martes, 30 de enero de 2024

Semana Mundial de la Armonía Interreligiosa 2024


Se celebra en la primera semana del mes de febrero desde 2011 y tiene como finalidad la armonía entre todas las creencias y confesiones religiosas que hay en el mundo. Así lo determinó la Asamblea General de la ONU en la resolución 65/5 aprobada el 20 de octubre de 2010. En esta resolución, se afirma que la comprensión mutua y el diálogo entre religiones constituyen dimensiones importantes de la cultura de paz.

De todos es sabido el drama de las mal llamadas guerras de religión en las que por motivos solapados se esgrimían diferencias religiosas y aprovechando el fanatismo de unos y otros se buscaba el enfrentamiento y llegar a las armas cristianos unos contra otros especialmente en Europa a partir de 1562 (guerra entre calvinistas y católicos en Francia) la cual duró 36 años y que a lo largo de un siglo aproximadamente se siguieron desarrollando hasta la última: la de los Treinta Años (1618-1648) que involucró a casi toda Europa.

Ha habido otras guerras antes y después de ese período en las que también se ha querido utilizar el argumento religioso para justificarlas cuando en realidad los móviles eran bien distintos.

Cuando la ONU instituye esta celebración lo hace con la intención y la idea conscientes de que gracias a los valores propios que existen en todas las religiones todas ellas puedan trabajar eficientemente por la paz, la tolerancia y la mutua comprensión, facilitando así una mayor y mejor armonía entre todos los pueblos de la Tierra. (En el mundo hay alrededor de 4.200 religiones, de las que el 77% son practicantes de estas cuatro: Cristianismo, Islam, Budismo –hay que matizar que los budistas no consideran el budismo como religión sino únicamente como un estilo de vida- e Hinduismo).

Tenemos ya importantes espacios como el Parlamento Mundial de las Religiones desde 1893 que se afianzó tras la creación del Consejo del Parlamento Mundial de Religiones en 1988, el cual preparó el congreso de 1993 para conmemorar el primer centenario. Existen además en muchísimos países espacios de encuentro entre creyentes de diversas religiones, ecumenistas, etc… que como mínimo se reúnen anualmente para orar por la paz, dando muestras clarísimas del fondo común que existe en todas las religiones y que nos impulsa a todos a caminar hacia una verdadera armonía, sana convivencia y cooperación mutua.

Nuestros retos.

  1. Necesitamos ahondar en las propuestas anteriores (la del 2023 se centró en “Construir puentes más allá de las fronteras: Armonía en un mundo en crisis”) pues todas ellas siguen vigentes.
  2. Difundir noticias y eventos relacionados con todo lo ecuménico, diálogo interreligioso y encuentros de oración locales y hacer lo posible por participar en ellos.
  3.  Diálogo con todas las corrientes filosóficas, ideológicas, creyentes e increyentes aportando desde el sosiego, la acogida atenta de sus planteamientos elementos de juicio objetivos que ayuden a descubrir, por una parte, la verdad histórica y, por otra parte, la propuesta de trabajar juntos por la paz, la tolerancia y armonía social.
  4. Transladar al medio docente, a las comunidades cristianas y a todas nuestras familias el mensaje del papa Francisco (febrero de 2019) que nos insta a promover una gran fraternidad universal más allá de los diferentes credos religiosos, ideologías, diferencias culturales y fronteras:

a.    Caminar hacia el perdón y reconciliación de unos con otros.

b.    Repudiar toda forma de violencia promoviendo la tolerancia y la fraternidad.

c.    Ser testimonio de la fe en el Dios en el que creemos.

d.    Mostrarnos como ejemplo de unidad y armonía ante el mundo.

e.    Promover siempre y en todo prácticas desde la paz para la paz.


Santi Catalán
santi257@gmail.com 

2 comentarios:

  1. yo creo en la libertad religiosa , pero tambien las religiones tienen que repetar al no creyente " esa es la verdadera libertad "

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  2. Exactamente. El respeto ha de ser mutuo y superar ya por fin los tiempos en que había intolerancias mutuas (aún las hay: hay regímenes políticos oficialmente no-creyentes para los que ser creyente de cualquier religión es suficiente carta de presentación para buscarse serios problemas cuando no la muerte); también hay regímenes políticos que sólo permiten una religión y las demás quedan excluídas totalmente; otros regímenes políticos permiten todas "oficialmente" pero a los fieles del resto de religiones los tratan como si fuesen ciudadanos de segunda y no tienen apenas derechos. La cuestión no es ahora ni siquiera fijarnos en eso sino en la OPORTUNIDAD de superar incluso esas realidades donde al menos exista un estado aconfesional (España lo es) y remar juntos creyentes y no-creyentes en la construcción de la PAZ, la armonía, viviendo la tolerancia y respeto mutuos.

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