Mc.5,
21-43 (Para el domingo 1 de julio de 2018).
“Aunque
nada cambie, si yo cambio, todo cambiará” (Marcel Proust)
“Pueden,
porque creen que pueden” (Virgilio)
El
pasaje del Evangelio de este domingo nos habla de dos hechos muy significativos
de Jesús de Nazaret: la curación de una mujer que llevaba años enferma, y la de
una niña que según el padre estaba muy enferma, según los familiares ya estaba
muerta cuando llegó Jesús a su casa, pero que Jesús dice sencillamente que
estaba dormida.
1.- Desigualdad:
En los dos casos Jesús resuelve la
situación, tanto de la mujer como de la niña, demostrando una sensibilidad
exquisita hacia las necesidades de la gente: jamás acudió nadie a El sin que
fuera atendido diligente y eficazmente. Hoy tenemos medios de sobra para
atender así a todo el mundo.