jueves, 14 de junio de 2012

"Fui forastero y me acogísteis...".

Con fecha 10 de junio se publicaba en EL PAÍS el siguiente artículo que les invitamos a leer y reflexionar:
Hace unas semanas publicábamos también en este blog unas declaraciones que hacía CÁRITAS ESPAÑOLA acerca de esta misma situación ante la cual insistimos en tomar postura que no debe ni puede ser otra que la de hacer nuestras las palabras del Maestro de Nazaret cuando proclamó bien a las claras que "cualquier cosa que hiciéramos o dejáramos de hacer con cualquier ser humano... con Él lo hicimos o lo dejamos de hacer"  (por si alguno tiene dudas... lea el capítulo 25 del evangelio de Mateo).

Raíces de nuestros males.
Ya en el relato de "Caín y Abel" Dios le pregunta a Caín: "¿Donde está tu hermano?" y éste le responde "si ¿acaso él es guardián de su hermano?":
  1. El texto deja muy claro que "efectivamente somos todos interdependientes, somos todos guardianes de nuestros hermanos.
  2. Nadie puede ser considerado al margen de otros; a Dios le importamos TODOS, no hay exclusión para Él, de ningún tipo.
  3. La Biblia plantea con honestidad el gran drama que acompaña el proceder humano, nos alerta sobre la terrible insolidaridad que practicamos unos con otros... y con su promesa de "proteger a Cain" -la humanidad caída- a pesar de ese terrible pecado, todo un crimen, nos está dando la muestra de lo que debemos ser unos con otros y no acabamos de serlo.
Dios no abandona jamás al pueblo.
El Antiguo Testamento está plagado de citas y relatos en los cuales los "extrajeros" juegan papeles decisivos en la construcción y configuración del Pueblo de Dios.
Jesús mismo no se encierra en las fronteras del Reino Judío, sale de ellas, se adentra en otras  regiones, cura igualmente a los hijos de Israel como a los foráneos,... llega a poner como ejemplo de solidaridad a un samaritano (cuando él mismo sabía sobradamente que los judíos sentían auténtico desprecio por los samaritanos),...
¿Y nosotros?.
Lo que está acaeciendo no es casualidad.
No es cuestión de izquierdas o derechas sino de puro efecto de las actitudes personales, ambientales y estructurales que nos mueven o tratan de arrastranos por el mismo barro y la misma oscuridad terrible que Caín experimentó.
¿Dónde está nuestro hermano?.
Nuestro hermano, nuestra hermana, está:
  • Pateando calles,  unos días con más fuerzas, otros menos, buscando un empleo... aunque sea sin contrato.
  • Prostityéndose en un caseto con su pasaporte secuestrado y viendo cómo su dignidad se degrada día tras días al  mismo ritmo que sus esperanzas de recuperarse a sí misma.
  • Deambulando por las esquinas, apostándose en los portales de las iglesias, mendigando "algo para comer"... aunque a veces sólo desee olvidar y esconderse tras el cartón de vino.
  • Poniendo en juego su libertad y su dignidad, arrebatando a otros hermanos y hermanas pequeñas pertenencias, dinero arrugudo entre el amasijo de cosas que habita un  monedero... o atreviéndose a traficar con esas cosas que sólo dan muerte y dolor.
  • Caminando incontablemente las cuatro esquinas de un patio de cemento deseando que los días pasen cuanto antes... mientras cumple condena por unos delitos cuya raíz no es otra que su desesperación.
  • ...
  • Lamentando el día en que dejó su país, su casa, su familia,... buscando su "Dorado", su "Tierra Prometida", una esperanza para él, para ella, para su familia... y no hallando en ese Dorado sino amnésicos de su filiación divina...
...PORQUE HEMOS OLVIDADO que... todos éstos... SON NUESTROS HERMANOS... pues todos, desde el primero hasta el último, seamos creyentes o no... somos hijos de Dios que es PADRE de todos.
Algo habrá que hacer.
Como cristianos, no podemos quedarnos impasibles ni conformistas con unas leyes, las dicte quien las dicte, que:
  1. Niegan la fraternidad universal: hacen distinción entre unos y otros según sus medios económicos y procedencia.
  2. Potencian la exclusión social, condenando a colectivos enteros a la marginalidad y a la más cruel  indefensión.
  3. Ignoran sistemáticamente los elementos más básicos de los Derechos Humanos y del conjunto de la Doctrina Social de la Iglesia que sigue hoy tan vigente como siempre lo ha sido.
Razones por las cuales pedimos:
A NUESTRO  GOBERNANTES, del Gobierno Central, Autonómicas o Municipales:
  • Tengan la honestidad y suficiente coraje como para confrontar las leyes que dictan o amparan a la luz de la Carta Universal de los Derechos Humanos. (Todos sabemos que "las leyes no son justas sólo porque sean ley").
  • Se muestren abiertos a otras voces no representadas en el foro parlamentario nacional, autonómico o municipal pero son reivindicativas de mejoras sociales, una mayor justicia social PARA TODOS.
  • Trabajen en la puesta en marcha de medidas que promuevan la integración de todas las personas por el mero hecho de serlo, independientemente de su procedencia, cultura, creencia o increencia, status social o económico,...
A LOS SINDICATOS:
  • Apuesten decididamente por la defensa de los "derechos de TODOS los trabajadores", sean o no españoles, tengan papeles o no,... propiciando con su actuación que estos trabajadores todavía indocumentados puedan acceder cuanto antes a la regularización total de su situación.
  • Abandonen el corporativismo y el servilismo a ciertas ideologías que lejos de ser un servicio al mundo obrero lo único que hacen es maniatar y entorpecer su libertad y las esperanzas de ese mundo obrero tan diverso y plural como es en la actualidad.
  • Denuncien sin tapujos cualquier arbitrariedad, discriminación, etc... en la aplicación de las leyes en materia laboral, independientemente de que haya en el Gobierno Central un partido u otro.
A LAS COMUNIDADES CRISTIANAS y sociedad en general:
  • Nos comprometamos a trabajar desde las estructuras sociopolíticas (partidos políticos, sindicatos y AA.VV.) aportando nuestra perspectiva y compromiso personal (es fácil criticar desde fuera, decir a los demás lo que tienen que hacer... pero es más honesta la teoría cuando viene acompañada de la actitud práctica).
  • Aumentemos todavía más nuestro compromiso comunitario solidario con las personas inmigrantes todavía en situación de espera de que se regularice su situación legal en el país.
  • Denunciemos ante la prensa y cuantos medios tengamos a nuestro alcance toda situación de injusticia y abandono de que sea objeto cualquier ser humano... pues todo ser humano es NUESTRO HERMANO.
  • Promovamos la solidaridad efectiva con todas las personas excluídas de los beneficios sociales públicos y también de los recursos privados inaccesibles para ellas -debido a su precaria situación económica-, en este caso concreto con las personas inmigrantes que se van a ver excluídas del Sistema Sanitario Público español.
  • Trabajemos en coordinación y en equipo con AA.VV. y otras entidades que estén decididas a trabajar por el reconocimiento pleno de los Derechos Humanos de toda persona por el mero hecho de serlo.

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