Charo
Castelló interviene en la Cumbre Mundial de Alcaldes con el Vaticano sobre
“Esclavitud moderna y cambio climático”.
20
JULIO 2015 | POR ABRAHAM
Comenzó el 21 de julio y cuenta también con la participación de la alcaldesa de Madrid,
Manuela Carmena.
Organizado por las
Academias Pontificias de las Ciencias y de las Ciencias Sociales, Roma acoge
esta Cumbre Mundial, para un diálogo con 50 alcaldes de las ciudades más
importantes del mundo que compartirán sus compromisos con el papa Francisco.
El
principal objetivo de este encuentro es lograr que las autoridades políticas
locales se unan a los líderes religiosos en su solicitud para que la ONU
considere las nuevas formas de esclavitud (la trata de personas, el trabajo
forzado, la prostitución, el tráfico de órganos, y toda relación que no
respete la convicción fundamental de que todas las personas son iguales y
tienen la misma libertad y la misma dignidad) como un delito de lesa humanidad,
así como ejercer presión moral sobre esa organización para asegurar que los
nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, que serán aprobados por la ONU en
septiembre de 2015 y en la XXI Conferencia de París (COP21) en diciembre,
asignen un peso suficiente a estas dos urgencias dramáticas.
Charo
Castelló ha sido invitada en representación del comité organizador del
Encuentro Mundial de Movimiento Populares con el Papa. La aportación de
Castelló, copresidenta del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos y
militante de la HOAC, es para el comité organizador del EMMP una oportunidad de
concretar, por un lado, mecanismos de interlocución junto con otros actores
políticos de relevancia y, por otro lado, la primera oportunidad de compartir y
poner en práctica la hoja de ruta que consolida la triple T: Trabajo, Tierra y Techo.
Hoy día
afrontamos dos urgencias dramáticas que, en cierto modo, están relacionadas: la
crisis del cambio climático y las nuevas formas de esclavitud. Como dice
Laudato si’, las consecuencias del cambio climático azotan con mayor fuerza a
las personas más vulnerables del planeta, mientras que ellas ni siquiera
disfrutan de las ventajas de usar los combustibles fósiles. Los líderes religiosos, llamados a condenar las nuevas formas de esclavitud, han subrayado
la relación entre el ambiente natural y el ambiente humano. De hecho, el
calentamiento global es una de las causas de la pobreza y de las migraciones
forzadas, favoreciendo la trata de personas, el trabajo forzado, la
prostitución y el tráfico de órganos.
La
contribución activa de los gobiernos locales es crucial en la lucha contra este
delito atroz. Los alcaldes y las autoridades locales tienen un rol que
desempeñar en la abolición de este delito de lesa humanidad.
(Ver artículo original).
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