidad hacia la industrialización y la globalización, el riesgo de repetir errores fatales aumenta. A diferencia de las sociedades pasadas, nuestra interconexión actual es tan fuerte que los problemas ambientales en una región pueden escalar rápidamente y convertirse en crisis globales para otra región, multiplicando la necesidad de actuar con verdadera urgencia.

Así ya hemos visto como los grandes incendios de un continente pueden llevar sus consecuencias tan lejos como a otro continente, pues los incendios forestales, impulsados por el cambio climático, generan humo y partículas que viajan miles de kilómetros, afectando a la calidad del aire y la salud de poblaciones enteras en diferentes continentes, como lo demuestran los episodios de humo en Sao Paulo por incendios en la Amazonía o las olas de humo que cruzan océanos, llevando sus consecuencias de zonas como América del Norte a Europa, transformando eventos locales en crisis globales con impactos en ecosistemas, economías y salud pública a escala planetaria, creando un círculo vicioso de emisiones y calor extremo, que genera episodios incontrolables, como estos días en Sri Lanka y otros países de Asia con más de 1400 muertos, cientos de desaparecidos, 9 millones de afectados y más de 1 millón de desplazados.

En Todo el Sistema Tierra todo está concatenado, interrelacionado, todo afecta a todo, y por tanto nada de lo que hacemos es neutro. De ahí que debemos actuar siempre con responsabilidad midiendo bien las consecuencias de todo lo que hacemos.

Por ejemplo: En 2022, el mundo desperdició 1.050 millones de toneladas de alimentos. Esto supone el desperdicio de una quinta parte (19%) de los alimentos disponibles para los consumidores, un desperdicio procedente tanto del comercio minorista como de los hogares y los proveedores de servicios alimentarios. A esto hay que añadir que el 13% de los alimentos se pierden en la cadena de suministro en el período comprendido entre después de la cosecha y la venta al por menor, según estimaciones de la FAO.

La mayor parte del desperdicio mundial de alimentos procede de los hogares. Del total de alimentos desperdiciados en 2022, los hogares fueron responsables de 631 millones de toneladas, equivalentes al 60%; el sector de proveedores de servicios alimentarios, de 290 millones; y el sector de minoristas, de 131 millones.

En los hogares se desperdician al menos 1.000 millones de raciones de comida cada día. En promedio, cada persona desperdicia 79 kg de comida al año. Algunos países como los Estados Unidos desperdician 164 kilos por persona y año, superados por Chipre con 294 kilos y Dinamarca con 254.

Algo muy parecido pasa con la ropa: El desperdicio de ropa es una crisis global impulsada por el fast fashion (moda rápida), con 100 mil millones de prendas nuevas producidas anualmente, de las cuales un 73-85% termina en vertederos o quemada, usándose cada prenda en promedio solo 10 veces antes de desecharse, generando montañas de basura textil, como las visibles en el desierto de Atacama, afectando gravemente al medio ambiente y comunidades vulnerables, a pesar de que gran parte de esa ropa es exportada como segunda mano al Sur Global como lo vimos en Guatemala con el anuncio de “abre paca”, que significa abrir una tienda con un lote de ropa usada, o de segunda mano, procedente de Estados Unidos.

Europa desecha cerca de 7 millones de toneladas de ropa al año (16 kg por persona), y EE.UU. desecha unos 37 kg por persona anualmente.

Tan enorme desperdicio de comida y ropa es una injusta y repudiable ofensa a los miles de personas que mueren de hambre cada día, o carecen de ropa para vestirse, así como al Planeta, la Madre Tierra, que la produce, que de seguir exigiéndole mucho más de lo necesario y de lo que puede producir, podemos acabar conduciéndola al colapso de todo el Sistema Tierra, cuyas primeras víctimas seremos nosotros, los propios culpables.

Vivamos más austeramente, con lo necesario, pero no con lo superfluo, para que haya lo suficiente para todos, como vivieron Juan Bautista y el Propio Jesús de Nazaret, como nos cuenta el Evangelio de hoy. En los países desarrollados parece que vivimos para TENER más, no para SER más.


Ver página Web cooperacion25.es
Feliz domingo a tod@s.-Faustino Vilabrille

jueves, 4 de diciembre de 2025

Recuperar caminos

2 Adviento – A (Mateo 3,1-12)
Evangelio del 7 / Dic / 2025
Lecturas: https://www.ciudadredonda.org/events/lecturas-del-ii-domingo-de-adviento-2/?occurrence=2025-12-07&nskip=56450

Es muy fácil quedarse en la vida «sin caminos» hacia Dios. No hace falta ser ateo. No es necesario rechazar a Dios de manera consciente. Basta seguir la tendencia general de nuestros días e instalarnos en la indiferencia religiosa. Poco a poco, Dios desaparece del horizonte. Cada vez interesa menos. ¿Es posible recuperar hoy caminos hacia Dios?.

Tal vez, lo primero sea recuperar «la humanidad de la religión». Abandonar caminos ambiguos que conducen hacia un Dios interesado y dominador, celoso solo de su gloria y su poder, para abrirnos a un Dios que busca y desea, desde ahora y para siempre, lo mejor para nosotros. Dios no es el Ser Supremo que aplasta y humilla, sino el Amor Santo que atrae y da vida. Las personas de hoy volverán a Dios no empujadas por el miedo, sino atraídas por su amor.

Es necesario, al mismo tiempo, ensanchar el horizonte de nuestra vida. Estamos llenando nuestra existencia de cosas, y nos estamos quedando vacíos por dentro. Vivimos informados de todo, pero ya no sabemos hacia dónde orientar nuestra vida. Nos creemos las generaciones más inteligentes y progresistas de la historia, pero no sabemos entrar en nuestro corazón para adorar o dar gracias. A Dios nos acercamos cuando nos ponemos a buscar un espacio nuevo para existir.

Es importante, además, buscar un «fundamento sólido» a la vida. ¿En qué nos podemos apoyar en medio de tanta incertidumbre y desconcierto?. La vida es como una casa: hay que cuidar la fachada y el tejado, pero lo importante es construir sobre cimiento seguro. Al final, siempre necesitamos poner nuestra confianza última en algo o en alguien. ¿No será que necesitamos a Dios?.

Para recuperar caminos hacia él necesitamos aprender a callar. A lo más íntimo de la existencia se llega no cuando vivimos agitados y llenos de miedo, sino cuando hacemos silencio. Si la persona se recoge y queda callada ante Dios, tarde o temprano su corazón comienza a abrirse.

Se puede vivir encerrado en uno mismo, sin caminos hacia nada nuevo y creador. Pero también se puede buscar nuevos caminos hacia Dios. A ello nos invita el Bautista.


José Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/2-adviento-a-mateo-31-12-2/

martes, 2 de diciembre de 2025

COMUNICADO 12/XII/25 en solidaridad con las personas migrantes y refugiadas.

La esperanza no puede ser sólo una palabra.

Hay casi 1300 jóvenes inmigrantes menores de edad entre nosotros, en esta isla, jóvenes sin familia, sin recursos, hacinados en los recursos que nuestro Gobierno Autónomo de Canarias ha dispuesto para garantizar al menos sus necesidades básicas: alojamiento, alimentación, salud,...


Hay entidades sociales como Nuevo Futuro, Cruz Blanca, Don Bosco, Cáritas Diocesana, Asociación Provivienda, El Buen Samaritano,... que sin ánimo de lucro colaboran eficientemente para que estos jóvenes puedan llevar una vida digna a la que como seres humanos tienen derecho.


Desde aquí y en este instante mostramos nuestro reconocimiento a esta labor que, sin embargo y según nuestra Ley de Extranjería, alcanza su punto final cuando estos jóvenes llegan a la mayoría de edad: sus 18 años.

 

La esperanza no puede ser sólo una palabra.

 

Llegado ese momento se ven abocados a la desprotección total: han de abandonar los recursos alojativos que antes habitaban tanto de las administraciones públicas como de las entidades sociales no gubernamentales.


Algunos con suerte hallan algún trabajo que muy difícilmente aguantarán al carecer de alojamiento y del descanso necesario en un lugar seguro, engrosando así las cifras de las personas sin hogar en nuestra isla que ya suman las 3.000 personas.


El resto tendrá que conformarse con lo que les puedan aportar los comedores sociales y recursos alojativos destinados para las personas que tienen en la calle su único hogar.

 

La esperanza no puede ser sólo una palabra.

 

Las entidades aquí representadas en este Círculo del Silencio y las personas que nos acompañan pedimos a nuestros gobernantes: 

  1. Dotación de recursos alojativos suficientes tanto para españoles como para extranjeros que incluyan los servicios mínimos de salud, alimentación y formación que faciliten la inserción social y no aboquen al abandono que la actual situación provoca.
  2. Reconocimiento de la antigüedad de las personas inmigrantes que entraron como refugiados y ahora necesitan cambiar su status y solicitar su permiso de residencia por arraigo.

Y a nosotros mismos, a toda la ciudadanía nos cabe plantearnos “qué mundo queremos construir si nos conformamos con lo que hay y no nos comprometemos a ser verdadera familia humana” donde no haya nada que nos divida. Porque…

 

La esperanza no puede ser sólo una palabra.

 

Mesa por las Migraciones

DIÓCESIS NIVARIENSE