1.
Mira a todos con
RESPETO y BENEVOLENCIA.
2.
No hables mal contra
nadie, NO CONDENES a ninguna persona, a ningún grupo, a ningún pueblo, a
ninguna institución.
3.
PERDONA las injurias
presentes y pasadas, líbrate de las garras del odio, guarda la libertad de tu
corazón para amar, para convivir, para comenzar una vida nueva cada día.
4.
DESEA SIMPLEMENTE LA
PAZ con todos, la colaboración, la convivencia, el gozo de la fraternidad y del
servicio.
5.
Trata de SIMPLIFICAR
LOS PROBLEMAS en vez de agrandarlos; no acumules las sombras, busca en todo los
resquicios de luz y los caminos de la esperanza.
6.
Ten el VALOR de
negarte a colaborar con cualquier proyecto violento, apártate de los que
enseñan y practican el odio, la venganza, el amedrentamiento y la violencia.
7.
Crea en torno a ti
SENTIMIENTOS Y ACTITUDES DE PAZ, de concordia, de convivencia, de misericordia
y de consuelo.
8.
APOYA a los que
trabajan sinceramente por la paz, en la verdad, en la libertad y en la
justicia.
9.
Dedica algún TIEMPO
A TRABAJAR tú también por la paz, con serenidad, esperanza y generosidad.
10.
PIDE A DIOS que te
dé el espíritu de la sabiduría de la bondad, de la fortaleza y de la
generosidad para ser instrumento de su bondad y de su amor en un mundo renovado
donde todos podamos vivir en la verdad, el amor, la libertad y la fraternidad.
Mons. Fernando Sebastián Aguilar (arzobispo de
Pamplona y obispo de Tudela).