Desde este espacio, el blog de "Justicia y Paz Tenerife",
planteamos una primera reflexión sobre ese proceso que duró aproximadamente un
mes desde sus inicios hasta el culmen el 22 de marzo de 2014 en Madrid.
Diferentes lecturas, perspectivas y motivaciones, pero también valores
comunes.
Una vez más constatamos esta diversidad y la contemplamos como un valor en
sí misma ya que es expresión de la realidad social de este país y no busca
"quedar bien ante nadie" sino ser ella misma en todas sus manifestaciones.
Otro gran valor que queremos resaltar es el que han expresado todos
aquellos grupos, formaciones sociopolíticas, comunidades cristianas,
movimientos sociales,... que independientemente de sus credos de todo tipo y de
color sin embargo han hecho frente común ante el enorme deterioro de todo el
tejido social de este país (un país que pierde población a la carrera dándose
en el 2013 el primer año en muchas décadas en que España pierde población: más
de 4 millones de españoles tienen que vivir ya fuera de estas fronteras para
poder optar a una vida mejor que la que aquí hallaban).
Un tercer valor que merece destacarse, tan importante o más que los dos
anteriores, es la firme defensa de derechos tan fundamentales como
"derecho al trabajo, derecho a la vivienda y derecho a poder comer".
Aplaudimos esta coincidencia en todos porque en ello han evidenciado una
sobresaliente sensibilidad hacia los problemas más acuciantes que están
sufriendo en este país los más pobres y empobrecidos, los excluídos sociales,
aquéllos para quienes no ha habido voluntad alguna de "rescatar" de
la miseria impuesta por un sistema que no redistribuye riqueza sino que la
acumula cada vez en menos manos para privar al resto hasta de lo que es
imprescindible para sobrevivir.
Nos hemos encontrado, por otra parte, con las consabidas reticencias ante banderas y signos que lejos de provocar concordia con todos en no pocos
casos ha llevado a servir de dificultad para no sentirse incluidos en esta
gran iniciativa popular, más o menos impulsada por unas fuerzas u otras, pero
popular a fin de cuentas (había muchos -sin banderas- que estaban ahí y sin
"jurar" ninguna de las que les envolvían).
Ha habido también quienes hubieran acudido gustosos a esta gran marcha de
marchas de no ser, precisamente, por esas muestras o signos con connotaciones
nada afines con su sentir... y no fueron, no quisieron acudir,... porque se
negaron a que "se les contara entre quienes en absoluto les representaban" y
porque tampoco querían entrar en confrontación con quienes supuestamente iban a
clamar por lo mismo que éstos.
Lamentamos también la distorsión que sobre el objetivo de esta gran manifestación han provocado los incidentes llevados a cabo por grupos totalmente discordantes con la gran mayoría de manifestantes: recurriendo a actos violentos que lo único que han conseguido es restar protagonismo a lo que verdaderamente lo tenía y dar argumentos a quienes les ha venido muy bien esos hechos para arremeter contra la macromanifestación en su conjunto.
Lamentamos también la distorsión que sobre el objetivo de esta gran manifestación han provocado los incidentes llevados a cabo por grupos totalmente discordantes con la gran mayoría de manifestantes: recurriendo a actos violentos que lo único que han conseguido es restar protagonismo a lo que verdaderamente lo tenía y dar argumentos a quienes les ha venido muy bien esos hechos para arremeter contra la macromanifestación en su conjunto.
"Respetamos esta manifestación que la izquierda de este país ha hecho
en la calle"...
Eso han dicho los portavoces del gobierno del P.P. respondiendo a las
preguntas sobre el acontecimiento culminado el 22 de marzo.
Pero se equivocaba el Gobierno y de principio a final, porque esa gran
movilización social no era de izquierdas ni de derechas, por mucha bandera
republicana o roja, o sindical, o de lo que fuera que hubiera; debieran
reconocer los gobernantes españoles que hay muchos votantes del propio P.P. que
ese 22-m estuvieron ahí, en la calle también; debieran reconocer que patearon el
asfalto ciudadanos españoles que en nada se identifican con la partidocracia
española y que detestan todos sus términos: "izquierda, derecha,
conservador, progresista,...." porque sencillamente hoy y aquí eso ya no
significa nada -visto lo visto-; debieran reconocer que este asunto poco o nada
tiene que ver con ideología alguna sino única y exclusivamente con la FALTA DE
RESPETO A LOS DERECHOS HUMANOS MÁS ELEMENTALES.
Más de uno respondió a esa afirmación de los portavoces del gobierno con
esta expresión: "No me insulte usted, por favor, que yo no soy de
izquierdas ni quiero ni necesito serlo para entender y solidarizarme con quien
sencillamente sólo pide pan, casa y trabajo".
Reivindicamos unidad.
Alguien definió a este país, en su día, como "un gran mástil clavado
verticalmente al suelo y un grupo de perros rabiosos atados todos al mástil
pero repeliéndose unos a otros", así decía que era España. Otros la han
catalogado como "las dos españas" aplicando ese dualismo a todos los
órdenes de la vida social, cultural, política, religiosa, económica, etc...
Unos y otros sencillamente expresan la enorme pluralidad que alberga este suelo
al que todavía hoy se le llama "España".
Reivindicamos el término "unidad" en el sentido social, en la
lucha o el trabajo por conseguir que los Derechos Humanos sean realmente
patrimonio de toda la humanidad y, por lo tanto, también de todos los españoles
sin distinción de raza, cultura, creencia o increencia, signo político,
ideología, sexo, edad, etc... No queremos caer en discursos imposibles pidiendo
la Luna o utopías inalcanzables que puedan quedar muy hermosas sobre el papel
pero no tienen posibilidad alguna de hacerse posibles, queremos plantear a
continuación una serie de propuestas que a nuestro juicio son plenamente realizables,
viables, a poco que haya voluntad de llevarlas a cabo:
Proponemos a:
- PARTIDOS POLÍTICOS:
- Continuar con el debate
abierto para la defensa y promoción de los DD.HH. de tal manera que desde
todas estas plataformas políticas que dicen buscar el bien común de toda
la ciudadanía se trabaje por la consecución de esos mínimos.
- Se comprometan, en cualquiera
de los estamentos de poder y responsabilidad política, a no emprender
ninguna otra "política e inversión" hasta que estos DD.HH. no
estén garantizados para TODA la ciudadanía.
- FUERZAS SINDICALES:
- Abandonar todo corporativismo servilista,
ése que tanto daño ha hecho a los trabajadores viendo en años pasados
cómo los grandes sindicatos españoles firmaban EREs fraudulentas y a
espaldas de los acuerdos asamblearios de los trabajadores mientras
callaban y permanecían totalmente pasivos ante el cierre constante de empresas sin
cuento y se generaba ya una gran tasa de paro. Todo ello "porque
quien gobernaba era supuestamente de su cuerda ideológica".
- Buscar caminos para la
verdadera unidad sindical basada no en principios ideológicos partidistas
e ideologizantes sino únicamente en la defensa de todos los trabajadores
rescatando el contenido del otrora dignificante, respetado y respetable Estatuto de los
Trabajadores.
- Se comprometan especialmente
con aquellos trabajadores más desprotejidos y sin hacer distinción entre
trabajadores españoles o extranjeros. Todos somos personas, todos somos
seres humanos acreedores al derecho al trabajo y en condiciones dignas.
- ASOCIACIONES DE VECINOS:
- Ir más allá de ser una simple
gestora de algunas celebraciones anuales y convertirse en voz de la
calle, plural y abierta, sin dejarse manipular por ideología política
alguna ni del poder ni de la oposición, de manera que puedan preservar
siempre su independencia de todos y aportar oportunidad a que todos se
sientan en ellas representados.
- Tomar partido por las familias
e individuos de su núcleo poblacional que se hallen en situación de
exclusión social o ya próximos a ella, adoptando aquellas medidas que
lleven a los gobernantes a dotar de recursos necesarios para luchar
contra la pobreza y la exclusión social.
- PLATAFORMAS REIVINDICATIVAS:
- Mantener viva la conciencia en
la sociedad de la necesidad de unirnos para garantizar unos mínimos de
justicia social, convivencia pacífica y garantización de los DD.HH.
- Ampliar y fortalecer los
vínculos entre unas y otras de manera que pueda establecerse una acción
conjunta más eficaz y con capacidad de convocatoria independientemente de
las inclinaciones político-ideológicas de cada cual.
- PARROQUIAS, COMUNIDADES Y
MOVIMIENTOS CRISTIANOS:
- Implicarnos en cualquiera de
los ámbitos de militancia o compromiso sociopolítico antes mencionados
(partidos políticos, sindicatos, asociaciones de vecinos o plataformas
reivindicativas) de manera que podamos explicitar nuestra coherencia en
la fe en un Dios que nos hermana a todos, toma postura en favor del pobre
y empobrecido y es capaz de denunciar toda injusticia aún a riesgo de su
vida, como así hizo en Jesucristo.
- Promover acciones, gestos
concretos, que evidencien nuestro compromiso con los excluídos del
sistema no ya sólo a título personal o de pequeña comunidad sino también
trabajando en red con los demás miembros de la Iglesia y además con todas
aquellas plataformas, estructuras sociopolíticas o de participación
ciudadana con quienes compartamos unos mismos objetivos y criterios de
actuación.
- SOCIEDAD EN GENERAL:
- No esperar a que "nos
toque a nosotros" para empezar a movernos sino plantearnos desde ya
maneras de hacer grupo, equipo, con quienes más afinidades podamos hallar
con vistas a colaborar eficientemente en la defensa de los DD.HH. y, por
lo tanto, a una mayor y mejor justicia social.
- Favorecer todo aquello que
posibilite la sinergia, puntos de encuentro, puentes entre diferentes
posturas,... buscando incesantemente alternativas que sean constructivas
para todos.
Nos vemos en la necesidad urgente de instar a nuestros gobernantes
políticos (ellos son quienes recaudan los impuestos) y también a quienes
manejan los hilos del poder financiero (son quienes manejan nuestros ahorros y
créditos) y empresarial (quienes tienen en sus manos los medios de producción)
a:
- Escuchar la voz de quienes han
padecido y padecen las consecuencias de una economía basada únicamente en
el afán de lucro de unos pocos -incluso mediante la estafa, fraude fiscal,
sueldos desmesurados que son una afrenta para quienes no tienen ni para
comer, etc... etc...- y establezcan un orden de prioridades coherente a
continuación.
- Buscar en primer lugar el
cumplimiento de los DD.HH., empezando por el derecho al trabajo y en
condiciones dignas, derecho a una vivienda adecuada a las necesidades de
cada familia y cada persona, derecho a la salud, a la educación y a unas
mismas oportunidades para su desarrollo personal.
- Establecer un consenso eficaz
de estos poderes con los agentes sociales representativos del resto de la
sociedad para concretar aquellas medidas que hagan posible el
cumplimiento de los DD.HH. en toda la ciudadanía sin excepción, o, al
menos, garantizar unas rentas mínimas mientras no sea posible el pleno
empleo.
Lo he leído un poco por encima y me parece estupendo pues no os olvidáis de ningún movimiento socio-político de señalarles las pautas más convenientes a seguir en estos momentos tan críticos para nuestra sociedad.Gracias por toda la labor que estáis haciendo los de Justicia y Paz de Tererife por OTRO MUNDO POSIBLE.
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