miércoles, 19 de julio de 2023

La demagogia decapita la democracia

Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe. 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz. Carta No. 193 – 16 julio 2023

El servicio que prestan [los líderes políticos], aglutinando y conduciendo, puede ser la base para un proyecto duradero de transformación y crecimiento, que implica también la capacidad de ceder lugar a otros en pos del bien común. 

Pero deriva en insano populismo cuando se convierte en la habilidad de alguien para cautivar en orden a instrumentalizar políticamente la cultura del pueblo, con cualquier signo ideológico, al servicio de su proyecto personal y de su perpetuación en el poder.  Otras veces busca sumar popularidad exacerbando las inclinaciones más bajas y egoístas de algunos sectores de la población.  Esto se agrava cuando se convierte, con formas groseras o sutiles, en un avasallamiento de las instituciones y de la legalidad.  Papa Francisco.

La demagogia es la forma de gobierno que deriva de la degradación y corrupción de la democracia y el surgimiento de la figura del demagogo es lo que propicia la caída de la democracia (Aristóteles).  Es también la ausencia de valores éticos y morales.  El demagogo se enquista en el engaño, la mentira, la trampa, la artimaña, la treta, la argucia.  Sabe y está muy consciente de sus falacias, pero las suelta sin tapujos con el único fin de cautivar, complacer y manipular a sus potenciales electores para conquistar el voto tan anhelado, haciendo promesas que no serán cumplidas.

Los candidatos en campaña salen a la palestra pública cual mercachifles de feria de pueblo a ofrecer la ‘cura para todos los males’ que le afectan al país.  Sacan de una espacie de ‘sombrero de mago’ las recetas para solucionar los más agobiantes problemas.  De sopetón se convierten en mesías de pacotilla que discursean sobre los más diversos temas y ofrecen soluciones inverosímiles.  Ellos tienen la ‘varita mágica’, son los brujos del engaño, dicen que van a hacer un sin fin de cosas, pero curiosamente jamás precisan cómo, cuándo y con qué recursos lo van a hacer.  Si su mensaje llega al pueblo logran su objetivo, si ven que no es efectivo, junto con sus asesores, buscan nuevas mentiras y engaños.

La ausencia de verdad o las verdades a medias son instrumentos que utilizan de manera recurrente durante la campaña o en el en ejercicio de sus funciones.  La demagogia y los demagogos están vigentes y se reactivan con más fuerza durante las campañas electorales con una clara falta de coherencia política.  En estas elecciones, hay partidos y movimientos que han buscado candidatos de ocasión que no obedecen a un pensamiento político claro, sino que precisamente desde su indefinición cultivan la demagogia.

Los candidatos exacerban las mentiras, ‘venden humo al pueblo’ a sabiendas de que jamás van a cumplir lo que ofrecen en sus efusivos discursos, en los spots de televisión, en los mensajes tiktokeros, en redes sociales, con eslóganes que buscan posicionar por todos los medios.  Es una conducta y comportamiento reprochable que está sostenido por una especulación inventada, mentirosa, alejada de toda objetividad y realidad.  La demagogia se identifica con el discurso barato, de barricada, de regalos, bailes, abrazos, besos, caminatas...  Gran parte de las frustraciones y del rechazo que posteriormente siente el pueblo, respecto a los gobernantes, es cuando se les cae la máscara y se muestran como son.

Como cristianos, nos corresponde denunciar y rechazar esas demagogias falaces y esas propuestas engañosas, puesto que toda afirmación falsa implica una violación a los derechos humanos.  Los discursos de la campaña política deben exponer verdades y acciones realizables, deben dar información correcta que garantice la ‘salud democrática’ y respete profundamente a los más pobres y vulnerables, que, por múltiples causas, son víctimas de estos desafueros politiqueros.

Es urgente un cambio en la mente y el corazón de cada persona, en las costumbres, hábitos y estilos de vida.  Si hay demagogos es porque hay un pueblo que les cree y sigue sus ofertas.  Debemos construir, desde abajo, una cultura democrática y comunitaria en la que seamos protagonistas y estemos implicados en el quehacer político cotidiano, con el fin de bloquear la politiquería demagógica.

Los problemas socioeconómicos, políticos y culturales no se solucionarán con mesías de bambalina ni salvadores de plastilina, sino con una participación permanente, consciente, participativa y cotidiana de todos para lo cual es determinante la educación popular, la organización comunitaria, la responsabilidad integral y la exigencia de nuestros derechos.  ¡A trabajar para evitar que la demagogia decapite a la democracia!.

#ComuniquemosEsperanza

Versión original: http://www.justiciaypaz.org.ec/2023/07/carta-no193-la-demagogia-decapita-la.html

Para contactar: cjusticiaypaz@gmail.com

PARA LA REFLEXIÓN Y LA PRAXIS:

  • ¿Por qué, según dice el artículo, la demagogia decapita la democracia?.
  • ¿Qué ejemplos d edemagogia hallamos en nuestra clase política, la canaria y la que vemos en el Estado Español?.
  • ¿Qué pensamos de esas acciones populistas, tan "cercanas" al pueblo, de ciertos políticos que poco antes de las elecciones aparentan una gran sensibilidad hacia los problemas que sufre el pueblo?. ¿Qué suele pasar después, una vez que ya depositamos los votos?.
  • ¿Qué claves nos aporta esta entrada para desterrar la demagogia?. ¿Cuáles de ellas podríamos aplicar aquí mismo y qué otras añadiríamos?.

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