Martes, 16
Septiembre 2014 18:22
Continuamos
compartiendo nuestra lucha diaria con ustedes con la esperanza de que nuestro
grito pueda ser escuchado en todo el mundo.
Somos
como el hombre ciego de Jericó (Mc 10, 46-52), el cual no tenía más que su voz
para implorar misericordia a Jesús. Aunque algunas personas lo ignorasen otras
lo escucharon y lo ayudaron. ¡Nosotras contamos con personas que nos escuchen!.