En los
días 4-6 de febrero tuvieron lugar las jornadas nacionales de vicarios y
delegados de enseñanza en Madrid. Han participado 70 personas procedentes de 52
diócesis y han estado presididas por los obispos de la Comisión Episcopal de
Enseñanza. A lo largo de ellos se abordó la tarea educativa que tiene la
Iglesia ante los nuevos retos de la situación política y social. Para
profundizar en esta misión, que los últimos Papas han subrayado como urgente y
prioritaria, la Comisión Episcopal de Enseñanza invitó a tres ponentes que
impartieron tres conferencias.
La
primera, a cargo de Mons. D. Fernando Sebastián, se centró sobre la
interdependencia y relación estrecha que existe entre educar y evangelizar. Con
inteligencia y clarividencia, Mons. Sebastián subrayó la responsabilidad que
tienen los colegios católicos en la formación de sujetos cristianos, que con una
clara pertenencia eclesial, construyan la sociedad y colaboren al bien común
desde la propia fe. Reclamaba a una unidad de todas las personas cristianas
implicadas en tareas educativas ante esta urgencia, sin olvidar que no hay
verdadera labor docente si no es evangelizadora. Todos estamos llamados a
testimoniar la fe que vivimos.
Eugenio
Nasarre afrontó en su discurso los retos que plantea la situación política de
nuestro país después de las elecciones generales. Después de iluminar las
circunstancias actuales con ayuda de los sucesos de la Restauración y de la
Transición democrática de nuestro país, abordó la crisis del 2008-2014 y las
consecuencias que se han derivado de ella no sólo a nivel político, sino
también social y cultural. Defendió la libertad de enseñanza, que permita
elegir a los padres la educación que quieren para sus hijos, como se afirma en
el art. 27 de nuestra Constitución, frente a los aires estatalistas que
manifiestan algunas propuestas de los partidos políticos. Entre las tareas
urgentes que indicó están: el fortalecimiento de la identidad católica de las
escuelas que han nacido dentro del seno de la Iglesia y un trabajo más
sistemático con las familias.
La
última ponencia, impartida por D. Ángel Cordovilla, llevaba por título
“Religión en la escuela: ¿Privilegio, derecho, necesidad?”. En ella, el
profesor de Comillas destacaba el sentido religioso como dimensión constitutiva
del hombre y origen de la cultura. La sociedad actual está en un proceso de
des-secularización, con un renacimiento de la religiosidad difusa. En su
argumentación mostraba con claridad cómo es imposible la separación entre
religión y sociedad, a pesar del erróneo proceder de los poderes políticos que
intentan marginar lo religioso a la esfera de lo privado. No se debería olvidar
jamás que el Estado está al servicio de la sociedad, y no para afirmar una
ideología que se quiere imponer sobre las personas. Abogó por una presencia de
la enseñanza religiosa en la escuela, tanto desde la fenomenología e historia
de las religiones como de la fe confesional, según la cosmovisión y valores en
los que los padres quieran educar a sus hijos. A la conclusión de su
intervención proponía “defender la presencia del estudio de la religión en la
escuela pública como servicio al hombre y a la sociedad contemporánea. No se
trata de defender un privilegio eclesial, sino de poner al hombre ante la
verdad de la vida. De ahí que a la vez que es un derecho fundamental amparado
en el derecho a la libertad religiosa y el derecho a la educación, es una necesidad
para alcanzar el desarrollo pleno de la persona humana”.
Las
jornadas se han desarrollado en un clima de convivencia fraterna y de un
diálogo intenso con los ponentes y entre los participantes. La tarea educativa
aparece siempre con una mayor urgencia. Esperemos que la comunidad eclesial
responda con inteligencia y prontitud asumiendo la responsabilidad que tiene en
la construcción social y en la colaboración al bien de todos los hombres.
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