lunes, 13 de mayo de 2024

¡Vino nuevo en odres nuevos!

Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe. 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz. Carta Nº 236 – 12 mayo 2024 

“Ciertamente que, en la vida, como en sus diferentes configuraciones y estructuraciones, hay mucho que mantener, por esa ley humana de la estabilidad y continuidad que le da sentido a la armonía básica de todo crecimiento, pero no es menos cierto que la auténtica humanidad crece y se desarrolla, como tal, por osados saltos de novedad, por el bienaventurarse detrás de alternativas inéditas”. Papa Francisco.

El presente tiene raíces en el pasado, el no tener conciencia de los errores pone en riesgo volverlos a cometer. Así también, los esfuerzos y logros del pasado explican muchos de los aciertos del presente. La historia de nuestros pueblos y naciones es como un cordel de muchos colores, con nudos, quiebres vueltos a unir, a veces figuras desconocidas y otras muchas que vienen desde siempre. Una constante en la historia es el afán de la mayoría de construir días mejores para todos. Es común, por ejemplo, escuchar a personas que dicen “yo hago cualquier cosa, con tal que mis hijos no tengan que pasar por lo que yo he pasado”. Esta frase parece ser la semilla del desarrollo.

Lo más importante de este proceso es coincidir todos, o al menos la mayoría, a una visión común de a dónde queremos llegar. Esto se conoce como una “visión de futuro”.

Hay formas distintas de ver el futuro. Para los cristianos, el futuro compromete la realidad del aquí y ahora, así como la esperanza de creer firmemente en lo que construimos cotidianamente de manera colectiva y solidaria para hacer realidad el Reino de Dios. La visión de futuro debe ser formulada y aprobada mediante el diálogo, el debate, la inclusión sin exclusiones de ningún tipo. Tampoco caben los mesianismos, ni los populismos de derechas ni de izquierdas.

La mayoría de las personas están convencidas que la visión de futuro está asociada al poder, al tener y al aparecer. Socialmente nos hemos olvidado del servicio, del compartir y de ser auténticos. Queremos que cambie el tejido social sin iniciar con un cambio personal. Seguimos colocando porfiadamente el vino nuevo en odres viejos, y el vino nuevo revienta los odres viejos. Para construir el futuro “no debemos tener miedo de dejar los "odres viejos": es decir, de renovar los hábitos y las estructuras… que ya no responden a lo que Dios nos pide hoy para que su Reino avance en el mundo…" (Papa Francisco).

Los partidos políticos y las instituciones gubernamentales son esos odres viejos que evitan renovarse. Están fatigados, desconectados, por eso son incapaces de sintonizar y procesar la realidad socioeconómica, política, cultural, que es el vino nuevo, por ello no proponen, ni impulsan, ni garantizan procesos que respondan a la gravísima situación en la que viven las personas más pobres y vulnerables. La visión de futuro que tienen es pacata, excluyente y al margen de los intereses colectivos.

El Ecuador está todavía lejos de vivir una democracia real; los partidos políticos no practican la democracia que dicen propugnar, se han convertido en tiendas electoreras, no presentan proyectos políticos, les interesa el triunfo de sus candidatos, allegados al cacique del grupo, muchos sin identificación partidaria y peor aún, sin cualificación moral y administrativa. Los gobiernos elegidos en este sistema irregular y tramposo llegan a apoderarse del poder como que les perteneciera en propiedad, olvidando a sus mandantes y ejerciendo las diversas funciones del Estado a su capricho y beneficio. La consecuencia ha sido una dramática situación de corrupción e impunidad.

Es inminente construir y consolidar una visión de futuro, saber qué queremos para nosotros y para nuestros hijos. Hay numerosas experiencias exitosas de autogestión, sobre todo en sectores rurales y urbano marginales que son ejemplo de productividad, cooperación, eco-calidad, cuidado del medio ambiente, ocupación de mano de obra, abaratamiento de costos de producción, empleo de energías alternativas, valoración e igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. Allí están las semillas de futuro que buscamos. Vino nuevo en odres nuevos. #ComuniquemosEsperanza

("Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas).

Articulo original: http://www.justiciaypaz.org.ec/2024/05/carta-no-236-vino-nuevo-en-odres-nuevos.html

Para contactar: cjusticiaypaz@gmail.com y justicia_ypaz@yahoo.com

PARA LA REFLEXIÓN Y LA PRAXIS:

  • ¿Nos suenan esas situaciones políticas de Ecuador a lo que pasa en nuestro país?, ¿qué ejemplos podríamos poner para poder afirmar que sufrimos aquí esos mismos problemas?.
  • ¿Qué ejemplos de "vino nuevo en odres nuevos" aporta esta Carta 236?, ¿quiénes los protagonizan?. ¿Quiénes son en Canarias y España los que también siguen ese ejemplo?.
  • ¿Cómo podríamos hacer para renovar, transformar, revitalizar nuestros partidos políticos, nuestros gobiernos nacional y autonómicos, para que puedan ser realmente fieles al electorado y no tanto a sus conveniencias partidistas o peor aún a las particulares?.
  • ¿A qué nos podríamos comprometer para propiciar esos cambios, o al menos que empiecen a darse devolviendo así la confianza del electorado canario y español en la clase política y también en nosotros mismos?.

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