El
pasado 1 de mayo hubo concentraciones en toda España en la que distintas
organizaciones sociales, sindicales y políticas movilizaron a sus
simpatizantes, afiliados, amigos,… para reivindicar los derechos laborales de
toda la ciudadanía en edad de “trabajar” (entendido el trabajo como la
actividad remunerada).
El
slogan elegido este año por todas estas organizaciones ponía el acento en “priorizar
las personas” por encima de cualquier cosa, y más sobre los intereses
económicos ya que es y ha sido durante demasiado tiempo ya el beneficio
económico el casi único criterio que se ha seguido para el sostenimiento de una
empresa.
A nadie
se le escapa que “una empresa no se monta porque sí y obviamente se busca que
ésta sea rentable”, es decir, que deje beneficios. (Sólo las ONGs –y no todas- y
otras organizaciones sin ánimo de lucro organizan actividades o acciones cuya
finalidad no es para ese fin sino para promocionar a las personas como principal o única finalidad). Pero de esto
a lo que hemos venido observando hasta ahora... hay un abismo.
La
solución no es echar la gente a la calle.
Cierto,
eso no es ni ha sido nunca la solución, aunque en este país eso es lo que han
hecho muchas empresas y hasta las propias administraciones públicas.
Una persona trabajadora que se queda en la calle ya de entrada deja de cotizar a la
Seguridad Social, con lo cual hay un ingreso menos en las arcas que contribuyen
al bien común (obras públicas, actividades y recursos que son un bien para
todos,…), además de ello tendrá que percibir ayudas (subsidio por desempleo,
ayudas familiares,…), tendrá menor poder adquisitivo,… con lo cual también
consumirá menos y lo hará donde el coste de su compra sea menor aunque tenga
peor calidad. Etc…
Y más
tarde o más temprano eso acabará perjudicando también a quien le echó a la
calle porque en esta sociedad todo y todos estamos interconectados.
Ahora multipliquemos esto por todas esas personas que forman el grueso de la gente que está en el paro.
Hay
otras soluciones, sigue habiéndolas… pero cuando sólo se tiene ojos para el
dinero y cuanto más inmediato mejor… entonces todo lo demás y especialmente la
dignidad humana deja de ser valioso a efectos reales.
Ése es
el sentido del slogan de este año: “Primero las personas”.
¿Cuántos
parados hay en la isla de Tenerife?. Sólo en las poblaciones de Santa Cruz de Tenerife,
San Cristóbal de La Laguna, Arona, La Orotava y Granadilla de Abona juntos
suman más de 54.000 personas en el paro.
En la
concentración que se llevó a cabo el 1º de mayo éramos apenas unas 300 personas
manifestándonos, de las cuales más de la mitad estaban trabajando, no estaban
en paro. ¿No podíamos haber sido más expresando en la calle nuestra realidad y
nuestras reivindicaciones?. Encima, como en años anteriores, las mismas
organizaciones obreras fueron incapaces de ponerse de acuerdo para un
comunicado conjunto; incluso en el transcurso de la marcha desde la Pza. Weyler
hasta la Pza. Candelaria se observaban espacios y separación completa entre
unos grupos y otros, yendo cada cual a su aire sin coordinación alguna en su
conjunto (no es que esto sea esencial, ya es un logro que al menos este año no
hubiese dos concentraciones distintas y enfrentadas como en el año pasado,… pero
esto evidencia cuánto más necesitamos avanzar para generar esa sinergia y esa
unidad que necesitamos vivir).
Nos
quejamos mucho.
Y con
razón: Hay una enorme precariedad laboral.
- Es un hecho cada vez más contundente que el tener trabajo no significa en modo alguno salir de la pobreza; los salarios son cada vez peores, más precarios con lo cual los trabajadores pierden poder adquisitivo y no logran salir de la pobreza cuando ya están en ella y quienes antes rayaban esa pobreza se ven ya entrando en ella.
- Se crean demasiados empleos “en prácticas” con los cuales se cubren puestos de trabajo en idénticas condiciones que los de alguien que no esté en “prácticas”.
- Los contratos temporales crecieron en Canarias muy por debajo de la media nacional pero aún así son aún demasiados en comparación con los fijos o indefinidos.
- Cuando en las empresas se reduce personal no es porque no hagan falta sus servicios sino porque echándoles a la calle reducen gastos y quienes permanecen en la empresa han de realizar el mismo trabajo que había antes pero… empleando horas que no se les pagan conforme se debiera y perjudicando también la calidad del trabajo.
- …
Tenemos
motivos para quejarnos ¡y muchos! Pero ¿qué hacemos para hacer cambiar estas
cosas?.
Si no
te mojas no te bañas.
Los
sindicatos y organizaciones sociopolíticas que trabajan por una mayor dignidad
de los trabajadores no son perfectos. Aún lastramos los graves errores, estafas
y traición que los grandes sindicatos evidenciaron en épocas pasadas,… pero
estamos en otros tiempos, las puertas a nuestra participación en ellos están
abiertas, nuestra palabra, nuestro voto en estas organizaciones… cuenta.
Podemos
o no estar de acuerdo con lo que hay… pero también podemos ayudar a
evolucionar, desideologizar y buscar lo que es esencial en una organización que
nació para defender los derechos de los trabajadores, de TODOS los trabajadores
y trabajadoras. Pero si no estamos en esos espacios… ¿qué capacidad tendrá tal
o cual plataforma o entidad sindical, social, política,… para proponer cambios
en la vida social y, en este caso, en la vida laboral?.
Necesitamos
algo más que palabras de queja o desaliento. Necesitamos tomarnos en serio
claves como éstas:
- Implicarnos en la actividad cotidiana de los sindicatos (un sindicato no es sólo una entidad con un conjunto de servicios, es también y sobre todo un espacio de participación para conseguir cambios en lo sociolaboral).
- Trabajar en coordinación con otras entidades sindicales, aunque no coincidamos en todos los planteamientos: mejor es fijarnos en lo que nos une y crecer a partir de aquello en lo que estamos de acuerdo.
- Trabajar en red con otras instituciones quienes de una u otra manera trabajan también por la dignidad de todo ser humano (partidos políticos, movimientos sociales, culturales, instituciones educativas –la universidad-, la Iglesia con el gran potencial de la D.S.I.,…).
Santi Catalán
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