martes, 22 de julio de 2025

¿No quieres que te llamen "corrupto"?

Dice Faustino Vilabrille en su último envío titulado: "PARA LOS POLITICOS CORRUPTOS Y LOS CORRUPTORES DE LOS POLITICOS":

Hay actualmente en España 22 Ministros, 17 Presidentes autonómicos, unos 8090 Alcaldes y 67515 Concejales.

En 2024, España experimentó 35 casos cerrados por corrupción y 146 personas físicas y jurídicas imputadas (Fuente: Tirant Prime).

Parecen pocos casos en relación al número de personas que ejercen cargos políticos en nuestro país.

Pero los casos de corrupción causan mucho daño económico, político y social: degradan la dignidad de la política, la credibilidad de las instituciones y el repudio de la percepción ciudadana de la importancia de la política, pues de su buena gestión depende en gran medida el bienestar de los ciudadanos.

En la corrupción política juegan un papel crucial dos factores: uno es el propio político corrupto, que se aprovecha de su cargo para actuar ilícitamente, y otro es el corruptor, que acude al representante político para obtener favores ilícitos contrarios a la ley y a la buena práctica política.

Y nos propone la lectura de esta historia:

Un Príncipe del antiguo imperio chino deseaba gobernar muy bien aquel basto imperio, y quería encontrar la mejor esposa que le ayudara en esta importantísima tarea. Para ello convocó a todas las jóvenes del imperio. Se presentó una multitud. Les explicó que quería encontrar la mejor esposa, y que las iba a someter a todas a una prueba para escoger la mejor, y les dijo:

- “Os voy a entregar a todas una semilla de flor para que durante un año la cultivéis y la cuidéis todo lo mejor posible. Cuando pase el año os convocaré a todas de nuevo, y la que me traiga la flor más bonita esa será elegida como mi esposa para que comparta conmigo el gobierno del gran impero chino”.

Pasó el año, y todas acudieron con macetas muy bonitas y flores preciosísimas en ellas, cada cual con la ilusión de ser elegida. Pero una joven sólo traía la maceta, y sin flor, y las demás le regañaban:

- “¿A qué vienes tú si sólo traes la maceta y sin flor?, tú ya puedes marchar porque el príncipe ni va a mirar para ti, y te echará en cara no haber hecho nada”.

Pero el Príncipe miró para ella y le pidió que se acercara. Ella le dijo: “Por más que me molesté en cuidar la semilla, en cambiarle la tierra, en regarla, en ponerla en otra maceta, no conseguí que germinara”.

Cada una de todas las demás jóvenes levantaba su maceta con la ilusión de ser elegida. Pero el Príncipe les dijo:

- “Me quedo con esta joven como esposa que trae sólo la maceta, porque a todas les di una semilla estéril”.

¿Conclusiones?.

Cuenta el Evangelio de Mateo en 4,23 que Jesús recorría toda Galilea (donde estaban los más pobres y necesitados) enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo”. Jesús a su vez dice en Juan 10,10: Yo he venido para que todos tengan vida y vida en abundancia”.

Por tanto, el compromiso de la Iglesia y de todo buen político ha de ser que cada ciudadano del mundo pueda tener “vida y vida en abundancia”.


Faustino Vilabrille
faustino@faustinovilabrille.es

Para aterrizar.

Puede que digamos o pensemos: “Todos los políticos son unos corruptos porque en cuanto pisan el poder se evidencia enseguida de qué pasta están hechos”.

Y tendremos razones sobradas para hablar así aunque no haya rigor en esa afirmación: hay un desencanto, decepción y sentimiento de traición que nos hace expresarnos de esa manera. Mas… ¿vale quedarnos así… y ya está?.

Si estás en política o quieres ejercer un buen servicio a tu país:

  1. Estés en el partido político que estés, evita conductas corruptas por muy insignificantes que sean, practica la honestidad, honradez,… una falsedad llevará a otras y al final no bastarán miles de mentiras más para tapar el primer error consentido.
  2. Cuestiona sin miedos a la gente de tu propio partido cuando observes corrupción y pide claridad, transparencia en las indagaciones para esclarecer todo totalmente.
  3. Anima a tu formación política a pedir perdón por sus actos de corrupción dejando de lado completamente si los otros son corruptos o no (cosa que en este país hacemos mucho: cuando alguien nos saca los colores enseguida saltamos con: “Pues mira lo que tú hiciste”… y nos quedamos ahí sin asumir ninguna responsabilidad).
  4. Pero no basta con pedir perdón: hay que restituir lo robado, hay que deconstruir lo mal edificado, hay que partir de 0 si es necesario y hacer justicia a quien se dañó.
  5. Si son otros los que señalan a tu partido por algún caso de corrupción, acoge la crítica y si crees que es equivocada o malintencionada… pide pruebas que te ayuden a ver su fundamento; si las hay… ¡a depurar inmediatamente esos errores!, y si no las hay exige responsabilidades a quien calumnia gratuitamente.
  6. ...

Y si no estamos en ningún partido político pero tampoco nos gusta la corrupción:

  1. No demos por cierto cualquier comentario de manera acrítica que nos llegue sobre tal o cual entidad o persona, contrastemos las informaciones, indaguemos hasta hallar la verdad objetiva antes de convertirnos en voceros de falsedades.
  2. Seguro que tendremos alguna amistad que andará en algún partido político o plataforma electoral, comentemos nuestras percepciones, nuestras dudas y certezas sobre cuestiones tan graves como los actos de corrupción.
  3. Participemos en espacios comunitarios donde se aborden esos temas que nos interesan y que son un bien para la colectividad (AA.VV., sindicatos, entidades reivindicativas de mejoras sociales y medioambientales,…).
  4. ...
Podemos ser personas "apartidistas" pero NO "apolíticas". De una u otra manera la política nos afecta y afectamos tambien a la política incluso con nuestra pasividad. Practicar la indiferencia o el simple pataleo que no pasa de ahí... no sólo no sirve de nada sino que además es un cheque en blanco a favor de quien esté manejando los hilos de nuestra sociedad.

¿Qué postura vamos a tomar?.

Santi Catalán
santi257@gmail.com


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