"Las
personas que se ven obligadas a trabajar entre las diez de la noche y las seis
de la mañana suelen sufrir diversos problemas tanto físicos como psicológicos".
Escrito
por Eva Salabert, Periodista experta en salud.
- Rotación
de turnos, ¿cómo afecta a la salud?.
- ¿Qué
dice la ley sobre los turnos de noche?.
- ¿Cómo
organizar los turnos de trabajo?.
Hay
estudios que demuestran que trabajar (de forma permanente, o rotatoria) en
turno de noche tiene consecuencias adversas sobre la salud de las personas,
especialmente si el trabajador tiene este turno durante mucho tiempo.
El
organismo de los seres humanos está preparado para trabajar de día y descansar
de noche. Por este motivo, durante la noche disminuyen las aptitudes físicas y
mentales de las personas, y mantenerse despiertos y realizando una actividad
que requiera concentración supone un mayor esfuerzo del que necesitarían
durante el día para hacer lo mismo. Este “desgaste extra” tiene un efecto
acumulativo y puede originar afecciones como hipertensión e
hipercolesterolemia, lo que a su vez incrementa el riesgo de sufrir
cardiopatías.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que un trabajador envejecerá prematuramente cinco años por cada 15 años que permanezca en horario de trabajo nocturno. Aunque los problemas de salud no se empiecen a manifestar hasta después de cinco o 10 años de trabajo nocturno, la disminución del rendimiento del trabajador a consecuencia de la fatiga acumulada por la inadaptación al horario, es mucho más fácil de detectar.
Las personas están más alerta y rinden más entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde. Fuera de este horario, sobre todo si se sobrepasan las ocho horas de trabajo, es más fácil cometer errores y, por lo tanto, los accidentes laborales son mucho más frecuentes y graves. La siniestralidad se incrementa en relación con el ritmo y la carga de trabajo y, además, también aumenta la posibilidad de tener un accidente al regresar el trabajador a su casa tras la jornada laboral.
El
horario de trabajo no sólo afecta a la cantidad y calidad del sueño, también
tiene repercusiones sobre la conducta alimentaria del individuo. Para mantener
una buena salud es necesario llevar una dieta equilibrada, que aporte los
nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo, pero,
además, es conveniente que los alimentos se repartan en varias tomas a lo largo
del día, al menos tres y, a ser posible, que se trate de comida caliente. El
trabajo nocturno también desestabiliza los hábitos alimentarios y, con
frecuencia, los trabajadores que hacen este turno ingieren comidas rápidas que
no tienen la calidad suficiente. El problema suele ser que cuando se levantan
no tienen apetito y, cuando lo tienen, están trabajando, y si no pueden hacer
un descanso para tomar una comida caliente y adecuada a sus necesidades, calman
el hambre con cualquier chuchería.
Unos
hábitos alimentarios inadecuados y mantenidos en el tiempo ocasionan trastornos
en el aparato digestivo como gastritis, ardor de estómago, gases, úlcera de
estómago, digestiones pesadas... Además, el consumo frecuente de ciertos
alimentos como bocadillos de embutidos grasos y dulces, en sustitución de una
dieta equilibrada, que resulta más difícil de seguir con el horario de turno de
noche, origina sobrepeso y obesidad.
Problema
psicológicos relacionados con el turno de noche.
Entre
los trabajadores del turno de noche también son mucho más frecuentes los problemas psicológicos que entre la población general. Esto no sólo se debe a
los trastornos físicos que les provoca la falta de un horario regular para
descansar y comer, sino que deriva sobre todo de la dificultad que tienen para
llevar una vida social satisfactoria.
Todas
las actividades cotidianas están estructuradas para ser realizadas en horario
diurno. Como la mayoría de las personas duermen desde las once o doce de la
noche hasta las seis o las siete de la mañana, y trabajan, estudian, o realizan
otro tipo de actividades durante el día, se considera normal destinar las
tardes y los fines de semana a las relaciones sociales y familiares.
Los
trabajadores de turno de noche, sin embargo, ven limitadas sus posibilidades de
interaccionar con los demás. Se resiente su relación de pareja y también la que
mantienen con sus hijos, ya que apenas pueden pasar tiempo juntos y, además, el
resto de la familia debe adecuarse a su horario de sueño y limitar ciertas
actividades en el hogar que podrían interferir con su descanso. Si los dos
miembros de la pareja trabajan es más difícil todavía organizarse para
compartir el ocio, o realizar actividades en común o compartidas con los hijos.
Esto es especialmente difícil cuando trabajar en turno nocturno supone tener
que hacerlo también los fines de semana y/o festivos como Navidad, Semana
Santa, etcétera.
El
trabajador, además, puede desarrollar con el tiempo el denominado síndrome
burnout (síndrome de estar quemado), que se caracteriza por un agotamiento
emocional que se manifiesta con un cansancio excesivo, tanto físico como
psicológico. El individuo, entonces, se aísla socialmente y mantiene una
actitud fría y distante hacia las personas de su entorno, disminuyendo también
su eficacia en el trabajo. La fatiga no remite con el descanso y el afectado
presenta síntomas como: reducción de su capacidad de concentración o de memoria
a corto plazo, dolores musculares, cervicales o multiarticulares (que no son
consecuencia de una enfermedad diagnosticada, como la artritis), dolor de
cabeza, sueño de poca calidad, y malestar prolongado tras realizar algún
esfuerzo.
En
general, los problemas que afectan con mayor frecuencia e intensidad a los
trabajadores del turno de noche son:
- Alteración del ritmo circadiano, que tiene como consecuencia un déficit permanente de sueño.
- Insomnio.
- Fatiga crónica.
- Trastornos digestivos (ardor de estómago, gastritis, malas digestiones) y del aparato circulatorio.
- Cambios en el carácter, irritabilidad, nerviosismo y agresividad.
- Depresión.
- Ansiedad.
- Estrés.
- Problemas en sus relaciones sociales y familiares.
- Dificultades para llevar una vida sexual satisfactoria.
- Mayor incidencia en el consumo de alcohol y tabaco.
- Disminución en el rendimiento laboral.
- Aumento de la susceptibilidad a sufrir un accidente.
PARA NUESTRA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO:
- ¿Son todos los trabajos nocturnos actuales imprescindibles?, ¿se podrían suprimir al menos una buena cantidad de ellos?. ¿Cuáles concretamente?.
- ¿Qué habría que hacer o cómo organizar la vida social para lograr disminuir este tipo de trabajos, los nocturnos?.
- ¿A quién o a qué le interesa, especialmente, que siga desarrollándose este trabajo durante las noches sin necesidad ineludible y no por el día o no sólo durante el día?. ¿Quién o qué queda perjudicado, especialmente, por esta práctica laboral nocturna?.
- Hagamos una tabla comparativa relacionando estos trabajos nocturnos analizando o describiendo sus "causas" y "consecuencias" y señalando también sus "pros", "contras" y "dudas" que nos genera tanto el que "se lleven a cabo" como que "no se lleven a cabo". ¿Qué conclusiones obtenemos al final?.
- ¿Qué podemos hacer al respecto?.
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