Día del padre (19 de marzo)
OBJETIVO DE LA JORNADA: "Honrar la figura del padre" puesto que su participación en la existencia de los hijos es esencial no sólo por su origen sino también por su trascendencia en su relación padres-hijos.
Con demasiada frecuencia la televisión y la prensa escrita especialmente se hacen eco de delitos muy graves de hombres que maltratan a sus parejas e incluso las asesinan. Los medios de comunicación citados y otros actúan exactamente en esto igual que con el resto de noticias: sólo resaltan lo negativo y a fuerza de escuchar estos relatos una y otra vez y con tanta frecuencia se acaba creando la imagen de que "ser varón, en este país al menos, es muy malo".
Hay además una especie de "guerra de sexos" que viene impuesta por la ideología de género y que trata de aparentar que “sólo el varón comete delito de violencia de género" (si esa violencia en el ámbito de la familia o de la pareja la ejerce la mujer entonces ni se habla de ello, se silencia sistemáticamente –y sin embargo esa violencia también existe-).
No es el cometido de este artículo, no obstante, entrar con todo detalle en ésta y otras contradicciones y absurdos en los que incurren nuestros medios de comunicación sino el de “resaltar aquello que estos medios silencian sistemática y deliberadamente: todo el bien que hombres y mujeres realizan a diario en el seno familiar”. Ese bien, por cierto, es muchísimo mayor, inmensamente mayor que todo el daño que unos y otras pueden llegar a sumar.
Igual que el primer domingo de mayo celebramos en España el “Día de la madre”, el 19 de marzo celebramos el “Día del padre” y, por lo tanto, desde estas líneas ensalzamos su papel, su trabajo, su entrega, su amor y dedicación tanto en el bien y cuidado de sus relaciones con su pareja como también con sus hijos.
Mujeres y hombres tenemos y gozamos de idéntica dignidad y por lo tanto ambos somos dignos del más absoluto respeto; no obstante, somos también diferentes (incluso dentro del mismo sexo hay diferencias y ello no es ni tiene por qué ser un problema sino una oportunidad para el crecimiento personal y familiar).
El padre, como varón, aporta pues a la vida familiar particularidades que es justo reconocer y valorar positivamente y no hablamos únicamente de sus características directamente relacionadas con lo psicológico propio, generalmente, de los varones (ya sabemos que siempre hay excepciones y son infinitas las variables) sino también de la imagen que éste aporta a sus hijos e hijas y que contribuye muy poderosamente, en complementariedad con lo que aporta la mujer, a la formación de la personalidad y manera de situarse en la vida de los hijos.
Atrás queda ya el estereotipo, además, del “padre” que lo único que quiere es tumbarse en el sofá, ver la tele (fútbol a ser posible) y dejar todas las tareas del hogar y el cuidado de los hijos en manos de la mujer; ¿quedan padres así?, sí, los hay pero cada vez muchos menos pues se va entendiendo que un padre no está en un hogar para “ayudar a su esposa” en las tareas propias de ese espacio sino que está ahí “corresponsabilizándose” y ocupándose de esas tareas que son suyas también.
Los hijos vinieron al mundo con la participación de uno y del otro, no son propiedad de ninguno de ellos, así que ambos se responsabilizan de estos hijos. Las tareas de limpiar la vivienda, fregar la loza, poner y tender la lavadora, planchar la ropa, hacer las compras, cocinar, hacer las camas, reparar la ropa, controlar la economía del hogar, asistir a las entrevistas y reuniones del colegio, atender al mantenimiento del hogar (reparaciones y cuidado de las instalaciones), gestiones administrativas,etc… no son patrimonio exclusivo de la madre ni del padre, ni siquiera es exclusivo de ellos sino que es y debe ser algo compartido entre todos los miembros que habitan un hogar, cada cual en la medida de sus posibilidades y en la mayor equitatividad posible.
Cuando un padre se muestra así corresponsable en este quehacer cotidiano va educando incluso sin decir palabra alguna el concepto que los hijos van adquiriendo de lo que es ser mujer y varón en la vida familiar y comprendiendo que “estas tareas pueden ser realizadas por cualquiera” y donde el ser más o menos diestros en ellas depende de la práctica e interés o voluntad y no de la identidad sexual.
¡FELICIDADES a esos papás que así lo entienden y lo viven!.
¡FELICIDADES! a esos millones de hogares donde ni el varón ni la mujer son ni de lejos eso que los medios de comunicación tanto recalcan cada vez que alguien comete una atrocidad sino que valoran, respetan, potencian y cuidan a sus parejas como se cuidan a sí mismos.
¡FELICIDADES! por ese testimonio callado e ignorado por muchos pero no por ello inexistente. Es rotundamente FALSO que “lo que no sale por la tele no existe”.
PARA AMPLIAR:
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué conclusiones obtienes de lo que el vídeo nos presenta?. ¿Qué piensas del texto escrito?. ¿A qué conclusiones llegas?.
- ¿Qué piensas del "morbo" que potencian todo lo que pueden los medios de comunicación?. ¿En qué ayuda y en qué perjudica?.
- ¿Cuáles deben ser nuestras actitudes tanto en el hogar (la corresponsabilidad) como en relación con nuestros padres/madres y hermanos/as? (respeto, armonía).
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