domingo, 21 de febrero de 2021

¿Casualidad... o intencionalidad? (y II)

Nuestra banca y oligarquía juegan a creerse que pintan algo y son quienes dirigen pero están demostrando que son simples marionetas a las órdenes de intereses foráneos que en nada apoyan ni apoyarán proyectos que puedan llevar a España a una mayor independencia de capital extranjero. 

En nuestro país algunos señalan a la banca española, a las empresas del IBEX-35 y a los grandes adinerados como los causantes de todos nuestros males económicos.

Otros ponen el acento en nuestros gobernantes y la clase política que nos está tocando sufrir ya desde hace años (no es sólo de la de ahora).

Pero… ¿actúan estos estamentos de manera autónoma e independiente?. Todos sabemos que no: hay directrices que vienen marcadas por la Unión Europea o bien desde macroestructuras económicas y financieras, acuerdos comerciales que obligan a muchos países porque sus capitales tienen hipotecada la productividad y distribución de los bienes de consumo de estos países.

Existen las multinacionales y algunas de ellas con tanto poder financiero (no olvidemos que es el capital quien está gobernando, no el poder político) que pueden perfectamente favorecer el desarrollo de un país como ralentizarlo o anularlo incluso. Estas superestructuras manejan a su vez a los poderes financieros locales, tales como nuestra oligarquía española, instrumento fiel y sumiso totalmente a ese capitalismo que es impuesto por EE.UU. y sus puntas de lanza que son esas multinacionales cuyos intereses será capaz de defender aunque sea provocando guerras donde le plazca o poniendo el riesgo la paz planetaria en tal de que ningún centro de poder le quiera disputar su supremacía.

Lo que EE.UU, lleva haciendo en toda Latinoamérica a lo largo de estos 200 últimos años es lo que ahora está haciendo en España y todos los países sometidos a sus dictados e influencia política: degradación, debilitamiento de nuestras instituciones, aniquilamiento del tejido empresarial con capital propio, expolio y saqueo.

¿Nos importa el Bien Común?.

Es obvio que nada ocurre por casualidad. Hay en todo una clara intencionalidad. Otra cuestión es que lo queramos admitir o no, o que nos tengan tan comprados, maniatados o sometidos que incluso nos empeñemos en negar toda evidencia.

El 1% de la población mundial tiene en sus manos el 82% de todos sus recursos; es la porción de la humanidad con capacidad de hacer con ese 82% de los recursos materiales del planeta lo que les plazca y no porque encabecen los gobiernos de las naciones sino porque esos gobiernos les pertenecen, los tienen comprados, intervenidos y sin capacidad real de dirigir los destinos de sus propios países (el gobierno español, incluso el actual, no es más que un títere en manos de los intereses económicos del gran capital que tiene en EE.UU. y los países que obedecen ciegamente sus dictados, la batuta de todo el sistema financiero mundial) y eso lo saben todos los partidos políticos antes de aposentarse en las poltronas... pero no se atreven a reconocerlo ante la ciudadanía: prefieren seguir engañando prometiendo el oro y el moro con discursos populistas y dejando a la postre en evidencia su hipocresía, falta de valentía y carencia de honradez.

Mientras esto sea así lo que la D.S.I. tantas veces ha llamado Bien Comúnserá una utopía más. Es uno de los principios fundamentales de esta D.S.I. pero no interesa al capitalismo salvaje el fomento de políticas que desarrollen este principio y cargan sobre él todo tipo de sospechas endiosando el derecho a la propiedad privada individual e individualista del capital, medios de producción y recursos naturales del planeta.

Bajo la excusa de “promover el desarrollo y crecimiento económico se esconde únicamente el exclusivo afán de enriquecimiento cada vez mayor de unos pocos y la acentuación de la pobreza y miseria del resto de la humanidad. No es un auténtico desarrollo humano lo que buscan sino sólo la acumulación de poder y riqueza cada vez en menos manos y cada vez más opresoras respecto del resto de la población mundial.

Está en nuestras manos.

Nuestra clase política, toda, la que está en el poder y la que está en la oposición, tiene el deber moral o ético de cumplir su tarea: servir a la gobernabilidad del país desde los criterios que ya vienen marcados en la Constitución Española y en el marco de la Carta Universal de los Derechos Humanos y debe hacer frente común con la Unión Europea para establecer una normativa comunitaria que obligue a las multinacionales y grandes corporaciones empresariales a tributar en los países en los que obtienen beneficios y en proporción a los mismos, persiguiendo además el fraude fiscal y la evasión de capitales a paraísos fiscales.

Nuestras grandes empresas del IBEX-35 deben dejar de evadir capitales fuera de nuestras fronteras, despojarse de la inversión extranjera que es la que maniata y determina a dónde van a parar los beneficios y tributar proporcionalmente a dichos beneficios evitando así la competencia desleal respecto a las PYMES.

La banca española, capitaneada por el Banco de España, debiera apostar por las finanzas éticas: ningún crédito a empresas que inviertan en armas o en proyectos que no garanticen el respeto absoluto al Medio Ambiente, a los Derechos Humanos, a la cultura y desarrollo de la economía social y productiva, no especulativa.

La ciudadanía en nuestra totalidad necesitamos también tomar conciencia de nuestras prácticas consumistas. Según sea nuestro estilo de vida, nuestras maneras de consumir, comprar, comerciar, invertir, etc… estamos determinando a quién le damos el poder, estamos dibujando el mapa social de nuestro país, estamos fomentando nuestra autonomía como gran nación que es España o dejando que nos manejen desde fuera al antojo de quienes nos han llevado al punto en el que estamos.

También tenemos la capacidad de llevar a la banca a practicar otros valores: todo dependerá de a qué banco confiamos nuestros ahorros o en cuál cobramos nuestras nóminas, o a través del cual recibimos subvenciones o ayudas,... Si apostamos por la Banca Ética (FIARE Banca Ética, Triodos Bank, Coop 57, Oiko Credit,...) y dejamos de lado a quienes se niegan a adoptar esos criterios éticos... pronto cambiarán de filosofía: a ellos sólo les interesa el dinero y el dinero es nuestro. Todo está en nuestras manos y poseemos la capacidad de transformarlo todo si nos lo proponemos.


Santi Catalán
santi257@gmail.com

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