lunes, 6 de julio de 2020

Valores y estrategias en la recuperación social del coronavirus. Una vacuna conocida pero no practicada

De muy poco sirve dar el pan para hoy (y hambre para mañana) a quienes sufren las consecuencias de unas estructuras injustas; aportar proyectos en los cuales se vivan los valores del Reino y se hagan evidentes los ejes fundamentales de la DSI está muy bien… pero no es suficiente; no sirve casi de nada con ir "mejorando algunas cosas"... si al final sólo nos quedamos en eso.

Todo eso es bueno, todo eso es IMPORTANTE, todo suma,… pero no es la mejor opción posible. Incluso aún con nuestras mejores intenciones… al quedarnos sólo en eso no estamos haciendo otra cosa que parchear, tapar agujeros y “hacerle el juego al sistema”.

Razón por la cual viendo lo que está evidenciándose a todos los niveles (mucha pasividad, resignación, acomodación a las cosas tal como están,...) Justicia y Paz Tenerife decidimos participar en una propuesta en la que se debate sobre cuestiones estructurales que explican a la perfección la situación social, económica y política del momento actual y de las cuales nos hemos ido haciendo eco a través del blog:
  1. - Consecuencias sociales del COVID-19 y las 4 dependencias (I).
  2. - Consecuencias sociales del COVID-19 y las 4 dependencias (II).
  3. - Consecuencias sociales del COVID-19 y las 4 dependencias (III).
  4. - Consecuencias sociales del COVID-19 y las 4 dependencias (y IV).
Y hacer esto es de entrada labor de CONCIENCIACIÓN sobre esa nueva vuelta de tuerca que nuestro sistema pretende dar a costa ya sabemos todos de quiénes. Queremos contribuir a despertar conciencias y promover en la Iglesia DEBATE sobre estas cosas tan terrenales como Derechos Humanos elementales (vivienda, salud, educación,…), DIGNIDAD en el trabajo, DENUNCIA de los abusos que los poderes fácticos (capaces de tomar como rehén a cualquier gobierno que salga de las urnas) ejercen sobre quienes legislan y ejecutan las leyes para beneficio de unos pocos y en mayor detrimento cada vez más de la inmensa mayoría.

La D.S.I. aporta criterios sobrados.

Sin ánimo de señalar todo lo que tengan que decir todos los papas y los documentos en los que podemos hallar los principios básicos de la D.S.I. señalamos los siguientes:
Pio XI afirmaba que la redistribución de la riqueza no debía hacerse para que los hombres «sean más remisos en el trabajo» sino para que «aumente el nivel de vida familiar». (Quadragesimo anno) y en el punto 54 de esta encíclica resalta la crueldad de un sistema egocéntrico y egoísta al que sólo le interesa acumular riqueza a costa del empobrecimiento de todos los demás o de mantenerlos en la miseria.
Juan XIII denuncia con mucho mayor vigor que «en algunas de esas Naciones la abundancia y el lujo desenfrenado de unos pocos privilegiados contrastan de manera estridente y ofensiva con las condiciones de extremo malestar de los demás». (Mater et Magistra). Y en el punto 56 de “Pacem in Terris” destaca el principio orientativo del Bien Común.
Pablo VI en la encíclica «Populorum Progressio nº 23» ya San Juan en su primera Carta decía «Si alguno tiene bienes de este mundo y viendo a su hermano en necesidad le cierra las entrañas ¿cómo es posible que en él resida el amor de Dios?».
Francisco en la “Laudato Sí”, especialmente en los puntos 156-158 habla del Bien Común e insiste en aquello en que debe desembocar este concepto.

La Doctrina Social de la Iglesia propone algunos principios fundamentales para que la economía esté realmente al servicio de la realización del ser humano y de su vocación a la comunión.
Algunas notas esenciales:
  1. - La economía es a la medida del ser humano cuando en su desarrollo se reconoce, respeta y promueve la dignidad de la persona: la persona debe ser tratada en la vida económica siempre como sujeto y fin, nunca como instrumento.
  2. - Como toda la vida y actividad política, la economía, para reconocer en la práctica la dignidad de la persona, debe regirse por la búsqueda del bien común, al que deben subordinarse los intereses particulares, que es lo que puede hacer avanzar la comunión en la vida social desde la cooperación y la colaboración entre las personas, que también debe buscarse en la actividad económica.
  3. - La búsqueda del bien común en la actividad económica es posible solo desde la práctica de la solidaridad y la subsidiaridad, especialmente desde la solidaridad con los empobrecidos, poniendo en primer lugar en la actividad económica las necesidades y derechos de los empobrecidos.
¿Qué estamos haciendo?, ¿qué podemos hacer?.

Vivimos en un sistema que mercantiliza todo. A todo le da un valor monetario que, curiosamente además, siempre acaba engrosando el bolsillo de los mismos, unos bien pocos y vacía el de los demás que son la inmensa mayoría. Y cuando de “sacrificios” se trata… ¡qué casualidad!, siempre recaen sobre los mismos mientras los beneficios son también para los mismos de antes (los papeles nunca se invierten ¿casualidad?).
Ahora nos están diciendo que esta enorme crisis COVID-19 sólo se puede solucionar con un “rescate” venido de Europa “ya que en España no hay capital ni capacidad para afrontar esta crisis” (y además ese "rescate" se ha de gestionar de unas determinadas maneras, no conforme decidan los gobiernos o necesite la ciudadanía).
Quienes afirman eso ya sabemos todos quiénes son y por qué y para qué lo repiten machaconamente escondiendo una realidad que no quieren que sepamos ni pensemos:
  1. -que en España hay capital sobrado para afrontar esta crisis social,
  2. -que ese capital lo tienen a buen recaudo la oligarquía española, los bancos, las empresas del Ibex-35 y las grandes corporaciones extranjeras que copan gran parte de las acciones de las empresas más rentables del mapa empresarial español,
  3. -que existe una cosa que se llama fraude”, evasión de capitales a paraísos fiscales que no se está persiguiendo conforme es debido,
  4. -…
Estamos permitiendo esto. Eso estamos haciendo. Y a causa de esta permisividad quienes antes nos exprimían ahora lo harán con mayor facilidad. La anestesia al estilo de la rana que se cuece lentamente en el puchero… funciona. Y la forma de romper con ello no es “que no calienten demasiado el agua” sino “no permitir que nos metan en la olla”.
Así que:
  1. Tomemos conciencia de nuestras propias situaciones personales y familiares, analicemos sus causas, sus consecuencias,…
  2. Hagamos lo mismo en nuestras asociaciones de vecinos y no nos conformemos con ser simples agencias de festejos y actividades de “entretenimiento” para el vecindario.
  3. Planteemos en nuestros sindicatos y partidos políticos cómo lograr una verdadera redistribución de la riqueza para dejar de una vez de masacrar al 90% de la población de nuestro país mientras los beneficios se los queda el 10% restante –o vuela lejos de nuestras fronteras- manteniendo sus fortunas o aumentándolas incluso.
  4. Promovamos en nuestros ambientes laborales, de amistad, ONGs, parroquias, comunidades cristianas, órdenes religiosas, asociaciones de todo tipo,… análisis crítico de la realidad que vivimos y maneras de trabajar para empujar la historia en otra dirección, aquella que haga realidad los principios de Solidaridad, Subsidiaridad, Destino Universal de los Bienes y Bien Común.
Santi Catalán santi257@gmail.com
Justicia y Paz Tenerife

PARA AMPLIAR/CONTRASTAR
Para "andar por casa":
Para quienes quieran apoyar e impulsar una respuesta social, viable y comprometida de toda la ciudadanía les proponemos firmar y difundir el siguiente MANIFIESTO:

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