Hace unos años, durante unas obras en la carretera general Santa Cruz-La Laguna, quedó al descubierto una cueva natural, posiblemente resto de un tubo volcánico que pronto empezó a tener inquilinos, así que para evitar que se metieran adentro tapiaron aquel agujero dejando libre un pequeño “recibidor” y luego instalaron una valla para dificultar la entrada a ese espacio.
Hace
menos de un año para acá alguien, ante la necesidad de lugar donde poder
dormir, un techo accesible a sus bolsillos, ocupó ese recibidor y empezó a
poner cortinas, sillas para sentarse,… tratando de adecentar el espacio.
Viajando
en guagua todos los días pasando por este punto podía describirse la evolución
de la situación. Era fácil adivinar que eso pronto terminaría: era demasiado
notorio, estaba muy a la vista de todo el mundo, era cantoso en exceso, claro.
Así que hace unos días desalojaron a quienes habitaban este espacio y les ofrecieron otro lugar más digno, eso dice el periódico Diario de Avisos.
¿Qué pasa con todos los demás?.
Como
esas tres personas hay muchísimas más botadas en la calle. Unas duermen en
jardines; otras bajo los puentes; algunas más en las entradas de los bancos,
donde los cajeros automáticos envueltos en cartones; en chabolas o alguna nave
abandonada; otras… en otras cuevitas del barranco,...
Café y
Calor, recurso alojativo y de atención social de Cáritas Diocesana de Tenerife
está ya saturado; lo mismo el Albergue Municipal a pesar de la mala prensa que
tiene (no todos ni mucho menos quieren ir allí).
¿Qué pasa con las más de dos mil personas sin hogar que hay en la isla de Tenerife?. Según el último informe de Cáritas, el número de personas sin hogar en Tenerife ha variado, con cifras recientes que indican una atención a más de 1.200 personas por parte de sus unidades móviles y una cifra total cercana a 2.261 personas en situación de exclusión residencial en la isla, según datos de finales de 2023/principios de 2024.
Y de un
año para acá el tema “vivienda” no ha mejorado sino que ha empeorado, más
todavía. Los alquileres por las nubes, más prohibitivos que nunca,… mientras
las viviendas vacías en la isla de Tenerife suman aproximadamente unas 94.000,
lo que representa cerca del 20% del total de viviendas registradas en la isla,
según datos de junio de 2025 publicados por el medio El
Día.
Parte de estas viviendas vacías han sido embargadas y están en poder de los bancos quienes hacen doble negocio: se quedan con todo lo que los antiguos dueños pagaron por ellas hasta no poder más y luego en parte las gestionan ellos mismos o las venden a unas pocas entidades que a su vez las venden a nuevos propietarios a precios “asequibles” pero siempre bastante superiores a lo que debiera ser. Negocio, especulación “legal”.
Derecho a una vivienda digna y adecuada.
El Art. 47 de la Constitución Española dice:
“Todos
los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada.
Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las
normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización
del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La
comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los
entes públicos”.
El artículo en cuestión no contempla la usura de las entidades bancarias ni de aquellas entidades que compran las viviendas embargadas en grandes paquetes. El problema ya no es sólo el precio del suelo, son esas plusvalías también que puede que sean legales pero son totalmente amorales, fuera de toda ética pagando las consecuencias especialmente quien menos medios tiene para enfrentar sus necesidades habitacionales.
Así se explica que haya en Tenerife muchísimas más viviendas vacías que personas sin hogar; curiosamente la misma cosa que sucede en el resto de España.
La vivienda: garantía de estabilidad.
Una
vivienda que pueda dar cabida a una familia donde haya, por lo tanto, agua
corriente, luz eléctrica y pueda aislarse del exterior mediante puertas y
ventanas, con mobiliario suficiente y los electrodomésticos imprescindibles no
tendría porqué ser tan cara a como se está vendiendo. Aún así en este país sale
mucho más barato comprar una vivienda que meterse en una de alquiler (esto
último equivale a dedicar el 80% o más a ese pago y con el resto… sobrevivir o
mal vivir).
Una vivienda aunque sea sencilla y únicamente con lo imprescindible para vivir aporta descanso: no es lo mismo estar trabajando y dormir al raso o en un lugar donde puede pasar de todo que hacerlo en un espacio que sólo controlan tú y los tuyos; seguridad: sin estar a merced de robos, contacto con ratas, temporales de calor o frío que pueden llevarte a enfermar,…; permite la intimidad, tener tu espacio personal,…
No
tener vivienda es colgar en la cuerda floja todo: el trabajo, la salud física y
mental, el formar una familia,… y si eso es así ¿qué vida digna puede esperar?.
Santi Catalán
santi257@gmail.com
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