2015-08-10
Radio Vaticana
(RV).-
Con el telón de fondo de su Encíclica 'Laudato si', el Papa Francisco -
compartiendo con el Patriarca Ecuménico Bartolomé la preocupación por el futuro
de la creación – ha decidido instituir también en la Iglesia Católica la
«Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación», que, a partir del
año en curso, será celebrada el 1 de septiembre, como hace la Iglesia Ortodoxa.
Así se
lee en la carta pontificia dirigida a los Cardenales
Turkson y Koch, presidentes respectivamente de los Pontificios Consejos Justicia y Paz y para la Promoción de la Unidad de los Cristianos:
«Como
cristianos, queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis
ecológica que está viviendo la humanidad», escribe el Papa, recordando luego la
importancia de la conversión ecológica y del ecumenismo. Y haciendo hincapié en
que «vivimos en un tiempo en el que todos los cristianos afrontamos idénticos e
importantes desafíos, y a los que debemos dar respuestas comunes, si queremos
ser más creíbles y eficaces».
«Esperando
la más amplia colaboración para el buen comienzo y desarrollo de la Jornada
Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación», el Obispo de Roma invoca la
«intercesión de la Madre de Dios María Santísima y de san Francisco de Asís,
cuyo Cántico de las Criaturas mueve a tantos hombres y mujeres de buena
voluntad a vivir alabando al Creador y respetando la creación».
Texto
completo de la Carta del Papa Francisco, fechada el 6 de agosto de 2015, Fiesta
de la Transfiguración del Señor:
«A los
Venerables Hermanos Cardenal Peter Kodwo Appiah TURKSON, Presidente del Pontificio
Consejo Justicia y Paz y Cardenal Kurt KOCH, Presidente del Pontificio Consejo
para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
Compartiendo
con el amado hermano Bartolomé, Patriarca Ecuménico, la preocupación por el
futuro de la creación (cf. Carta Enc. Laudato si’, 7-9) y, acogiendo la
sugerencia de su representante, el Metropolita Ioannis de Pérgamo, que
intervino en la presentación de la Encíclica Laudato si’ sobre el cuidado de la
casa común, deseo comunicarles que he decidido instituir también en la Iglesia
Católica la «Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación», que, a
partir del año en curso, será celebrada el 1 de septiembre, tal como acontece
desde hace tiempo en la Iglesia Ortodoxa.
Como
cristianos, queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis
ecológica que está viviendo la humanidad. Para ello debemos ante todo extraer
de nuestro rico patrimonio espiritual las motivaciones que alimentan la pasión
por el cuidado de la creación, recordando siempre que, para los creyentes en
Jesucristo, Verbo de Dios hecho hombre por nosotros, «la espiritualidad no está
desconectada del propio cuerpo, ni de la naturaleza o de las realidades de este
mundo, sino que vive con ellas y en ellas, en comunión con todo lo que nos
rodea» (LS. 216). La crisis ecológica nos llama por tanto a una profunda
conversión espiritual: los cristianos están llamados a una «conversión
ecológica, que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con
Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea» (LS. 217). De
hecho, «vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte
esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un
aspecto secundario de la experiencia cristiana» (LS. 217).
La
Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, que se celebrará
anualmente, ofrecerá a cada creyente y a las comunidades una valiosa
oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios
de la creación, elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra
que Él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de
la creación y su misericordia por los pecados cometidos contra el mundo en el
que vivimos. La celebración de la Jornada en la misma fecha que la Iglesia
Ortodoxa será una buena ocasión para testimoniar nuestra creciente comunión con
los hermanos ortodoxos. Vivimos en un tiempo en el que todos los cristianos
afrontamos idénticos e importantes desafíos, y a los que debemos dar respuestas
comunes, si queremos ser más creíbles y eficaces. Por esto, espero que esta
Jornada pueda contar con la participación de otras Iglesias y Comunidades
eclesiales y se pueda celebrar en sintonía con las iniciativas que el Consejo
Ecuménico de las Iglesias promueve sobre este tema.
Le pido
a Usted, cardenal Turkson, Presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz,
que ponga en conocimiento de las Comisiones de Justicia y Paz de las
Conferencias Episcopales, así como de los Organismos nacionales e
internacionales que trabajan en el ámbito ecológico, la institución de la
Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, para que, de acuerdo
con las exigencias y las situaciones locales, la celebración se organice
debidamente con la participación de todo el Pueblo de Dios: sacerdotes,
religiosos, religiosas y fieles laicos. Para este propósito, y en colaboración
con las Conferencias Episcopales, ese Dicasterio se esforzará por llevar a cabo
iniciativas adecuadas de promoción y animación, para que esta celebración anual
sea un momento intenso de oración, reflexión, conversión y asunción de estilos
de vida coherentes.
Le pido
a Usted, cardenal Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de
la Unidad de los Cristianos, que se ponga en contacto con el Patriarcado
Ecuménico y con las demás realidades ecuménicas, para que dicha Jornada Mundial
sea signo de un camino que todos los creyentes en Cristo recorren juntos.
Además, ese Dicasterio se ocupará de la coordinación con iniciativas similares
organizadas por el Consejo Ecuménico de las Iglesias.
Esperando
la más amplia colaboración para el buen comienzo y desarrollo de la Jornada
Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, invoco la intercesión de la
Madre de Dios María Santísima y de san Francisco de Asís, cuyo Cántico de las
Criaturas mueve a tantos hombres y mujeres de buena voluntad a vivir alabando
al Creador y respetando la creación. Como confirmación de estos deseos, le
imparto a ustedes, Señores cardenales, y a cuantos colaboran en su ministerio,
la Bendición Apostólica.
Vaticano,
6 de agosto de 2015
Fiesta
de la “Transfiguración del Señor”.
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