Los
representantes de las iglesias, comunidades e instituciones eclesiales que
firmamos esta declaracioìn en el Día Internacional contra la Corrupción queremos
hacer un llamamiento en favor de la Esperanza, la Justicia y el Amor fraterno,
a través del ejercicio de la transparencia y la regeneración de la vida publica,
frente a la percepción de impunidad que campa en nuestra sociedad y la
creciente pérdida de confianza en las relaciones sociales.
Somos conscientes del problema mundial en que se ha convertido la corrupción [1]. Observamos escandalizados como día a día una minoría de entidades y personas [2] alcanzan impunemente grandes riquezas y poder, gracias a prácticas ilícitas y corruptas que se unen a diversos delitos de narcotráfico, cohecho, malversación de fondos, evasión fiscal, tráfico de personas e influencias e incluso la muerte de inocentes...
Mientras tanto, el pueblo asume la mayoría de las cargas fiscales y económicas, sufre recortes en las políticas sociales y degradación de las condiciones laborales. Como consecuencia de lo anterior, aumenta escandalosamente la desigualdad, la pobreza, la exclusión social, los conflictos violentos, los suicidios... Todo ello se manifiesta en el deterioro de la convivencia y la cohesión social, así como la propia sostenibilidad del planeta.
No podemos guardar silencio o ser pasivos.
Somos conscientes del problema mundial en que se ha convertido la corrupción [1]. Observamos escandalizados como día a día una minoría de entidades y personas [2] alcanzan impunemente grandes riquezas y poder, gracias a prácticas ilícitas y corruptas que se unen a diversos delitos de narcotráfico, cohecho, malversación de fondos, evasión fiscal, tráfico de personas e influencias e incluso la muerte de inocentes...
Mientras tanto, el pueblo asume la mayoría de las cargas fiscales y económicas, sufre recortes en las políticas sociales y degradación de las condiciones laborales. Como consecuencia de lo anterior, aumenta escandalosamente la desigualdad, la pobreza, la exclusión social, los conflictos violentos, los suicidios... Todo ello se manifiesta en el deterioro de la convivencia y la cohesión social, así como la propia sostenibilidad del planeta.
No podemos guardar silencio o ser pasivos.
¿Podemos
quedarnos callados ante los más de 1.700 casos abiertos de corrupción en España
y ante la percepción ciudadana de impunidad de los presuntos culpables? La
lentitud de la justicia incita al pueblo a seguir el ejemplo de los corruptos
[3]. Es necesario dotar al poder judicial de mayores recursos e independencia
del poder político y de una Ley contra la Corrupción. Hay que crear organismos
independientes del poder político que coordinen y controlen a las instituciones
gubernamentales y las relaciones empresariales entre el sector público y el
sector privado.
Seria suficiente seguir las indicaciones que desde Transparencia Internacional, la Cámara Internacional de Comercio, el Pacto Mundial de Naciones Unidas, el Centro Global de Lucha contra la Corrupción en la Infraestructura (GIACC), El Portal Anti Corrupción para los Negocios y otros muchos organismos ofrecen continuamente, pero que no encuentran suficiente acogida en el poder legislativo, político y judicial del Estado.
Seria suficiente seguir las indicaciones que desde Transparencia Internacional, la Cámara Internacional de Comercio, el Pacto Mundial de Naciones Unidas, el Centro Global de Lucha contra la Corrupción en la Infraestructura (GIACC), El Portal Anti Corrupción para los Negocios y otros muchos organismos ofrecen continuamente, pero que no encuentran suficiente acogida en el poder legislativo, político y judicial del Estado.
Aún hay
tiempo para cambiar [4]. Nuestra sociedad sigue manteniendo valores cristianos,
éticos y morales que sostienen a la inmensa mayoría de la ciudadanía,
especialmente a las familias. Los cuerpos de seguridad siguen desarrollando su
labor de forma admirable, y hay una clara conciencia colectiva de que el
sistema debe cambiar, regenerando la vida política [5] y la participación
ciudadana, devolviéndole el sentido de "servicio" para el pueblo en
vez de "servirse" de los votos del pueblo.
Nuestro
compromiso cristiano.
La
corrupción es una tentación antigua [6] y globalizada que lamentablemente
también hemos de reconocer presente en nuestras iglesias. Como cristianos nos
enfrentamos a ella desde la confianza en Dios [7], en el amor al prójimo y
siguiendo los valores evangélicos que nos ayudan a vivir en justicia y armonía.
Cristianos y cristianas de todo el mundo, sumados a gentes de buena voluntad,
participan en campanas internacionales y declaraciones contra la corrupción [8]
por todo el planeta. Las campanas cristianas locales y las mundiales como
"Al descubierto" [9] demuestran que millones de personas luchan por
vivir en armonía con la imagen del Reino de Dios y su Justicia, frente a la
falta de voluntad política y la crisis de valores.
Nos
comprometemos a vivir y anunciar el Evangelio [10], desde la coherencia,
vigilando continuamente nuestras practicas y estructuras, solicitando de Dios
Padre la humildad, la sabiduría del discernimiento, el valor de la autocritica
y la corrección fraterna y llevando los valores cristianos a la sociedad y a la
política. Esos valores son los principios culturales de Europa, buscan el Bien
Común y son la clave para conseguir una sociedad más equitativa y responsable,
como corresponde al plan de Dios sobre la humanidad.
Unidos para
regenerar la vida pública.
Convocamos a
todos los partidos políticos a recuperar la cultura del dialogo y de la
colaboración, para caminar hacia donde nuestro país realmente necesita y no
hacia donde quieren los mercados o los lobbies empresariales y financieros.
Debemos derrocar la tentación del "dinero" y recuperar el orden de
las ideas, situando al frente los Derechos Humanos y la sostenibilidad de la
Creación. Solicitamos cambios legislativos que permitan la independencia real
entre los tres poderes del Estado y el nombramiento de sus cargos, cambios que
favorezcan la participación ciudadana en la toma de decisiones importantes para
el país, regenerando la salud democrática.
Pedimos que
se promueva la educación en los valores éticos propios de nuestra riqueza y
diversidad cultural, asíì como de la filosofía, para dotar a los jóvenes de
pensamiento critico y espiritual. Para sembrar la esperanza y que el cambio sea
posible y sostenible desde la convivencia cívica y la honradez.
Pedimos la
colaboración de toda la ciudadanía, para no seguir el ejemplo de los corruptos
y seguir el camino que conduce a la vida y no a la muerte [11]. Hay que sanar
el tejido social desde el asociacionismo, la ciudadanía activa y participativa.
Es urgente promover una ciudadanía justa y formada que sepa pedir responsabilidades
y no se conforme con seguir al partido de siempre.
¡No
abandonemos nunca nuestros valores y caminemos siempre por el sendero de la
verdad y la vida en nuestra peregrinación hacia Dios!.
Convocan y
firman por orden de adhesión: Comisión General de Justicia y Paz España + Iglesia
Anglicana de San Jorge Madrid + Iglesia Evangélica Española (IEE) + Hermandad
Obrera de Acción Católica (HOAC) de Madrid + Conferencia Española de
religiosos- CONFER + Movimiento Focolares Madrid + Comunidades ADSIS +
Misioneras de la Unidad + Manos Unidas. Delegación de Madrid + Iglesia Antigua
Hispánica + Comunidad Evangélica de Habla Alemana Madrid + Diaconía + Sociedad
Bíblica +Caritas Española +Arzobispado Ortodoxo de España y Portugal
(Patriarcado Ecuménico de Constantinopla) + Obispado Ortodoxo Rumano de España
y Portugal + Parroquia Ortodoxa Rusa de Santa María Magdalena. Patriarcado de
Moscú + Equipos de Pastoral Obrera (EPPO) de Madrid + Parroquia de San Pablo
Madrid +Asociación Puente de Esperanza Madrid + Institución Javeriana + Foro de
Curas de Madrid +Parroquia de Santa Mª del Buen Aire de Madrid +Comisión
JUSTICIA, PAZ, INTEGRACIÓN DE LA CREACIÓN (JPIC) de las hermanitas de la
Asunción +Profesores cristian@s de la educación pública +Centro de Reflexión
Alberto Hurtado + Cristianos Socialistas del PSM-PSOE+ Asociación Ecuménica
Internacional.
[1] “A
todo ello se añade una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta, que
han asumido dimensiones mundiales. El afán de poder y de tener no conoce
límites.” (Evangelli gaudium, 56).
[2]
Políticos e instituciones públicas, empresarios, banqueros, ciudadanos, etc.
[3] España
se sitúa en la segunda posición en el ranking europeo por número de hurtos,
según los datos del Barómetro Mundial del Hurto en la
Distribución 2013-2014
[4] “No compartas
las obras de la oscuridad, sácalas a la luz” (Efesios 5:11).
[5] “La
corrupción política, compromete el correcto funcionamiento del Estado,
influyendo negativamente en la relación entre gobernantes y gobernados;
introduce una creciente desconfianza respecto a las instituciones públicas,
causando un progresivo menosprecio de los ciudadanos por la política y sus
representantes, con el consiguiente debilitamiento de las instituciones” (Compendio
de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 411).
[6] “La historia
de Nabot sucedió hace mucho tiempo, pero se renueva todos los días. ¿Qué rico
no ambiciona continuamente lo ajeno? ¿Cuál no pretende arrebatar al pobre su
pequeña posesión e invadir la herencia de sus antepasados? ¿Quién se contenta
con lo suyo? ¿Qué rico hay al que no excite su codicia la posesión vecina? Así,
pues, no ha existido sólo un Ajab, sino que, lo que es peor, todos los días
nace de nuevo y nunca se extingue su semilla en este siglo.” (San Ambrosio de
Milán, año 339-397, comentario a 1 Reyes 21).
[7] “Mi
justicia será luz para las naciones.” (Isaías 51:4).
[8]
“Lamentamos la forma en que la legislación y el control económicos y
financieros están parcializados a favor de los ricos. Por ello afirmamos al
Dios de la justicia para todos los oprimidos (Salmo 103:6). Reclamamos un
sistema de legislación justa y de controles que faciliten la redistribución de
la riqueza y el poder para toda la creación de Dios.” (Declaración de Sao Paulo
– Consejo Mundial de Iglesias).
[9] “La
corrupción mata, ponla al descubierto”. (Ver convocantes).
[10] “Los
cristianos están llamados a comprometerse a colaborar con todas las personas en
el respeto mutuo, promoviendo juntos la justicia, la paz y el bien común”
(Testimonio cristiano en un mundo de pluralismo religioso, nº 8).
[11] “Hay
dos caminos: uno de la vida, y otro de la muerte; pero muy grande es la
diferencia entre los dos caminos.” (Didaché – Enseñanza de los doce apóstoles).
Secretaría Técnica de la Comisión General de Justicia
y Paz
C/ Rafael de Riego 16, 3º dcha. 28045 Madrid
Tf.: (+34) 915061828
Correo-e: juspax@juspax-es.org
Web: www.juspax-es.org
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