Marisa
Cotolí, superiora de las oblatas en Sevilla, explica su trabajo para sacar
mujeres de la prostitución.
Las
Oblatas del Santísimo Redentor (www.hermanasoblatas.org) se fundaron en 1864,
pero en Sevilla celebran ahora los diez años de una de sus obras más fecundas,
el Centro Al Alba (www.centroalalba.org), que ha ayudado a más de 2.000 mujeres
a dejar el mundo de la prostitución y de la trata.
La
congregación nació en el madrileño Ciempozuelos de la mano del benedictino José
María Benito Serra —que llegó a ser obispo en Australia— y de la venerable
María Antonia Oviedo y Schöntal —hija de padre sevillano y madre suiza— que era
una mujer culta, escritora, institutriz de tres hijas de la Reina María
Cristina. Desde su origen, las oblatas buscaban cobijar a las mujeres que
abocadas a la prostitución por la pobreza o la desesperación.
Cenizas,
símbolo de entrega.
Llegaron
a Sevilla en 1961. En aquellos tiempos vestían un hábito gris, símbolo de las
cenizas, del "quemarse hasta desgastarse". La vocación de entrega
permanece aunque con el Vaticano II dejaron de usar el hábito.
El
centro Al Alba está situado en la calle Relator, junto a la Alameda, detalla el
diario ABC en su edición sevillana. Allí se coordinan 3 religiosas, una
treintena de voluntarios, cinco trabajadores y catorce laicos.
Cuando
se inauguró hace 10 años las mujeres que atendían era españolas y latinoamericanas.
Hoy son mayoría las nigerianas, aunque también hay de países del Este,
latinoamericanas y españolas.
Cuatro
herramientas para liberar.
Las
oblatas y su equipo ayudan a las mujeres que quieren dejar el mundo de la
esclavitud y la trata -a menudo con mafias que amenazan a sus familias- con 4
herramientas:
- Formación: se les enseña español, habilidades sociales "prelaborales", cocina mediterránea, mantenimiento del hogar y algo que puede dar tanta autonomía como saber ir en bicicleta, entre otras cosas...
- Sensibilización: las Oblatas y el centro explican la situación en colegios, universidades, foros políticos, encuentros de trabajadores sociales y abogados...
- Intervención en la calle: acuden a casas de citas o a las mujeres en las calles, allí crean lazos de confianza, se las anima a tener esperanza y se les plantea posibilidades alternativas a la prostitución.
- Atienden a los niños: los ayudan en su etapa escolar, les ofrecen un espacio sano alternativo...
A «Al
Alba», dice Marisa Cotolí, superiora de las Oblatas en Sevilla, las mujeres
«llegan muy destrozadas porque han sufrido todo tipo de violaciones de sus
derechos como personas y como mujeres, agresiones físicas, sociales y morales.
Vienen muy rotas, pero albergando esperanza de que es posible vivir, caminar
hacia adelante, ponerse en pie... nuestro trabajo es fundamentalmente acoger,
escuchar en profundidad, caminar a su lado, hacia ese ponerse en pie hacia la
autonomía y la independencia».
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