Mi piel mejunje.
Mi gobierno proscrito.
Mis huestes utópicas.
Soy canditado al inventario de la omisión
por no ser globable”.
Silvio Rodriguez: Fronteras
Coincidiendo con el Día Mundial del Refugiado celebrado el 20 de junio
pasado, la organización United For International Action hacía
pública una la lista documentada de 22.394
solicitantes de asilo, refugiados e inmigrantes, muertos a consecuencia de las
políticas restrictivas de la Unión Europea desde el 1 de enero de 1993 hasta el
24 de abril de 2015. Junto a los datos de los fallecidos se
encontraba el motivo de su fallecimiento.
Una lectura de dichos motivos refleja, a las claras, las consecuencias
“colaterales” de unas políticas de migración y asilo deshumanizada,
orientada fundamentalmente desde criterios economicistas y de conveniencia , en
la que aquellos que no caben son sistemáticamente excluidos y como consecuencia
de las cuales muchas personas, hombres, mujeres, ancianos y niños pagan con sus
vidas.
2. Una política migratoria fallida.
Para controlar y vigilar que no entren quienes no tienen que entrar se
ha establecido toda una estructura para la que no se escatiman recursos:
FRONTEX, Eurosur, Tritón , concertinas, unidades de intervención rápida,
sistemas informáticos coordinados, “políticas de devolución” con los países de origen,
etc. Tampoco se regatean medios para obstaculizar la regularización a aquellos
que han conseguido entrar en la Unión y se encuentran en situación irregular:
dificultades en el acceso a derechos fundamentales como la educación o la
sanidad, inversión en centros de internamiento de extranjeros, vuelos
combinados de retorno, redadas policiales con perfil étnico… Este es el
contexto en el que se cumple la paradoja del profesor Julien Desbroz cuando
afirma que: “la obsesión de la Unión Europea por crear mecanismos de
vigilancia y control ante la llegada de los inmigrantes acaba representando un
peligro para la vida de estos” .
La actitud hacia desplazados, solicitantes de asilo y refugiados en la
Unión no es muy distinta. A la confusión entre inmigrante económico y
solicitante de asilo y refugio que siembran algunos líderes políticos y
replican medios de comunicación (en ocasiones de forma intencionada y en otras
ocasiones fruto de la ignorancia) se suma una legislación cada vez más
restrictiva en el reconocimiento de las solicitudes de asilo, un diferente
tratamiento a las mismas según los estados y unos estándares muy
diferentes en el respeto a los Derechos Humanos.a lo largo del proceso
Todo ello a pesar de existir una política europea común de asilo
Ciertamente el hecho migratorio y la cuestión de los desplazados y
solicitantes de asilo preocupa en la Unión Europea desde hace tiempo.
Ello se refleja, no únicamente en el hecho de que buena parte del contenido de
las políticas relativas a estos ámbito, se decidan desde Bruselas, sino
también en la presencia, dentro del último colegio de comisarios de uno
que se dedica específicamente a este cometido. También es signo de ese interés
la reorientación que se está dando a la Política Europea de Vecindad como
consecuencia de la Primavera Arabe, el crecimiento del integrismo islámico o el
conflicto de Ucrania.
Sin embargo, y aunque no se haya explicitado, el principal motivo de
preocupación en la Comisión y en el Consejo es que las medidas de control de flujos
no controlan y las medidas de la política europea común de integración no
sólo no integran sino que excluyen. Por otro lado ya no es posible situar
en el Mediterráneo o en la Europa del Este los principales focos de conflicto
migratorio. Países como Dinamarca, el Reino Unido o Francia son noticia en los
medios por la llegada de un numero creciente de inmigrantes en situación
irregular y solicitantes de asilo.
3. Los diez puntos de intervención y la agenda
europea sobre migración.
Los sucesos del pasado 17 de abril en el que murieron en aguas de Libia 700
personas que se encontraban a bordo de un barco que intentaba llegar a
las Costas italianas motivaron una reunión conjunta de los ministros de
interior y asuntos exteriores de la Unión tres días más tarde en el
que se activó un plan de acción coordinado de 10 puntos que evitara futuras
catástrofes. Sin embargo, la insuficiencia de este plan, el convencimiento de
que ningún estado miembro puede gestionar por sí mismo una respuesta a los
retos que las migraciones plantean y la necesidad de proporcionar una respuesta
global y solidaria, que armonizara los valores europeos , el
respeto a los derechos humanos y la protección de las fronteras, motivaron al
Consejo Europeo de 23 de abril a instar a la Comisión para que elaborara una agenda europea sobre migración.
En esta agenda, además de definirse cuatro pilares para una mejor gestión
de la migración se establecieron dos sistemas de cooperación solidaria entre
los miembros:
Un primer mecanismo, denominado de reasentamiento, cuyo fin es
que personas que se encuentran en países de fuera de la Unión Europea y tengan
una necesidad clara de protección internacional , puedan ser reasentados en los
estados miembros que voluntariamente así lo decidan. Es pues un mecanismo
voluntario, destinado a dar respuesta a 20.000 personas procedentes del
Norte de África, Oriente Medio y el Cuerno de África. Para apoyar este
proceso se prevé financiación de la UE. El reparto se propone en base a
criterios objetivos. En el caso español, la cifra sugerida era de 1.549
personas que el Estado español ha aceptado
Un segundo mecanismo, de carácter no voluntario denominado de reubicación
temporal, destinado a ubicar en los distintos estados miembros a personas
con clara necesidad de protección internacional que ya se encuentran en
la Unión Europea, concretamente en Grecia e Italia y cuyos
gobiernos están desbordados ante la magnitud de la necesidad y no pueden dar
respuesta. Este mecanismo se basaba en el artículo 78.3 del Tratado de
Funcionamiento de la Unión Europea, un artículo previsto para situaciones de
emergencia, y tiene en cuenta unos criterios objetivos para el
reparto en función de los cuales a España le correspondía acoger a 4.800
de las 40.000 personas previstas.
4. Estalla la crisis de los refugiados en las
instituciones europeas. España se desmarca.
La publicación de las cuotas a reubicar por países propuesta por la
Comisión Europea, suscitó fuertes discusiones en los consejos de ministros de
interior y de asuntos exteriores previos a la reunión del Consejo Europeo de
finales de junio. En el caso español, el ministro de asuntos exteriores García
Margallo no ocultaba su disgusto ante el sistema de cuotas por considerarlo
desproporcionado e injusto.
La reunión del Consejo Europeo los días 25 y 26 de junio supuso la
práctica claudicación de la Comisión ante las posturas de países como
España, Lituania o Hungría que pedían que el reparto de cuotas sujetas a
reubicación fuera da carácter voluntario. Finalmente sería en el Consejo de
Ministros de Justicia y Asuntos de Interior del pasado 20 de julio donde
se acordara que el número de personas a reasentar no sería de 20.000 sino
de 22.504 y que el numero de personas a reubicar serían 32.256 quedando
pendientes 7.744 que lo serían en diciembre. España se ha comprmetido a
reubicar a 1.322 de los 4800 que les correspondían, aludiendo a que acoger
mayor número sería potenciar un efecto llamada y , en palabras del ministro del
interior, extender una gotera por toda la casa en lugar de tapar el orificio
por donde sale el agua.
Lo que sucede, es que esas gotas tienen nombre y apellidos.
Emilio José Gómez
Ciriano
Responsable de DDHH de
Justicia y Paz
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