Vimos por
Tv. a la nave InSight aterrizar en el
planeta Marte y la euforia casi histérica de cómo lo celebraban en la NASA. El
proyecto costó 993 millones de dólares.
Paralelamente
a esa euforia celebrativa presenciamos
el esfuerzo desesperado de miles de hispanoamericanos, especialmente de
Honduras, luchando desesperadamente por huir del hambre y la miseria hacia
América del Norte, y como Trump envía miles de militares a cerrarles el paso.
Por otro lado también la espantosa tragedia de más y más africanos que intentan llegar a Europa que les cierra las puertas, porque Africa es toda ella un grito de hambre, de sed, de sufrimiento, de impotencia, de desesperación, de tristeza, de espolio, que casi a diario convierten el Mediterráneo en un cementerio de Europa y mar de muertos.
Por otro lado también la espantosa tragedia de más y más africanos que intentan llegar a Europa que les cierra las puertas, porque Africa es toda ella un grito de hambre, de sed, de sufrimiento, de impotencia, de desesperación, de tristeza, de espolio, que casi a diario convierten el Mediterráneo en un cementerio de Europa y mar de muertos.
Africa
y América del Sur son dos continentes sumamente ricos en materias primas y
posibilidades de futuro, pero sin embargo están cada vez llenos de pobres, que
los países del norte del planeta empobrecemos cada vez más porque literalmente
les robamos sus materias primas y sus tierras y con ellas su agua, a la vez que
les vendemos armas para luchen entre ellos y entre tanto nuestras
multinacionales sobornen a sus gobiernos para que les dejen vía libre para sus
latrocinios. Sirva como ejemplo el Congo cuya tierra muy pródiga en recursos
minerales que se han llegado a evaluar en 24 billones de dólares en oro, cobre,
diamantes, cobalto, coltán y otras codiciadas materias primas, mientras que más
de ocho de cada diez personas (82%) vive bajo el umbral de la pobreza absoluta
y uno de cada seis niños muere antes de cumplir cinco años a fuerza de miseria,
malnutrición y desgarradora violación de niñas, pero cuyos funcionarios se
embolsaron más 100 millones de dólares en sobornos de la multinacional
estadounidense Och-Ziff. De estos sobornos saben también bastante Chad, Níger,
Libia, Zimbabue, Guinea, Togo, entre otros estados africanos. Es el saqueo de
Africa. Con el dinero de esos sobornos financian los dirigentes sus campañas
electorales y así resultan reelegidos, incluso por decenas de años. Del drama
de Africa saben también bastante Suiza y la multinacional francesa Areva. (Ver
Transparency International). La compra de tierras por millones de hectáreas es
el último asalto a Africa.
El Grupo del G8, formado por Rusia, Canadá,
Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Japón, (la Unión
Europea que cuenta con representación
política), con su iniciativa de Nueva Alianza para la Seguridad Alimentaria y
la Nutrición, en realidad está
utilizando dinero dedicado a combatir la pobreza para facilitar el acceso a
zonas africanas clave a grandes empresas mundiales para controlar la mayor
parte del mercado global alimentario, facilitando a las multinacionales el
acceso a tierras fértiles y a corredores agrícolas bajo el pretexto de luchar
contra la pobreza y ayudar a los necesitados en África. Entre otras
multinacionales depredadoras de Africa figuran: Monsanto, Unilever, Syngenta,
DuPont, Cargill, Diaego, SABMiller, Coca Cola, y Yara (la productora noruega de
fertilizantes más grande del mercado), y eso sin entrar en la manipulación
genética de especies que no sabemos a dónde nos puede conducir… (Informe de:
The Lusaka Times, periódico electrónico de Zambia). Los poderosos de hoy
económica y políticamente, que se consideran los amos del mundo, pasan tan
indiferentes ante el sufrimiento de los cientos de millones de oprimidos, que
son como locos enamorados de la muerte, que no tienen la honradez de reconocer
que matan para robar (Eduardo Galeano).
Es
evidente que el imperialismo capitalista se extiende de momento por este
planeta como un monstruo apocalíptico que quiere comer el mundo hasta llegara a
fagocitarse a si mismo. Porque "El capitalismo no es nada más que una
empresa de ladrones comunes disfrazada de 'civilizacion' que extendió,
imperialísticamente, a escala global, un 'sistema' (económico, político,
ideológico y social) para legalizar y legitimar con leyes un robo masivo y
planetario del trabajo social y de los recursos naturales, enmascarado de
'economía mundial' ". (Manuel Freytas)
Carente
de toda ética, no le importa robar a los pobres hasta matarlos de hambre y
gastar cientos de millones en ir a marte. No ven, no piensan, que lo primero es
quitar el hambre del mundo, quitar la esquilmación de la tierra, no malgastar
millones de toneladas de alimentos y ropas, no derrochar tanta energía lumínica
que, además de contaminar para producirla, ella misma contamina y altera el
rimo vital de muchas especies. Por el contrario, respetar y cuidar el planeta
que nos sostiene, producir alimentos sanos y no enfermos que nos enferman a
nosotros y al final nos matan, después de gastar millones de millones en
reparar una salud miserablemente perdida, en vez de hacer la vida digna a todo
ser humano y a todos los seres vivos del planeta. El avance ético de la
humanidad va infinitamente más lento que el avance tecnológico, con lo que este
se puede volver en contra de la propia humanidad, alterando el equilibrio
cósmico hasta el punto de que, como dice Jesús, “haya signos en el sol, la luna
y las estrellas y angustia entre los hombres hasta quedar sin aliento por el
miedo ante lo que se le viene encima al mundo, que hasta las potencias del
cielo temblarán”.
Pero
Jesús no nos deja bajo del yugo de la opresión del miedo, al que acuden tantas
veces las religiones, para mantener sometida a la gente a sus exigencias
opresoras, sino que Jesús entra en la historia de la humanidad para abrirnos
un claro horizonte de esperanza y por eso nos dice: Cuando empiece a suceder
esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Porque
el impulso de uno sería, como García Lorca, “gritar todos los días al despertar
en un mundo lleno de injusticias y miserias de todo orden: ¡Protesto!”. Como
protestar por esa exhibición de lujo ostentoso en la recepción del mandatario
chino que estos días visitó España, cuyas multinacionales gastan millones en sobornos por todo el mundo
como hicieron el año 2010 en Venezuela, pagando 176 millones de euros para
lograr contratos de infraestructuras energéticas (El País 29/11/2018).
Pero
también es un hecho evidente que cada
día hay más personas conscientes y comprometidas en dar un giro radical a la
deriva de este mundo del neoliberalismo. Está creciendo la conciencia colectiva
de que este mundo no puede seguir así, que hay que pensar con conciencia de
humanidad, de solidaridad mundial, de compromiso de luchar por un mundo mejor,
pero mientras esta conciencia no sea tan fuerte, apasionada y universal como lo
es, por ejemplo el fútbol, opio actual del pueblo que trae loca a la gente, aun
nos queda mucho camino por recorrer. Pero se andará, “haciendo camino al
andar”.
Para
pensar cada uno: “¿Qué prefieres, que te anestesie y te duerma con la mentira y
la ignorancia placentera, o que te golpee y te despierte con la llama de la
vida y de la inteligencia reflexiva?” De ahí que hay que gritar y gritar todos
los días: “Otro mundo mejor es posible”, como lo hicieron ayer, día 29 de
noviembre, más de 200 personas en Oviedo pidiendo el cese del Director de la
prisión asturiana que tiene bloqueada la Unidad Terapéutica y Educativa que
reinsertó a tantos presos, para que vuelva a funcionar plenamente.
Faustino Vilabrille
faustino.vilabrille@gmail.com
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