Tica Font
Comisión General de Justicia y Paz
"Justícia i Pau" Barcelona
Los
entendidos en agricultura afirman que a lo largo de la historia de la
humanidad nunca se han producido tantos alimentos como hasta ahora, en
cambio más del 10% de la humanidad sufre desnutrición y hambre. Desde la
FAO informan que 854 millones de personas sufren hambre, al mismo
tiempo que 1.600 millones de personas sufren de sobrepeso y 400 millones
son obesos. El hambre y el sobrepeso son síntomas de un mismo problema,
tanto los famélicos como los obesos están relacionados entre sí por el
sistema de producción y consumo de alimentos; por esta razón la búsqueda
de soluciones para erradicar el hambre en el mundo podría ayudar a
prevenir o mejorar las próximas pandemias mundiales (diabetes II y las
afecciones cardíacas) ligadas a la obesidad.
Bolsas de pobreza y hambre.
- Las principales causas de la pobreza y la subnutrición están ligadas a catástrofes humanas como la guerra o a catástrofes naturales como la sequía persistente y no a la falta de alimentos.
- Las principales bolsas de pobreza y hambre se concentran en zonas rurales, un 70% de los pobres de los países en desarrollo vive en zonas rurales y dependen de la agricultura como medio de subsistencia, es decir, en el medio rural los problemas de subnutrición los padecen los agricultores.
- La pobreza y subnutrición está aumentando en la periferia de las zonas urbanas, debido a la emigración de agricultores hacia las ciudades.
Entre
las razones por las cuales los agricultores de las zonas rurales
representan el grueso de personas pobres y subnutridas, están:
- Falta de recursos vitales como tierras, agua o semillas.
- Falta de créditos para pagar semillas, abonos, pesticidas, agua, máquinas…
- La agricultura actual es eminentemente de monocultivo, con lo cual el agricultor vive de su venta y depende del precio que marquen las multinacionales y de las reglas internacionales de comercio.
Sobrepeso y subnutrición.
El
estilo de vida urbano con largos desplazamientos laborales, falta de
tiempo, etc. junto con una mayor implantación de la industria
agroalimentaria y de sus comidas y bebidas elaboradas, ha comportado
cambios en la dieta incorporando un aumento del consumo de carbohidratos
refinados, grasas y aceites procesados. Estos cambios en la dieta de
las personas humildes tanto de países ricos como de países en
desarrollo, han provocado un aumento de las tasas de sobrepeso y
obesidad.
Impera
la creencia que el hambre es un problema de pobres y la obesidad un
problema de ricos. Parte de esta creencia es falsa, dos terceras partes
de las personas obesas o con sobrepeso, viven en países con ingresos
bajos o medios; en los países ricos las comunidades afroamericanas y
los latinos padecen más obesidad que la comunidad blanca. El sobrepeso y
la subnutrición afectan mayoritariamente a las personas con menores
recursos económicos.
El agronegocio.
En
esta historia sobre los alimentos, tanto los agricultores como los
consumidores estamos unidos frente a las grandes corporaciones, que con
su obsesión por los beneficios económicos controlan las variedades y la
producción de alimentos que después los consumidores encuentran en las
estanterías de los supermercados.
- Aunque un consumidor quiera comprar comida sana y suponiendo que pueda hacerlo (cosa casi imposible) éste se encuentra atrapado por el agronegocio:
- Cuando un consumidor intenta comprar aquellos tomates con el sabor que recuerda de pequeño, le resulta imposible, solamente encuentra las variedades de tomate canario, de pera o de ensalada, ya no se ven en el mercado ni en los estantes del supermercado los tomates o las manzanas que comíamos de pequeños; tenemos recuerdos de sabores de manzanas y peras que ahora no encontramos.
- De manzanas no hay más de seis variedades que se puedan comprar Golden, Fuji, Gala...; estas mismas variedades las encuentras en todos los supermercados de España, Europa, etc. ¿Por qué?:
- Para el consumidor, estas variedades son más atractivas, tienen la piel más bonita y brillante.
- Pero para la industrial estas variedades soportan mejor el transporte de largas distancias.
- Estas características hacen disminuir las pérdidas de piezas de fruta desde su recolección en el campo hasta el consumidor.
- Estas son las razones por las que no encontramos manzanas reineta o tomates de Montserrat, etc. aquellas variedades que no son tan vistosas o que dan problemas a la industria, no se producen.
En
definitiva, no somos nosotros los consumidores los que escogemos lo que
queremos comer. El consumidor solamente puede escoger entre las tres
variedades de tomates que hay en las estanterías y no son los
agricultores los que escogen la variedad a sembrar, es la agroindustria
quien decide por los dos, agricultores y consumidores, en función de sus
intereses económicos. Ahora bien el consumidor ante la abundancia de
comida en los estantes, solemos pensar que tenemos la libertad de
escoger lo que comemos, pero en definitiva nuestro menú no se
confecciona a partir de lo que escogemos, o la estación del año o del
país en el que vivimos, el menú es el mismo en cualquier parte del
mundo, independientemente de la geografía y la estacionalidad.
En busca de alternativas.
La
situación actual de producción y comercialización de los alimentos en
el mundo globalizado, se revela insostenible por sus graves
repercusiones sociales (migraciones campo-ciudad, explotación laboral,
pobreza creciente,...), económicas (destrucción de mercados locales y
regionales, destrucción de puestos de trabajo en la agricultura,...) y
ambientales (destrucción de recursos agroecológicos, pérdida de
biodiversidad, contaminación,...).
Los
movimientos sociales más grandes del mundo están descubriendo maneras
diferentes de pensar y vivir la comida, uno de los movimientos sociales
más importantes del Sur Vía Campesina, agrupa a miles de organizaciones
de agricultores que reniegan de las políticas de producción de alimentos
y del papel que se les asigna en su producción. Por otra parte en los
entornos urbanos, eminentemente del Norte, han aparecido movimientos que
critican y plantean alternativas a los alimentos industrializados como
los grupos ligados al Movimiento Slow Food, cooperativas o redes de
consumo orgánico, la revista Opcions,…
Solucionar
el problema del hambre y las enfermedades relacionadas con la dieta
pasa por:
- Nutrirnos y cultivar alimentos de una manera diferente.
- Cultivar alimentos ecológicamente sostenibles y socialmente justos.
Comer bien, de manera saludable para nuestro organismo, con respeto hacia la naturaleza, etc., es caro y aquéllos que no tienen suficientes recursos o no tienen tiempo para escoger y cocinar los alimentos, quedan relegados a comer alimentos de baja calidad y procedentes de la agroindustria.
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