martes, 12 de junio de 2012

Por el respeto a la dignidad de los niños y niñas


Este año el "Día mundial contra el trabajo infantil" hará un llamamiento sobre el derecho de todos los niños a ser protegidos del trabajo infantil y de otras violaciones de sus derechos humanos fundamentales.
En 2010, la comunidad internacional adoptó una Hoja de ruta para la eliminación de las peores formas de trabajo infantil para el 2016, que señala que el trabajo infantil representa un obstáculo para los derechos del niño y para el desarrollo en general. El Día mundial de 2012 pretende poner de manifiesto el camino que queda por recorrer para hacer de la Hoja de ruta una realidad.
Los Convenios de la OIT buscan proteger a los niños de la exposición al trabajo infantil. Estos Convenios junto con otros instrumentos internacionales relativos a los derechos del niño, de los trabajadores y los derechos humanos, proporcionan un marco importante para la legislación establecida por los gobiernos. Sin embargo, las estimaciones globales más recientes de la OIT indican que en el mundo hay 215 millones de niños víctimas del trabajo infantil, y que más de la mitad de éstos están involucrados en sus peores formas.
Estos niños y niñas deberían estar en la escuela recibiendo educación y adquiriendo habilidades que los preparen para acceder a un trabajo decente en su vida adulta. Al entrar en el mercado laboral prematuramente, se les priva de la educación y capacitación necesarias para que ellos, sus familias y sus comunidades salgan del ciclo de pobreza en que se encuentran. Los niños que son víctimas de las peores formas de trabajo infantil se encuentran expuestos a maltrato físico, psicológico o moral que puede causarles daños para el resto de sus vidas.
Nuestra responsabilidad.
A la Iglesia en su totalidad y particularmente a todo cristiano tiene que importarnos esta situación, igual que no pasó por alto para Jesús de Nazaret.
Hace 2000 años en el pueblo de Israel los niños, así como las mujeres y especialmente las viudas, los enfermos, lisiados, pobres,... formaban todos parte de "aquéllos que no contaban". Pero Jesús, el Maestro de Nazaret, se fue acercando a ellos, les fue a buscar y se dejó encontrar SIEMPRE.
A sus propios seguidores tuvo que decirles:
- "Dejad que los niños se acerquen a mí". Y tomando a un niño en brazos lo alzó y dijo: "Dichosos aquéllos que son como los niños pues de ellos es el Reino de los Cielos".
Toda una revolución para una sociedad en la que todo esto suponía darle la vuelta completamente a las normativas que regían las costumbres y modo de establecerse las relaciones en el ámbito hebreo.
A Jesús no lo mataron por casualidad ni por pillarle rezando en el Templo,... les había dejado demasiadas veces en evidencia... y el pueblo lo sabía, el pueblo... lo sabía -quizás eso era lo peor de todo para aquellas élites insensibles al dolor y desamparo humano-.
¿Qué haría hoy Jesús?.
¿Qué normativas hay hoy que denunciar y que vayan en contra del respeto a todo ser humano?, ¿qué agentes son hoy los que promueven la esclavitud laboral a la que tantos millones de niños y niñas se ven sometidos?. ¿Qué intereses subyacen en injusticias tan grandes ante las cuales el mundo parece impasible?, ¿cuántas bocas están calladas por ignorancia o por complicidad?. ¿Se estaría Jesús hoy de brazos cruzados ante esto?.
"Somos TEMPLO del Espíritu Santo".
Lo dijo el amigo Pablo y con toda la razón. Somos TEMPLO de Dios; lo dice también el evangelio de Mateo capítulo 25: "Cualquier cosa que hicieran a estos mis pequeños... a mí me lo hicieron".
Y Jesús en el Templo enlazó unos cuantos cordeles y con ello fue echando por tierra los tenderetes de los mercaderes del templo y gritó: "Mi Casa es CASA DE ORACIÓN y ustedes la convirtieron en cueva de ladrones".
El ser humano, sea niño o adulto, sea anciano o no-nacido aún, sea mujer u hombre, blanco o negro, inmigrante o del país, ateo o creyente,... es TEMPLO de Dios, es CASA DE ENCUENTRO CON DIOS ¿cómo podemos disponer pues del ser humano como simple mercancía o instrumento para el enriquecimiento abusivo de unos pocos en detrimento del resto de la humanidad?. ¿Dónde está nuestra conciencia?, ¿en qué se ha de manifestar?.
  • Cada vez que compremos un teléfono móvil o similar...
  • Cada vez que compremos un televisor de plasma...
  • Cada vez que adquiramos calzado, ropa,... a precios como siempre "tan competitivos",...
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... PENSÉMOSLO: ¿quién hay detrás de ese producto?, ¿cómo ha llegado hasta nosotros?.
Les dejamos con otros artículos que pueden ayudarnos a ampliar nuestra perspectiva a ayudarnos a tomar postura:

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