Los obispos de la Comisión Episcopal
de Migraciones de España, ante el próximo Día de las Migraciones, el domingo 15
de enero, han hecho público un mensaje en el que afirman con el papa que “la
acogida a los emigrantes y refugiados no es solo cuestión de solidaridad y de
compartir, es 'una oportunidad providencial para renovar el anuncio del
Evangelio en el mundo contemporáneo'”.
Los obispos españoles se
hacen eco del mensaje papal para la
Jornada mundial del Emigrante y del Refugiado, que se celebra
el 15 de enero, sobre el tema «Migraciones y nueva evangelización».
En este mensaje, los obispos abordan en primer lugar la Nueva Evangelización
como una respuesta pastoral al desafío de las migraciones. “La tarea y la
misión evangelizadora se hacen cada vez más urgentes, debido a los cambios
amplios y profundos de la sociedad actual”, afirman.
Entre esos cambios, uno de
los más significativos es, señalan, “el originado por el fenómeno migratorio”.
“La desaparición de fronteras –subrayan- y los procesos de globalización en que
nuestro mundo está inmerso, y en el que tanto tienen que ver el desarrollo de
los medios de comunicación y las facilidades para los desplazamientos, están
dando lugar al encuentro entre personas y pueblos diferentes. Sociedades que
eran, hasta hace poco, homogéneas, se están convirtiendo, por obra de los
flujos migratorios, en sociedades pluriculturales y plurirreligiosas. En España
lo estamos experimentando con singular fuerza y rapidez. En unos pocos años ha
cambiado sensiblemente la fisonomía de los habitantes de nuestro país”.
“El paso de estas personas
de una sociedad muchas veces rural y de fuertes carencias materiales, pero de
relaciones muy personalizadas, a una sociedad altamente desarrollada y
consumista, en que se valora por encima de todo la libertad individual, la
independencia personal y la racionalidad científico-técnica, está suponiendo
para muchos inmigrantes un choque cultural traumático”, subrayan los obispos.
“También llegan hasta
nosotros 'hombres y mujeres provenientes de diversas regiones de la tierra que
aún no han encontrado a Jesucristo o lo conocen solamente de modo parcial'. Es
una 'oportunidad providencial' para realizar la misión ad
gentes sin tener que salir a regiones lejanas”, subrayan los
obispos españoles comentando el mensaje papal.
“El diálogo respetuoso, el
testimonio de la solidaridad, además de abrir horizontes de paz, han de contribuir
al conocimiento mutuo, a mostrar que el Dios en quien creemos es el Dios del
amor, de la justicia, de la ternura y de la misericordia”, afirman.
Con el silencio y con la palabra.
En un segundo apartado de
su mensaje, los obispos abordan el anuncio de la buena noticia del evangelio
“Con el silencio y con la palabra”.
“El testimonio silencioso,
coherente, y el anuncio explícito de Jesucristo, lejos de ser excluyentes se
exigen mutuamente. El primer modo manifiesta, desde la humildad, la bondad y el
amor, la fuerza vivificadora del Evangelio, le hace amable por la calidad de la
vida del testigo, por la seriedad del compromiso. La amabilidad se traduce en
acogida y hospitalidad. El segundo modo responde de manera directa al encargo
de Cristo: 'Id y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre
del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo' (Mt 28, 19). Este modo conlleva la
invitación a formar parte de la comunión eclesial. Esto, traducido a la acción
pastoral con los inmigrantes, en muchos casos persona alejadas de la fe, supone
un trabajo que tiene como horizontes tanto la integración social como la
comunión eclesial”, aseguran los obispos.
Por ello, señalan que salir
al encuentro y abrir las puertas en nuestras Iglesias supone una serie de
actitudes que piden a los miembros de la Iglesia en España.
En primer lugar, “seguir
insistiendo en crear espacios y comunidades promotoras de solidaridad, acogida,
diálogo y comunión fraterna trabajando en una pastoral específica”.
Así mismo, “fortalecer el
acompañamiento de personas y grupos” valorando “el valor de la familia como
elemento imprescindible de cohesión social”.
Dentro de los grupos que
hay que acompañar, afirman que no se puede dejar de seguir teniendo en cuenta
“el número notable de los españoles que, actualmente en razón de la situación
por la que atraviesa nuestro país actualmente, están saliendo fuera por razones
de trabajo, intercambio o estudio. Ellos pueden descubrir las puertas abiertas
de nuestras Misiones católicas de habla hispana, que precisan de más sacerdotes
y agentes de pastoral”.
Trabajar por unas leyes justas.
Piden también “colaboración por parte de todos para el
establecimiento de unas leyes y una opinión pública favorable a los inmigrantes
desde una antropología basada en el respeto a la dignidad de la persona humana”
y “trabajar por unas leyes justas en el país de acogida ha de ir unido al
empeño de que se promuevan políticas de desarrollo”.
Exhortan a los fieles a salir al encuentro, abrir “puertas en los
países de origen”. “El compromiso por la verdad –subrayan- exige también
desenmascarar las mafias que abusan de los trabajadores inmigrantes
(transportes contratos abusivos, trata y explotación de personas con fines de
explotación sexual, etc.)”.
La denuncia –afirman- ha de extenderse también a “todos aquellos
que pretenden sacar rentabilidad social y política del sufrimiento de los
inmigrantes”.
Los obispos de la misión de migraciones proponen también “potenciar
la pastoral juvenil con los inmigrantes, recogiendo el encargo del Santo Padre
en la JMJ , en
cuya Eucaristía final recibimos el encargo de 'comunicar a los demás la alegría
de nuestra fe'. En el mundo de las migraciones existen admirables experiencias
de trabajo pastoral con jóvenes. La
JMJ ha de suponer un renovado impulso para acercarnos, más si
cabe, al millón y medio de jóvenes emigrantes (entre 15 y 29 años) que
representan casi el treinta por ciento de la población migratoria”.
Y concluyen encomendando los frutos de la próxima Jornada mundial
de las Migraciones a santa María, Estrella y Camino, alentando e invitando
“cordialmente a nuestros hermanos emigrantes a que compartan la hermosa tarea
de la nueva evangelización con todos, tarea en la que, según el mismo Benedicto
XVI, 'los sacerdotes, los religiosos y las religiosas, los laicos y, sobre
todo, los hombres y las mujeres jóvenes han de ser sensibles para ofrecer apoyo
a tantas hermanas y hermanos que deben afrontar nuevos estilos de vida y dificultades
de integración”.
Para leer el mensaje
completo: http://www.conferenciaepiscopal.es/index.php/jornada-migraciones.html.
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