martes, 16 de diciembre de 2025

Navidad, más que una tregua

Es conmovedora aquella historia en la que dos ejércitos hace 101 años dejaron sus armas, salieron de sus trincheras, se fueron en busca de los otros y llevaron a cabo lo impensable. Apenas duró aquella "tregua de Navidad"... pero es una muestra de lo que puede mover el corazón humano cuando realmente quiere.

¿Qué observamos?.

Echemos un vistazo a nuestro alrededor, veamos nuestras familias, las realidades de nuestros barrios y ciudades, de nuestro país en todos sus rincones,... ¿está todo bien?, ¿hallamos felicidad en todos los rostros?,....

Miremos nuestros bosques, los montes, nuestros ríos, costas y mares,... ¿creemos que estamos respetando adecuadamente nuestra Casa Común que lo es no sólo de la humanidad sino también de todo ser vivo y de los ámbitos en los cuales se desarrolla la vida?.

Observemos nuestras relaciones humanas: la que cada cual tiene consigo mismo/a, con los cercanos, con los lejanos,... las dialécticas en las redes sociales en las que "los unos tachan de lo peor a los otros mientras los otros hacen lo mismo con los unos" generando constante crispación y antagonismo que a nadie beneficia,... ¿qué valores encontramos y cuáles echamos en falta?.

¿Y el mundo en su conjunto?. ¿Tenemos que acostumbrarnos a que haya más de 20 guerras activas y que en ellas pierdan todos quienes se matan con las armas que otros fabrican y para los cuales esas armas sólo son fuente de ingresos, un negocio más?.

¿Nos hemos de resignar a que mientras unos se atiborran de lujos, comilonas y mil otros caprichos... los demás, millones de personas, sufran el hambre y la sed o mueran a causa de la ausencia de alimentos y de los medios para conseguirlos?. ¿Es normal que el 10% más rico acapare alrededor del 75-76% de la riqueza mundial, mientras que el 90% restante se quede con el resto (aproximadamente 24-25%), o que el 1% más rico posea más que el 95% más pobre, mostrando una desigualdad extrema?.

¿Y si decidimos salir de esas trincheras?.

 ¿Y si nos paramos un poco en nuestras familias dejando de lado "los preparativos materiales de la Navidad" para mirarnos a los ojos, padres e hijos,... y preguntarnos "cómo hacer de nuestro techo un HOGAR, algo mejor de lo que ha sido hasta ahora"?.

¿Y si en nuestros barrios decidimos activar las Asociaciones de Vecinos para que en ellas volvamos a tener voz y voto para mejorar nuestros ámbitos y donde las necesidades de unos sean de interés para todos los demás?.

¿Y si nos implicarnos en entidades sociales, políticas, culturales, eclesiales,... que trabajen en la transformación social de todo el país buscando el Bien Común, una mayor Justicia Social, armonía, solidaridad,... entre todas las personas y grupos humanos?, ¿y si nos atrevemos a denunciar las injusticias, la discriminación,... y todo aquello que degrada nuestra dignidad humana?.

¿Y si nos manifestamos en contra de todas las guerras -no sólo contra algunas- y sacamos nuestros dineros de todos los bancos que en este país invierten en armas (la Banca Armada) y apostamos por modelos financieros con criterios éticos?. ¿Y si alentamos a nuestro gobierno central a firmar el acuerdo contra el uso de armas nucleares, el TPAN?.

¿Y si....?.

Es posible salir de nuestras trincheras.

Es posible mirar al otro como hijo de Dios y, por lo tanto, como hermano nuestro.

Es posible unir nuestras manos, nuestras voluntades, por un mundo mejor, más humano, más de todos y para todos.

Pero necesitamos pararnos, necesitamos mirarnos, escucharnos, sentir el latido de nuestros corazones (todos tenemos "un mismo corazón latiendo al mismo compás", dice una canción). Necesitamos dejar de lado las maquinitas, los agobios y parafernalias que nos alejan de quienes somos realmente. Entonces comprenderemos que nada hacemos mirándonos como rivales o enemigos... sino destruirnos entre nosotros mismos.

Hermano, aquí mi mano... y no por unos días, no por una tregua,... sino desde YA y para siempre.

Que Navidad sea para toda la humanidad y la PAZ llegue por fin de manera definitiva a todos los rincones de la Tierra no como una tregua... sino como realidad total y definitiva.

Va a ser tarea de todos, nadie sobra para construirla.

Santi Catalán
santi257@gmail.com

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