Bautismo
del Señor – C (Lc 3,15-16.21-22)
Evangelio
del 13 / Ene / 2019
El
Bautista no permite que la gente lo confunda con el Mesías. Conoce sus límites
y los reconoce. Hay alguien más fuerte y decisivo que él. El único al que el
pueblo ha de acoger. La razón es clara. El Bautista les ofrece un bautismo de
agua. Solo Jesús, el Mesías, los «bautizará con el Espíritu Santo y con fuego».
A
juicio de no pocos observadores, el mayor problema de la Iglesia de hoy es «la
mediocridad espiritual». La Iglesia no posee el vigor espiritual que necesita
para enfrentarse a los retos del momento actual. Cada vez es más patente.
Necesitamos ser bautizados por Jesús con su fuego y su Espíritu.
En no
pocos cristianos esta creciendo el miedo a todo lo que pueda llevarnos a una
renovación. Se insiste mucho en la continuidad para conservar el pasado, pero
no nos preocupamos de escuchar las llamadas del Espíritu para preparar el
futuro. Poco a poco nos estamos quedando ciegos para leer los «signos de los
tiempos».
Se da
primacía a certezas y creencias para robustecer la fe y lograr una mayor cohesión
eclesial frente a la sociedad moderna, pero con frecuencia no se cultiva la
adhesión viva a Jesús. ¿Se nos ha olvidado que él es más fuerte que todos
nosotros?. La doctrina religiosa, expuesta casi siempre con categorías
premodernas, no toca los corazones ni convierte nuestras vidas.
Abandonado
el aliento renovador del Concilio, se ha ido apagando la alegría en sectores
importantes del pueblo cristiano, para dar paso a la resignación. De manera
callada pero palpable va creciendo el desafecto y la separación entre la
institución eclesial y no pocos cristianos.
Es
urgente crear cuanto antes un clima más amable y cordial. Cualquiera no podrá
despertar en el pueblo sencillo la ilusión perdida. Necesitamos volver a las
raíces de nuestra fe. Ponernos en contacto con el Evangelio. Alimentarnos de
las palabras de Jesús que son «espíritu y vida».
Dentro
de unos años, nuestras comunidades cristianas serán muy pequeñas. En muchas
parroquias no habrá ya presbíteros de forma permanente. Que importante es
cuidar desde ahora un núcleo de creyentes en torno al Evangelio. Ellos
mantendrán vivo el Espíritu de Jesús entre nosotros. Todo será más humilde,
pero también más evangélico.
A
nosotros se nos pide iniciar ya la reacción. Lo mejor que podemos dejar en
herencia a las futuras generaciones es un amor nuevo a Jesús y una fe más
centrada en su persona y su proyecto. Lo demás es más secundario. Si viven
desde el Espíritu de Jesús, encontrarán caminos nuevos.
José
Antonio Pagola
https://www.gruposdejesus.com/bautismo-del-senor-c-lc-315-16-21-22/
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