lunes, 29 de septiembre de 2025

Sansofé, mucho más que clases de español

Sansofé: mucho más que clases de español para migrantes en Tenerife.

La Diócesis Nivariense ofrece desde 2020 diferentes “espacios de humanidad” en un proyecto con menores llegados en cayucos.

Proyecto con migrantes de la Diócesis de Tenerife.

Por Miguel Ángel Malavia

| 26/09/2025

Ante la negativa de muchos municipios y autonomías del conjunto de España a acoger a menores migrantes no acompañados, llevados por “discursos xenófobos”, la trágica realidad es que “hasta 5.500 de estos chicos están en Canarias, donde han llegado jugándose la vida en cayucos y ahora se ven hacinados en centros. Todo para, en cuanto cumplen los 18 años, ser expulsados de los mismos y verse vagando en muchos casos por las calles, sin ningún tipo de apoyo institucional”.

Esta es la denuncia de Suso González Concepción, delegado de Migraciones de la Diócesis de Tenerife. Aunque este laico de 60 años, casado y padre de dos hijos, destaca cómo, lejos de sumarse a esa ola de indiferencia, la Iglesia local trata de abrir sus brazos a quienes han llegado de fuera y se encuentran en una situación de vulnerabilidad. Y lo hacen de muchos modos, empezando por involucrarles en sus parroquias: “Pese a que tenga mucho más eco mediático el rostro más dramático de la migración, que es el del africano que viene en cayuco, hay que aclarar que la mayoría de las personas que llegan de fuera provienen de América Latina y llegan en avión. Muchas son católicas y, poco a poco, se comprometen en las comunidades eclesiales como catequistas o con otras responsabilidades importantes”.

Laicos y monjas.

En cuanto a los que lo tienen más complicado, los jóvenes que vienen solos desde Senegal, Malí, Gambia o cualquier país del África subsahariana, “desde 2020 contamos con una respuesta que nos ilusiona mucho: el proyecto Sansofé”. Así, gracias al compromiso de un grupo de voluntarios laicos y monjas de varias congregaciones, “ofrecemos clases de español a muchos jóvenes migrantes”. Solo el curso pasado acompañaron a 350 chicos.

Siendo importante ese conocimiento académico que puede ayudar a los chicos de cara a su presente y su futuro en nuestro país, “todos los miembros del equipo tenemos claro que ese solo es el punto de partida de algo mucho más amplio: aprovechar esos ratos en el aula para generar auténticos espacios de humanidad, en los que miremos a la persona y esta se sienta acogida, respetada y querida. Lo que se basa en ratos de conversación y en que, en un ámbito seguro, puedan abrir su corazón y que afloren sus muchas preocupaciones”.

Proyecto con migrantes de la Diócesis de Tenerife.

De ese modo, recalca González, “la acogida humana es el motor de todo, en contraposición con la xenofobia y el rechazo que muchas veces reciben estos jóvenes. Cuando somos capaces de ampliar la mirada, te encuentras con la realidad: simplemente, son personas que han dejado todo atrás para poder ayudar a sus familias y tratar de tener una vida mejor, buscando estudiar, trabajar y tener amigos, como cualquiera de nosotros”.

A su encuentro.

Para facilitar ese acceso a los jóvenes migrantes, “al principio íbamos mucho al encuentro con ellos, pues, ya al haber llegado a la mayoría de edad, estaban en la calle. Ahora nos es más fácil, pues colaboramos con ACCEM, la ONG que gestiona para la Administración el campamento de Las Raíces, en La Laguna, donde hay 3.400 internos, y ofrecemos dar esas clases de español fuera”.

Los cursos se imparten en el seminario diocesano y en el Colegio Nazaret, en La Laguna, y en la Parroquia de La Cruz del Señor, en Santa Cruz. Pero, “poco a poco, se van sumando más grupos al proyecto y ya contamos con algún centro educativo y con parroquias que nos ofrecen sus instalaciones. Además, hemos ido más allá de la isla y estamos en El Hierro, ahora mismo, uno de los grandes epicentros a la hora de recibir cayucos. Todo fue gracias a una voluntaria que estaba en Tenerife y que, al volver a su isla, ofreció poner en marcha Sansofé en su parroquia de Valverde, cediendo un espacio y comprometiéndose varias personas más”.

Un auge fraterno que enorgullece al delegado de Migraciones: “Me gusta mucho destacar la gran diversidad del equipo de voluntarios, que suelen ser 20 y que en ocasiones llegan a ser hasta 40, y entre los que hay distintos modos de vivir su vocación cristiana, así como una gran diferencia de edades, habiendo jóvenes y mayores. En cuanto a sus profesiones, también los hay de todo tipo, no siendo la mayoría profesores. De haya que haya que agradecer su esfuerzo por querer dedicar su tiempo a preparar y dar unas clases de un modo completamente gratuito”.

Matrimonio comprometido.

Alberto Martín García y Jenny Arteaga García son dos de esos voluntarios. Unidos en matrimonio, también les vinculan sus ganas de encarnar su fe en la ayuda a quienes más lo necesitan. Como señala ella, “llevamos 30 años comprometidos en una parroquia de Santa Cruz, en mi caso como catequista. Hace un año, quisimos ir más allá y trabajar juntos en un proyecto eclesial. María Teresa Villarino, religiosa de la Pureza de María involucrada en el proyecto, nos habló de Sansofé y ahí entramos, primero en La Laguna y ahora en nuestra ciudad, en una parroquia cerca de nuestra casa. Ninguno de los dos somos docentes, pero nos implicamos con mucha ilusión en algo que para nosotros es providencial”.

Proyecto con migrantes de la Diócesis de Tenerife.

Como añade su marido, “recuerdo cuando éramos pequeños y en el Domund nos hablaban de ayudar a los africanos. Ahora, ellos están aquí, en nuestra isla. Y, como cristianos, sentimos que necesitan una mano amiga, por lo que les ofrecemos las nuestras. Además, estamos convencidos de que, si reciben respeto y cariño, así se lo transmitirán a los demás y entre todos construiremos una sociedad mejor”.

Aunque la mayoría de los jóvenes acompañados son musulmanes, Arteaga apunta que “no hace falta que les digamos que somos cristianos, pues ellos saben que lo somos. Así, me quedo con lo que vivimos hace unos meses, cuando coincidían nuestra Pascua cristiana con el final de su Ramadán. Celebramos una gran fiesta conjunta, con comida, baile y mucha alegría. Fue en verdad especial poder celebrar juntos algo que nos une, cada uno desde su fe”.

Fuente: https://www.vidanuevadigital.com/2025/09/26/sansofe-mucho-mas-que-clases-de-espanol-para-migrantes-en-tenerife/

No hay comentarios:

Publicar un comentario