lunes, 8 de enero de 2024

Inteligencia artificial ¿camino hacia la paz?

Con los ojos fijos en Él, en la realidad y la fe. 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz. Carta Nº 218 – 7 enero 2024

“Mi oración al comienzo del nuevo año es que el rápido desarrollo de formas de inteligencia artificial no aumente las ya numerosas desigualdades e injusticias presentes en el mundo, sino que ayude a poner fin a las guerras y los conflictos, y a aliviar tantas formas de sufrimiento que afectan a la familia humana”. Papa Francisco Mensaje de Año Nuevo 2024.

El término inteligencia artificial – IA- fue utilizado por primera vez en la conferencia «Dartmouth Summer Research Project on Artificial Intelligence» de John McCarthy en 1956, en Hanover, Connecticut, New Hampshire, Estados Unidos.

Aunque la mayoría de los ecuatorianos aún no conozcamos todos los aspectos técnicos y las posibilidades positivas y negativas que en sí misma encierra todo el meteórico desarrollo tecnológico relacionado con la “inteligencia artificial”, no hay duda de que representa un mundo que nos terminará por afectar e incidir en nuestras vidas cotidianas. Es por eso que el papa Francisco dedica su mensaje de Año Nuevo de 2024 a la Inteligencia Artificial y la Paz.

La Inteligencia Artificial es la combinación de algoritmos plateados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que los seres humanos. Los algoritmos, en informática, son un conjunto de instrucciones sistemáticas y previamente definidas que se utilizan para realizar determinadas tareas. Los algoritmos otorgan autonomía a la Inteligencia Artificial. Hablar en plural de “formas de inteligencia” quizás pretenda crear una muralla infranqueable entre estos sistemas y la propia persona humana.

La diversidad de nuestro mundo y de la propia mente humana nunca podrán agotar su inmensa riqueza compuesta no sólo de pensamientos, sino también de sentimientos, memoria, fe, sueños y esperanzas que no podrán ser reducidas a algoritmos y previsiones computarizadas manipulables.

Es evidente que los avances científicos y tecnológicos han ayudado a poner remedio a muchos males que afectaban a la humanidad, y que, igualmente, las nuevas tecnologías de la información, especialmente en la esfera digital, constituyen un mundo de posibilidades que ya entusiasman a empresarios y personas que ejercen varias profesiones. No es posible negar el extraordinario potencial creativo que se abre para el futuro en campos como la medicina, la educación, agricultura, los servicios…

Sin embargo, estos avances no están exentos de riesgos y amenazas con serias implicaciones para la búsqueda de la justicia y la armonía entre los pueblos. Es necesario plantearse algunas preguntas urgentes: ¿Cuáles serán las consecuencias, a medio y a largo plazo, de estas tecnologías?. ¿Cómo afectarán en el campo laboral?. ¿Qué impacto tendrán sobre la vida de los individuos, de la sociedad, sobre la estabilidad internacional y sobre la paz?. ¿Realmente apoyarán la libertad de las personas y de los pueblos o serán herramientas para manipular a la ciudadanía?. ¿Instrumentos de paz o nuevas armas para generar muerte en nuestro Ecuador y en otras partes del mundo?.

La respuesta está en la dimensión ética que debe regir el uso de estas tecnologías. No hay que olvidar que sólo son máquinas y herramientas y deben estar al servicio de los seres humanos y no por encima nuestro. Ya el Papa Francisco en la Laudato si advertía de la necesidad de poner límite al sistema tecnocrático que sólo busca beneficios inmediatos e ilimitados, que ponen en riesgo nuestra casa común y nuestra solidaridad con las generaciones futuras.

Para ello es fundamental que desde el derecho internacional y de los diversos países se establezcan normas vinculantes que regulen el desarrollo, el límite y uso de estas tecnologías en beneficio de toda la comunidad y del conjunto de las naciones, previniendo las malas prácticas. Este poder no puede dejarse sólo en manos de la iniciativa privada. Son los valores del bien común los que deben aportar las orientaciones éticas para la producción de formas de inteligencia artificial con base en los derechos humanos fundamentales y en la búsqueda de la justicia y la paz. • #ComuniquemosEsperanza

("Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas).

Para contactar: cjusticiaypaz@gmail.com

PARA LA REFLEXIÓN Y LA PRAXIS:

  • ¿Conocemos este 57º Mensaje para la paz del Papa Francisco?.
  • ¿Qué ideas principales hallamos en dicho mensaje?, ¿qué pensamos de ello?.
  • ¿Qué cuestiones o dudas plantea este artículo?, ¿qué otras plantearíamos nosotros?. ¿Qué razones puede haber o hay para que nos planteemos estas preguntas?.
  • ¿Qué actitudes y acciones concretas podemos desarrollar en nuestros hogares y en nuestra relación con la IA para que ésta trabaje a favor nuestro, no sea un instrumento más en contra de la dignidad humana y sirva al Bien Común?.

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