Los
días 5 al 7 de abril de 2019 se celebraron en Madrid las Jornadas “EUROPA HACIA
EL BIEN COMÚN Y LA PAZ” convocadas y organizadas por la Comisión General de
Justicia y Paz.
Fueron
7 las ponencias que se sucedieron desde el viernes 5 hasta el sábado 6 de abril
que giraron en torno a los siguientes 4 temas centrales:
-
“Soñar Europa, afectos y desafectos sobre un proyecto común”.
- “¿Es
posible una economía social y solidaria en Europa?”.
-
“Ajustar Europa al Bien Común”.
Ninguna
tuvo desperdicio y de todas ellas, además de los diálogos/debates que tras cada una de ellas se fueron sucediendo, pueden obtenerse conclusiones que invitan al
optimismo a pesar de los fantasmas, riesgos y realidades que también se dan
entre grandes posibilidades, potencialidades y realidades que también existen y
que hacen válido el slogan que resaltaba el tríptico informativo de estas
jornadas: “Cada persona puede aportar su
propia piedra para la construcción de la casa común”.
Nuestros
fantasmas.
Dentro
de ellos los hay bien visibles y que de “fantasmas” tienen poco porque
atropellan, avasallan, hieren,… otros son como bolas de nieve que van
deslizándose y agrandándose pudiendo convertirse en catastróficos aludes,… y
otros son peligros siempre latentes:
- - Esas políticas que han pasado del “welcome refugees” al “go home refugees”.
- - Rescates bancarios que han apostado ferozmente por quienes manejan el capital… y han abandonado a las personas y sus derechos humanos.
- - La competencia entre los estados miembros y tendencia a la insolidaridad entre ellos.
- - Falta de unidad fiscal.
- - Aunque hay fondos de cohesión y de ayudas a espacios y colectivos de personas desfavorecidos sin embargo demuestran ser claramente insuficientes.
- - Fractura entre el Norte y el Sur europeos. La estructura construída en Maastricht no contemplaba las tormentas posteriores (crisis del 2008…): devaluación del presupuesto comunitario, del mercado laboral, de la inversión social, no creación de estructuras que pudieran equilibrar las balanzas,…
- - Inexistencia de una política social propiamente europea (todas las políticas sociales dependen únicamente de cada estado).
- - La suspensión de acuerdos internacionales que iban en beneficio del Bien Común planetario para primar intereses economicistas por parte de potencias como EE.UU., China y otros no ha tenido contestación crítica suficiente en Europa,… lo cual evidencia muestras de debilidad y falta de convicción del valor de nuestro proyecto común.
- -...
Y dos
más que apuntan a las causas del déficit ya no sólo de la UE sino también de
los Estados a la hora de hacer frente a las desigualdades:
- - Aumentan los impuestos en Europa al CONSUMO (sube el IVA) más que a la producción, más a los SALARIOS que a las ganancias, más a las PERSONAS FÍSICAS que a las empresas (y menos a aquéllas que pueden mover capitales de un estado a otro).
- - Clásicamente el valor económico de un país dependía de dos elementos clave: Capital y Trabajo; ambos elementos subsisten hoy junto a otros tres: Materia, Energía e Información. Hoy el Capital se invierte especialmente en Información y se resta del Trabajo, con lo cual la llamada “Digitalización” que le da mucha mayor importancia a la Información que al Trabajo acabamos comprobando que el factor trabajo no sólo pierde valor frente a la robótica y la información sino, como consecuencia, también su cotización y lo que el Estado percibirá –por consiguiente- será inferior. Tirando del hilo se pueden deducir claramente lo que ya hoy estamos observando y que se agudizará en el futuro si no se corrige esta tendencia.
- La actual U.E. parte de un deseo de construcción comunitaria positivo en el que subyacen valores de cooperación, equidad, respeto a los Derechos Humanos,… que se han fortalecido a medida que ha ido madurando este gran proyecto y se han introducido otros como el cuidado del Medio Ambiente.
- Cierto que prima más la lógica económica o economicista sobre la cohesión social pero si la comparamos con el entorno mundial hay que reconocer que aún subyacen en ella los valores que impulsaron su nacimiento y desarrollo posterior y especialmente todo lo relacionado con los Derechos Humanos y la preservación del Medio Ambiente.
- Existe todavía capacidad de diálogo, ámbitos donde desarrollarlo y apertura a las diferentes propuestas que se puedan plantear; la misma pluralidad y diversidad de perspectivas que hoy aportan los 28 estados miembros es un gran valor y oportunidad para seguir creciendo y madurando sus ideales comunitarios aún a pesar de las tensiones que los nacionalismos e intereses particulares, además de lo señalado en el capítulo anterior, están generando.
- La U.E. es un gran mercado, el mayor del mundo, con una enorme potencialidad que no se está aprovechando suficientemente a la hora de exigir a competidores como China un mayor respeto a los Derechos Humanos y al Medio Ambiente a la hora de vender sus productos en la U.E.
¿Qué
podemos hacer?.
Se
podría contestar con absoluta rapidez: “Todo lo que queda por hacer, corregir
errores o tendencias negativas, ampliar y profundizar en aquello que ha
resultado ser positivo para el Bien Común”.
Mas si
queremos concretar un poco al menos es necesario plantearnos actitudes que
hagan posible esa respuesta rápida:
- Empezar por cada uno de nosotros mismos: desarrollando nuestros proyectos personales buscando más el Bien Común (donde quepa el nuestro como una parte más) que el interés estrictamente particular.
- Dar nuestro voto a aquellas formaciones políticas con vocación europeísta y que apuesten más por la cohesión comunitaria corrigiendo desigualdades que por los rendimientos económicos a favor de unos pocos.
- Participar activamente en plataformas sociopolíticas en las que plantear nuestras ideas y trabajar conjuntamente con los demás en la elaboración de propuestas que ayuden a corregir errores y emprender reformas que favorezcan al Bien Común.
- Promover y fomentar desde la enseñanza valores cooperativistas mucho antes que lo competitivo, educar para saber discernir, ser críticos frente a las realidades destructivas a la vez que transformadores de esa realidad.
- Desarrollar ampliamente pedagogías tales como el Aprendizaje-Servicio que ayuden al alumnado a comprender la necesidad de ser competentes para poder ofrecer un mejor servicio al Bien Común y no sólo para obtener buenas calificaciones y un status social.
- Impulsar desde la familia y desde la escuela valores de corresponsabilidad, colaboración, compromiso en lo comunitario, cuidado del Medio Ambiente, la gratuidad, solidaridad, justicia, paz, respeto absoluto a la dignidad humana de toda persona,…
- Implicarnos en la reedificación de los valores humanos que impulsaron el proyecto europeo y desarrollarlos en toda su amplitud y profundidad de acuerdo con nuestra identidad cristiana.
- Promover desde las comunidades cristianas de base, en las parroquias,… una catequesis que apunte claramente al compromiso social y no sólo sacramental o cultual. Para ello necesitaremos también formarnos.
- Impulsar una Educación del Hecho Religioso más abierta a los valores humanos, al ecumenismo, a la contemplación y vivencia práctica de la diversidad cultural y religiosa.
- Dar ejemplo en la acogida, integración, promoción y acompañamiento dignos en relación con los inmigrantes y refugiados.
- Conocer y dar a conocer la D.S.I. no sólo en sus planteamientos teóricos sino también y al mismo tiempo dando muestras claras de que la estamos viviendo, realizando gestos concretos en los cuales expresamos coherencia con su grandes principios.
- Llevar la frescura del Evangelio a todos nuestros ámbitos de vida personal, familiar, laboral, comunitaria celebrativa, de compromiso eclesial y sociopolítico, cultural, deportivo, etc…
- Tomar las crisis (inclusive las que actualmente atraviesa dolorosamente nuestra Iglesia) como una gran oportunidad de cambio, transformación y renovación completas para volver a lo esencial del seguimiento de Jesucristo.
- Tomar la política y nuestro compromiso en ella como una gran oportunidad de abrirnos a los demás, ofrecer nuestros planteamientos, acoger lo que recibamos de los demás y emprender proyectos en los que podamos compartir ideales comunes.
- Pedir a Dios que infunda en todos un deseo sincero de SERVIR y de transformar la realidad para alcanzar juntos el Bien Común.
- Preguntarnos siempre y en todo lugar y momento: “cuál es nuestro papel” desde nuestro sentimiento de pertenencia a la comunidad y desde el modo en que Dios mira a las personas.
- Vivir la cultura eucarística: la de este Jesucristo que se parte y se da a todos para dar vida.
Como
dijo Helder Cámara: “Pensemos que para muchos seremos el único Evangelio que podrán
leer”.
Y... como dijimos al principio: “Cada persona puede aportar su propia piedra para la construcción de la casa común”.
PARA AMPLIAR:
Pues bien hermano Santi: Aunque sea un poco largo lo que expuse voy a tratar de recuperar lo más importante para mí y es que creo que el principio de cristiandad se ha perdido casi al 100%.Yo lo lamento muy de veras porque era el tema principal o sea, ser fieles a las palabras del Maestro de Nazaret.Pero a principios del siglo III y con la falsa conversión del Emperador Constantino al ver cómo se desmoronaba el Imperio Romano,utilizó a este alucinando a la buena fe y poca ilustración de los primeros cristianos diciendo que se le apareció una gran cruz y (más o menos)oyó una gran voz que le dijo"Con esta Cruz Vencerás".
ResponderEliminarComenzó a obsequiar a los por entonces humildes y pobres eclesiásticos más relevantes y los acostumbró a vivir más ricamente,hasta casi adoptar para la Iglesia los medios y organización del Imperio Romano del cual ha sido progresivamente la forma de organización de la actual Iglesia Romana,totalmente opositora en los medios a los principios del fundador del cristianismo(no de la Iglesia Romana),por lo que estimo,que desde entonces,ha perdido su verdadera esencia ,así como también se nos ha enseñado a través del catecismo más los Mandamientos de la Santa Madre Iglesia que los principios y modelos de vida del Maestro de Nazaret.
Es ésta,por lo tanto, la verdadera dificultad para volver al Evangelio,según nos dice el Papa Francisco,quedando él mismo atado por ese poder de la Jerarquía que le impide volver a los mismos orígenes,pues hasta que el Vaticano no deje de ser un Estado y hasta que esa Iglesia no rechace la Carta de las Naciones Unidas,siendo como es Una Monarquía Absoluta,esta Iglesia no será la de Jesús de Nazaret ni representará para nada el cristianismo.