
¿Se acuerdan ustedes de la última reforma de la Ley de Extranjería y del Código Penal?. Ninguna de las dos reformas dejaron contentos a todos -en realidad eso es imposible, nunca llueve a gusto de todos- a unos porque les parecían reformas bastante blandas: no aseguraban su tranquilidad y lograr estar al margen de lo que suceda a las 3/4 partes de la humanidad, a otros porque mirando lo que dicen los Derechos Humanos y lo que desde la fe podemos entender... nos parecía que el barco de la humanidad se estaba escorando clara y muy peligrosamente hacia el asentamiento de la exclusión social como estructura defendida por las propias leyes.
Pues bien, hay una nueva "vuelta de tuerca". Les invitamos a leer el siguiente documento que ha hecho circular el Departamento de Pastoral Penitenciaria de la CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: