El
domingo 14 de julio Stella Maris, en Tenerife, celebran el “Día del Mar” tanto
en lo que este elemento significa, el mar, como en relación con las personas
que hacen prácticamente su vida en él.
Este
día nace en 1975 promovido por las
Iglesias Anglicana, Católica y la Sailors' Society. Es una jornada de oración
por la gente del mar y sus familias a nivel internacional y ecuménico.
Cuando
oímos esta palabra, “mar”, pensamos en una inmensidad de agua, en su gran
potencial para la vida del planeta por albergar a infinidad de especies marinas
deleite para biólogos, amantes de la naturaleza, investigadores,… también en
exceso depredadas por el ser humano hasta llegar a la sobrepesca y esquilmación
de caladeros, aniquilación de especies o cuanto menos ponerlos en riesgo de
extinción.
También
hoy el mar es sinónimo de contaminación, degradación galopante donde se pueden
hallar ya tantos desechos humanos (plásticos, gomas,… y un larguísimo etc. de
más basura) que ya se empieza a decir que “en el mar hay ya tantos plásticos
como peces” y en pocos años habrá muchos más plásticos… que seres vivos de
seguir como vamos.
Además
de esto “mar” trae a la mente infinidad de espacios para el ocio, la diversión,
relax,…(playas, pesca submarina, deportes náuticos,…) que a tantos turistas
atrae en fechas veraniegas y tanto disfrutan en él.
El mar
es además fuente de salud: cualquier herida cura mucho más rápidamente si
entramos en contacto con el agua marina; los profesionales de la salud
recomiendan bañarse en el mar, caminar por las playas, servirse del murmullo de
las olas para la relajación y disminuir el estrés,…
Y… parece
que ya está casi todo dicho en relación con el mar ¿verdad?. Pues… no, apenas
hay nada dicho.
¿Sabían
ustedes que el 80% de todas las mercancías se transportan de un lugar a otro
por el mar?, ¿o que el 75% de todo el petróleo del mundo se mueve a través del
mar?.
¿Sabían
que los océanos son el activo más importante de todos los existentes y que su “capital
natural” se valora en 70 billones de dólares del P.I.B. mundial?.
Etc…
Se
podrían dar infinidad de datos que pasarían desapercibidos si no hubiera quien
pusiera atención a este gran espacio natural.
Pero
hay algo más: ¿hemos pensado en las personas que están detrás de todos estos datos que viven su vida, literalmente,
en el mar?, ¿personas que pasan meses y meses sin ver a sus familias trabajando
en barcos mercantes?, ¿personas sin derechos laborales reconocidos en la
práctica a pesar de los esfuerzos de la OIT, sobre explotadas, marginadas,…
viviendo como si fuesen apátridas?.
En
Stella Maris saben mucho de esto pues viven a diario la experiencia del
compromiso con tantos hermanos nuestros como trabajan en el mar, viven en el
mar y aún a pesar de todas las penalidades… esperan poder obtener de ese
trabajo el sustento para sí mismos y sus familias.
Estos
hermanos nuestros no tienen parroquia, no tienen un barrio que recorrer y
poderse comunicar con sus conciudadanos de una manera natural y espontánea como
cualquiera de los que trabajamos y vivimos en tierra sí podemos hacer.
Estos
hermanos nuestros no tienen la posibilidad de disfrutar de los suyos apenas: es
muy poco el tiempo del que disponen al año para poder estar con sus familiares,
tampoco con sus amigos,… pues hasta la falta de cobertura en amplias zonas del
planeta es una dificultad añadida para poderse comunicar con nadie cuando
laboran en alta mar.
Razón
por la cual Stella Maris nos invita cada año -el segundo domingo del mes de
julio- a acercarnos a esta realidad, contactar con ellos, con los protagonistas
de este lado de la realidad del mar, hacernos prójimos de ellos como lo es
Jesús de Nazaret, el Buen Samaritano, haciendo nuestras sus causas, sus gozos y
dolores, sus alegrías y sus penas,… pues hermanos nuestros son sean de donde
sean, hablen el idioma que hablen, les conozcamos o no,…
Este domingo
día 14 de julio Stella Maris nos invita al acto que van a celebrar en la planta
baja del edificio “Puerto Ciudad del Muelle Ribera” ( junto a Fred Olsen), en la
sala de oficinas, a las 11 de la mañana.
Si
puedes, hermano, hermana,… acércate.
Santi Catalán
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