Nosotras, las Hijas de
la Caridad de San Vicente de Paúl en EE.UU, unimos nuestros corazones, voces, oraciones, presencia y acción con los de las personas de buena
voluntad de todo el mundo para afirmar que las vidas de los negros importan.
Estamos indignadas.
La caridad de Cristo nos
impulsa a hablar, ya que otro hombre negro ha muerto a manos de la policía.
Las acciones de aquellos que ostentan puestos de autoridad en nuestro sistema policial revelan una y otra vez un sistema quebrado de racismo crónico, que hiere a la humanidad.
Las acciones de aquellos que ostentan puestos de autoridad en nuestro sistema policial revelan una y otra vez un sistema quebrado de racismo crónico, que hiere a la humanidad.
Pedimos el cese
inmediato de las acciones racistas contra la gente de color por parte de todos
los que ocupan posiciones de autoridad, incluyendo todos los niveles de
aplicación de la ley, sistemas legales y gobiernos. Pedimos un cambio sistémico
nacional, que erradique el racismo y elimine la supremacía y el privilegio de
los blancos.
Somos solidarias.
Cuando una hermana o un
hermano pide ayuda, ruega por su vida, ruega por poder respirar, pide ser
liberado, y, finalmente, sucumbe a la muerte por asfixia, todos nos asfixiamos
simbólicamente. Nuestros corazones se afligen por los amigos y la familia del
Sr. Floyd, algunos aún demasiado jóvenes para comprender la magnitud de las
terribles circunstancias que dieron lugar a la injusta y agonizante muerte de
su padre a manos de las fuerzas del orden fuera de control. Aplaudimos al
Fiscal General de Minnesota, Keith Ellison, y al sistema legal de Minnesota por
tomar medidas firmes para procesar a los cuatro oficiales involucrados de forma
activa o pasiva en la muerte de nuestro hermano, George Floyd.
Nos comprometemos a
actuar.
Como mujeres entregadas
a Dios, en comunidad, para servir a Cristo en los pobres, nos comprometemos a
enfrentar el racismo dentro de nosotras mismas y donde lo encontremos. Nos
comprometemos a vivir la Doctrina Social de la Iglesia. Nos unimos a otros en
la comunidad de fe para reconocer nuestra propia complicidad en el racismo
institucional y
pedimos perdón a
nuestras hermanas y hermanos de color. Nos comprometemos a unirnos a otros en
la construcción del Reino de Dios.
«He de amar a mi
prójimo, como imagen de Dios y objeto de su amor» (San Vicente de Paúl).
Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl de los Estados Unidos de América la forman dos Provincias de casi 500 hermanas que prestan servicios sociales, ministerio de prisiones, atención de la salud, educación, inmigración, prevención de la trata y otros servicios.
Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl de los Estados Unidos de América la forman dos Provincias de casi 500 hermanas que prestan servicios sociales, ministerio de prisiones, atención de la salud, educación, inmigración, prevención de la trata y otros servicios.
5 de junio de 2020
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