"Justicia
y Paz" de Valladolid
“Pobres, lo que se dice
pobres son los que no tienen tiempo para perder el tiempo... pobres, lo que se
dice pobres, son los que no saben que son pobres” Eduardo Galeano.
Presentación.
La existencia y creciente
cronificación de la pobreza y la exclusión social en nuestro mundo globalizado
y en nuestro entorno más cercano es un hecho constatable. Afecta a personas
concretas y a colectivos que se encuentran fuera de los circuitos sociales,
muchos de ellos sin conciencia de ser y estar en circunstancias de exigir
derechos como corresponde a su situación de ciudadanos.
Su vida discurre, en un
gran porcentaje, ajena al derecho que les asiste de protección social y
económica y de los procesos de participación en la vida social y política.
En estos últimos años, y
en aumento cada día, venimos observando un número cada vez más creciente de
pobres, de “viejos” y de “nuevos” pobres, cada vez más jóvenes y sobre todo los
“venidos del Sur” más pobre.
Viejos y nuevos pobres que
demandan protección, asistencia y “su lugar”, aunque pequeño , en la sociedad:
alojamiento, manutención, protección, ocupación, aceptación y tolerancia.
De qué pobreza y
exclusión hablamos.
- De pobreza referida a la carencia de recursos mínimos y básicos para cubrir todas aquellas necesidades diarias que influyen en la calidad de vida de las personas y en la dignidad de las mismas.
- De una pobreza absoluta referida a estándares mínimos para poder vivir (vivienda, nutrición, salud, educación, atención social).
- De una pobreza relativa de todas aquellas personas, que teniendo asegurada la cobertura de sus necesidades básicas, tienen graves dificultades para el ejercicio de derechos y el acceso a recursos materiales importantes para el sustento personal y familiar.
- De exclusión, referida no sólo al campo económico. Incluye aspectos más amplios de participación en la sociedad, acceso al empleo, a la formación para el mismo. Situaciones personales, familiares, ambientales que hacen más fácil la exclusión.
Hablar de pobreza y
exclusión es referirse a un fenómeno estructural, que aumenta día a día, de
dimensiones múltiples y multiétnicas y relacionado con procesos sociales.
Los efectos dinámicos,
multidimensionales y estructurales de la exclusión social, hacen difícil la integración
en la medida en que se intensifican y acumulan los efectos de las carencias
en lo laboral, los ingresos económicos, la vivienda, los apoyos sociales, etc.
A quiénes afecta la
pobreza y la exclusión.
Afecta sobre todo a
personas y colectivos denominados más vulnerables: Personas y colectivos que
viven entre la pobreza, la exclusión y la integración, cuyo entorno
familiar-relacional, social –económico y estatus personal padece alguna debilidad,
encontrándose en riesgo de exclusión.
Combinando estas características
personales con las del entorno familiar y social, obtenemos diferentes perfiles
más comunes de riesgo:
- Más riesgo: Extranjeros jóvenes sin trabajo y sin hogar , indomiciliados que viven en la calle, toxicómanos sin apoyo familiar o institucional, extranjeras prostitutas, personas mayores solas, enfermas y con pocos recursos, parados sin cobertura de desempleo.
- Menos riesgo: Parados de larga duración con cargas familiares, pensionistas dependientes con escasos recursos, nacionales sin hogar, etc.
Aunque existen rasgos comunes que
inciden de igual manera en pobres y excluidos tales como las carencias
personales, familiares y de falta de recursos, sin embargo no a todos les
afecta la exclusión de la misma forma. Hay quienes cuentan con amigos,
familiares, redes de apoyo, etc. a la hora de iniciar el proceso de
integración. Los hay, por el contrario, que no tienen apoyo ni de amigos ni de
familia ni de ONG. Estos últimos tienen más dificultades a la hora de querer y
poder integrarse en el medio social, familiar, etc.
Incluso no debemos olvidar que ante
problemáticas iguales existen reacciones diferentes. Los hay que luchan por
superarse, por cambiar de ambiente, por no abordar su problemática en
solitario, por buscar apoyos y ayudas. Los hay, por el contrario, que se hunden
en la depresión, con una imagen negativa de sí mismos, que viven en la
desconfianza y desesperanza.
El colectivo de
personas que viven en la calle: Los más pobres y excluidos.
Hablar del colectivo de personas que deambulan, viven y, en muchos casos, duermen en la calle, lleva implícito abordar el tema de la exclusión social.
Hablar del colectivo de personas que deambulan, viven y, en muchos casos, duermen en la calle, lleva implícito abordar el tema de la exclusión social.
Su exclusión es fundamentalmente un problema
social, una situación que hunde sus raíces en lo más profundo de la
estructura social. Posee, además, una vertiente individual y psicológica, pues
los individuos reaccionan de distinta manera ante unas condiciones sociales
marginantes que pueden desembocar en la formación de subsistemas de valores ajustados
a su situación de marginación psicosocial. Se trata de itinerarios personales,
familiares o sociales muy diversos, en los que cada grupo interioriza el
fenómeno, interpreta la realidad y redefine sus relaciones sociales de forma
variada y “no normalizada”.
En estas situaciones, la exclusión se
manifiesta en una pérdida de la capacidad de autonomía. Las personas afectadas
se adaptan a la nueva situación y proliferan respuestas de subsistencia que van
desde la dependencia institucional a formas marginales y hostiles de relación
social.
Situaciones y procesos de exclusión
que derivan de los cambios estructurales que se vienen produciendo en
las economías y sociedades europeas: cambios tecnológicos, transformaciones del
mercado de trabajo, fragilidad de las estructuras familiares, tendencia a la
fragmentación social, evolución de los fenómenos migratorios, cambio en el
sistema de valores, etc.
Cambios que están dando lugar a una creciente
vulnerabilidad que afecta a una amplia población de la sociedad expuesta a
la exclusión social.
No existe solamente un conjunto
limitado de personas permanentemente pobres o excluidas, sino también un
conjunto creciente y heterogéneo de personas cuya integración económica y
social es precaria, que conocen de manera puntual o recurrente periodos de
pobreza y que están amenazadas de la pérdida de vínculos sociales que acompaña
a los procesos de exclusión.
Concretando todos estos aspectos
teóricos nos encontramos con cinco factores claves a tener en cuenta:
- Extensión del consumo de drogas, que supone deterioro físico y psíquico, rupturas familiares, aumento de conductas antisociales: delincuencia, mendicidad, comportamientos agresivos, etc. Es decir todo un proceso a través del cual se produce fácilmente la exclusión social, y desde el que resulta difícil lograr la inserción.
- Situación del mundo laboral. La especialización, el uso de las nuevas tecnologías, la formación, etc. suponen problemas nuevos de adaptación en el mercado laboral. Cada vez es más difícil encontrar “su sitio” dentro del mercado laboral “normalizado”, optando en el mejor de los casos por trabajos precarios, inestables, economía sumergida, los cuales incluso a veces son difíciles de mantener.
- Vulnerabilidad de las relaciones personales y familiares: Los cambios en la estructura familiar, el desapego entre generaciones,... ha supuesto la desaparición del apoyo incondicional que tradicionalmente proporcionaba la familia en época y situaciones de crisis. Esto unido a los problemas de relación y la tendencia a la soledad, hacen que se carezca de un apoyo familiar y social que pueda ayudar a afrontar las situaciones de exclusión.
- Los efectos negativos de las políticas sociales generales: Nos referimos al recorte en las prestaciones por desempleo, precariedad de las rentas mínimas, desproporción entre éstas y el precio medio del alquiler; dificultades para el desarrollo y prestaciones a las personas dependientes; problemas en salud mental en cuanto a la no protección médico social de un gran numero de personas en las que suelen confluir diferentes aspectos que les hacen formar parte del grupo de excluidos socialmente.
- Crecimiento de inmigrantes por motivos económicos: Las situaciones de inestabilidad económica, política y bélica de otros países traen consigo la llegada de inmigrantes a las ciudades, la mayor de las veces en circunstancias totalmente inhumanas. La campaña de “un día sin inmigrantes” podría hacer caer en la cuenta de la importancia de los mismos tanto para el mantenimiento de servicios de proximidad a la población, así como de la contribución al desarrollo social de las comunidades donde estos viven. Sin embargo en circunstancias de crisis no favorables a los mismos, ellos serian los primeros paganos de las mismas, con el agravante de posible rechazo de una parte de la sociedad autóctona que vive las mismas situaciones de ajuste y exclusión.
Dentro de este grupo se encuentran las
personas que están en el nivel más agudo de la pobreza y exclusión: los
indigentes.
Su situación es extrema “no sólo por
el cúmulo de causas socioeconómicas entrelazadas, sino también por el hecho de
que la propia definición que hacen de su vida, de sus aspiraciones y
expectativas les lleva a alejarse o rechazar, de manera a veces contundente y
repetitiva, cualquier iniciativa destinada a reparar en alguna medida su
situación de marginalidad” (Plan Nacional de Lucha contra la Pobreza).
Las características generales
observadas de esta población excluida y creciente son:
- Alto porcentaje de consumidores alcohol y otras drogas.
- Enfermos cronificados: hepatitis, neumonías, otras enfermedades infecto-contagiosas.
- Enfermos mentales y con trastornos de conducta.
- Personas con dificultades para superar diversas crisis vitales personales y familiares.
- Personas separadas e inmigrantes sin prestaciones sociales.
- Jóvenes prostitutas y ex-reclusos.
La vida en la calle suele ser muy dura
y a veces peligrosa pero las personas afectadas se van adaptando a esas
circunstancias para hacer más llevadero su estado de marginalidad.
Valores a compartir.
Hablamos de marginados, pobres,
excluidos como a las personas que “hay que ayudar”, “integrar”, etc. Convendría
considerarlos, más bien, como patología de las sociedades sanas y como la
vergüenza que hay que ocultar. Los pobres y excluidos nunca estuvieron fuera de
la sociedad, forman parte de ella, del resultado de “su desarrollo”. Son hijos
y ciudadanos de la misma, iguales en dignidad y derechos, a quienes hay que
proteger y respetar.
Información
complementaria:
- Claves
sobre la pobreza y la exclusión social en España. Fundación Luis Vives / Madrid
2008.
- Plan
Nacional para la Inclusión Social (PNIs), 2009.
- Red
EAPN – Castilla y León. 2008.
- VI Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en
España 2008.
MÁS ELEMENTOS DE CONSULTA:
- Derechos humanos y Personas Sin Hogar.
- Cristianismo y opción por los pobres.
- Claves para combatir la pobreza y construir la paz.
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