Comisión ecuatoriana Justicia y Paz. Carta Nº 221 – 28 enero 2024
“Cuántas matanzas de inocentes en el mundo: en el vientre materno, en las rutas de los desesperados que buscan esperanza, en las vidas de tantos niños cuya infancia está devastada por la guerra.
Estos niños cuya infancia ha sido devastada por la guerra, por las guerras, son los pequeños Jesús de hoy” Papa Francisco.El 9 de enero, el Presidente de la República
declaró que Ecuador “enfrenta un conflicto armado interno”. Durante los dos
últimos años hemos vivido bajo una escalada amenazante de violencia, presencia
de delincuencia organizada, homicidios, amenazas, extorsión, sicariato…; ya se
habla del Ecuador como el país más violento de América. En 2023 se registraron
7592 muertes violentas, lo que se traduce en una tasa de 40 homicidios por cada
100 mil habitantes. Cuanta inseguridad, miedo, llanto y lamentos.
En este contexto de dolor y sufrimiento,
4 menores entre 4 meses de nacidos y 7 años son asesinadas por error en
Guayaquil. Un adolescente de segundo año de bachillerato irrumpe en su colegio
con un arma de fuego, felizmente es reducido y desarmado sin haber provocado
victimas… Y otras muchas más imágenes con protagonistas adolescentes y jóvenes.
Los delincuentes que incursionaron en el canal televisivo estaban comprendidos
entre los 17 y 25 años. Aventura dolosa y seguramente manipulada por los
verdaderos capos y verdugos de las grandes mafias transnacionales traficantes
de estupefacientes y muerte. Es una constante en situaciones de violencia que
adolescentes y jóvenes sean utilizados preferentemente para realizar acciones
delictivas. El proceso de reclutamiento, seguramente, es forzado, con dolor y sufrimiento.
Cuántos de ellos morirán y los demás quedarán con terribles lacras y con daños
colaterales múltiples y de variada índole para el resto de su existencia.
El empobrecimiento creciente de la población, la falta de oportunidades, el crecimiento de la economía del delito son el caldo de cultivo para una pérdida de identidad y de sentido de pertenencia, amenazas a las que son más sensibles los adolescentes y jóvenes, convirtiéndose en presa fácil de actividades criminales.
Junto con el reclutamiento forzado de
menores para actividades ilícitas, la realidad de violencia, desamparo y
fatalidad, sabemos de numerosos chicos y chicas quienes, a riesgo de perder la
vida, tratan de emigrar del país como si se tratara de una huida contra toda
esperanza. Los crecientes suicidios de menores de edad no deberían dejarnos
dormir tranquilos.
La única solución que debemos dar como
País para superar el estado de inseguridad social, angustia y dolor es superar
el estado de abandono en que sobreviven poblaciones enteras y para ello es
indispensable más allá de las medidas punibles, asegurar para todos, mejores
condiciones de vida con alternativas de desarrollo factibles y con los medios y
recursos necesarios. Las políticas de investigación, enjuiciamiento y sanción a
los culpables del estado crítico de violencia social que vivimos deben estar
dirigida a los verdaderos capos de las mafias internacionales con
ramificaciones nacionales que se valen perversamente de menores para sus
fechorías lucrativas.
Los niños, los adolescentes y jóvenes en particular, por su vulnerabilidad, necesitan de protección y cuidados particulares de los adultos. Es un derecho que sean partícipes experimentados en todos los ámbitos, partiendo de un fortalecimiento de la familia, de una universalidad y gratuidad de una educación de calidad, de la construcción de espacios lúdicos de socialización y desarrollo vocacional. Cumplir el mandato: “Dejen que los niños vengan a mí”; y no a las bandas, a las cárceles, a la muerte.
Los Gobernantes desde las diversas funciones del Estado están obligados a trabajar por restablecer la paz desde la justicia y equidad, tarea de la que somos responsables todos y todas, sin excepción y una tarea universal básica es devolver a niños, adolescentes y jóvenes la confianza de que la sociedad entera quiere devolverles la protección y seguridad que les privó. • #ComuniquemosEsperanza
("Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas).
Para contactar: cjusticiaypaz@gmail.comPARA LA REFLEXIÓN Y LA PRAXIS:
- ¿Qué está pasando con los niños y jóvenes en Ecuador?, ¿por qué se ha llegado a esta situación?..
- ¿Qué paralelismos encontramos en nuestra comunidad autónoma de Canarias y España en relación con los niños y jóvenes?. ¿Qué pasa con la pobreza infantil en Canarias, por ejemplo?, ¿cómo es que siendo una comunidad en la que se producen tantos beneficios por turismo resulta que es la 2ª comunidad autónoma más pobre de toda España?..
- ¿Por qué muchos jóvenes canarios y españoles tienen que emigrar a otros países de Europa y resto del mundo?.
- ¿Cómo podríamos luchar contra este empobrecimiento del país y devolver la esperanza tanto a los que nacen en nuestro suelo como a quienes llegan aquí también con la esperanza de dignificar sus vidas?.
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