“Tuve
hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, estaba desnudo y
me vestisteis, fui forastero y me acogisteis, estuve enfermo y me atendisteis,
estuve en la cárcel y fuisteis a verme”
(Del Evangelio de san Mateo 25,31-46).
Todo
esto lo están cumpliendo todos los días al pie de la letra las Hijas de la
Caridad, junto con numerosos voluntarios, en la Cocina Económica de Gijón, pues
por allí pasan también constantemente, además de españoles, que son la mayoría,
inmigrantes o reclusos del Centro Penitenciario de Asturias que no tienen quien
los acoja en sus permisos, o tienen la familia lejos.
Queridas
amigas y amigos:
El coronavirus sigue golpeando cada vez más
por todo el mundo, pero con más dureza a los más empobrecidos, porque tienen
menos medios para defenderse de él, hasta el punto de depender de los demás
para poder comer, lo más imprescindible para seguir viviendo.
La
Asociación Gijonesa de Caridad, Cocina Económica de Gijón, lleva más de un siglo atendiendo a
los más vulnerables de nuestra sociedad. Es una entidad sin ánimo de lucro, que trabaja y lucha para erradicar las causas
que generan la pobreza y la exclusión social
de las personas, así como para ofrecer el apoyo necesario a cada situación de
vulnerabilidad y dependencia que sufren,
empezando por lo más básico, como es comer, y al mismo tiempo orientándolas hacia la promoción y desarrollo
personal.
Los Valores que definen su actividad son:
- La Acogida:
Acogemos a todas las personas que llegan a nuestro Centro
con comprensión, y calidez aceptándoles y escuchándoles con cercanía y empatía.
La Dignidad Humana: Reconocemos
el valor de la persona en todas sus dimensiones. Valoramos su capacidad y
potencialidades.
- La
Justicia: Nos comprometemos con la persona en situación
de vulnerabilidad en su defensa y denuncia de situaciones injustas que crean
pobreza y exclusión.
- El
Respeto: Valoramos la vida, la persona y su dignidad.
- Solidaridad: Compartimos lo que
somos y favorecemos a los más necesitados y vulnerables de la sociedad.
- La Profesionalidad y la formación: Apostamos
por la calidad humana, la competencia profesional y el vínculo con los más
débiles.
Su
gestión está encomendada a las Hijas de
la Caridad, que son un verdadero tesoro de fe y compromiso con los más
vulnerables, que cuentan con un amplio voluntariado para el desarrollo de todos
sus programas.
Pero en este momento están pasando por una situación
especialmente crítica, porque a causa de la pandemia está aumentando mucho el
número de personas que acuden y dependen de sus servicios. Un solo dato lo
justifica: el número de personas que acuden diariamente a la Cocina Económica
aumentó el 40%, de tal manera que todos los días están distribuyendo unas 700
comidas, porque lo primero es comer, lo que tienen que hacer en bolsas para
evitar aglomeraciones. Por cierto, hasta este momento no han tenido un solo
problema de infección por el virus. Providencial. Al no poder atenderlos en su
comedor habitual, les preocupa la gran cantidad de plástico necesario para la
distribución de la comida, con la correspondiente repercusión negativa en el
Medioambiente.
Esto desbordó sus presupuestos, y además un ingreso importante
que percibían del alquiler de las casetas de la playa, este año no lo tienen
por no estar permitida su instalación a causa de la pandemia.
Es por lo que solicitan nuestra
colaboración, que podemos efectuar entrando en la siguiente página Web: https://www.apadrinaunacaseta.es/es/
O también haciendo nuestra aportación en el
siguiente número de cuenta:
SABADELL: IBAN ES34 0081 7300 9100
0104 8209
Para cualquier duda podemos llamar al
teléfono arriba indicado.
Desde aquí animamos a todos a colaborar,
tanto desde nuestra condición de ciudadanos solidarios, como con más motivo,
desde nuestra opción de creyentes en el gran mensaje de Jesús de Nazaret, que
puso en los empobrecidos una prioridad especial.
Muchas gracias a tod@s. Un cordial
abrazo.-Faustino Vilabrille
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