SER VOLUNTARIO, HACER VOLUNTARIADO, ES “DEJAR DE SER INDIFERENTES, ES RECUPERAR EL PROTAGONISMO DE NUESTRA VIDA, RECONOCER EL ROSTRO DEL AMOR Y SER COMO UNA PIEDRA LANZADA A UN ESTANQUE CUYAS ONDAS LLEGAN A TODAS SUS ORILLAS”.
(Lange Aguiar http://langeaguiar.blogspot.com.es/)
Pero el voluntariado necesita de estímulos visibles para reconocerse e identificarse con lo que hace. Necesita superar la más difícil de las
tareas en su compromiso solidario y es romper con la indiferencia en su entorno; superar la frialdad de la realidad en la que se mueve y la sinrazón en
la que otros muchos seres humanos se asientan y justifican su vida llena de desamor o carente de la emoción de sentir que el otro es otro yo que se construye conmigo.
Lo que más daño hace al amor no es el odio, del que siempre nos han
dicho que es su antagónico, es la indiferencia:
La indiferencia de los que creen que no se puede hacer nada para
construir un mundo mejor, mas igualitario, basado en la justicia social y
fundamentado en el concepto de humanidad globalizada: todos iguales, pero diferentes.
La indiferencia de los que piensan que es imposible cambiar este mundo
de poder y desigualdad porque “carecen de medios” para hacerlo.
La indiferencia de los que sienten que no va con ellos el hambre y la
muerte cada cuatro segundos, de un niño/a menor de cinco años en la tierra por
falta de alimentos, de los inmigrantes que mueren queriendo alcanzar el
“paraiso”, de los desplazados por los conflictos bélicos, de los que mueren cada día a
manos de los fundamentalistas religiosos…
La indiferencia de los que piensan que son los demás, los gobiernos,
los estados, o las organizaciones internacionales, las que tienen que cambiar las
cosas.
La indiferencia de los que se dan la vuelta cuando hay una
manifestación reivindicando más democracia, más solidaridad, mas sostenibilidad en el
planeta, la mejora de las condiciones medioambientales, el cambio del sistema económico por uno más solidario y justo…
La indiferencia de los que se ponen corazas y gafas para no sentir ni
ver lo que acontece a su alrededor y así no enamorarse de la puesta de sol, no
alegrarse de las estaciones del año, no sentir la necesidad de dar las gracias
por respirar cada mañana, no descubrir la mano alargada de los que piden pan al doblar
cada manzana o una vivienda donde dormir o un empleo para poder vivir
dignamente.
La indiferencia de los que no buscan sonreír, de los que no pueden ni
quieren abrazar o ser abrazados, de los que no saben perdonar o perdonarse.
La indiferencia de los que no ponen medios para crecer, para
descubrirse, para sentirse, para saber quienes son de verdad y el papel que, él, ella o
los demás, juegan en este mundo y que a aquellos que necesitan de un abrazo
ofrecérselos por que ellos también son nosotros.
La indiferencia de no reconocer el dolor, el sufrimiento, la
enfermedad, la dependencia … aportando acción corresponsable como parte de nuestro aprendizaje humano con el entendimiento y la sabiduría de que todo ello
se puede superar ya que mucho de ese dolor es el producto de nuestra
proyección
egoísta, insolidaria y competitiva.
La indiferencia de los que no buscan, no se molestan en compartir, no
se preocupan de la tierra, no se interesan por la política, les da igual
las guerras (quedan lejos) , se callan ante las injusticias o se insesibilizan ante
el quebranto del planeta por una economía basada en el consumo, en las industrias de
la muerte o la explotación abusiva de los recursos de la tierra.
Día del voluntariado. Un día, un momento, una oportunidad… para
reconocer que también cientos, miles, millones de seres humanos en este planeta
están dando lo mejor de sí mismos para que la indiferencia no lo ocupe todo,
sino que lo vaya colonizando el amor y la conciencia de que todos somos hermanos
y miembros de la familia humana que habita en un hogar llamado Tierra.
…VOLUNTARIOS DEL MUNDO Y SOLIDARIOS DE LA PAZ Y EL AMOR: SOMOS AL PROYECTAR LO MÁS NOBLE DE NOSOTROS MISMOS... ¡IDEA ROMÁNTICA PERO ETERNAMENTE BELLA!.
CAMINAMOS JUNTOS, A VECES SIN VERNOS, SINTIÉNDONOS UNIDOS CODO CON CODO FORMANDO PARTE DE UN MISMO CUERPO, DE UNA MISMA IDEA, DE UN MISMO PROYECTO...
Lange Aguiar
Desde estas líneas... ¡¡¡FELICIDADES!!! a todo el voluntariado, colaborantes, sean constantes o regulares en su acción o puntuales,... pues todos contribuyen a generar este mundo mejor, más habitable, humano y humanizador; estén en una entidad o en otra,... desde TODAS se puede hacer y de hecho se lleva a cabo una gran labor.
Me gusta mucho este artículo (escribiéndolo quien lo escribe ya es una garantía, pero es que su contenido no tiene desperdicio).
ResponderEliminarAgradezco mucho también la dedicatoria. En estos días he visto cómo unas organizaciones y otras buscan agrandar "su" voluntariado y mimando sólo lo "suyo". Pero ustedes miran en todas direcciones y no hacen distinción haciendo que los pequeños nos sintamos grandes y siempre acogidos y valorados dando muestras además de saber entender la amplia y diversa realidad de todos los hombres y mujeres que somos voluntarios en alguna organización o incluso en ninguna (conozco mucha gente así: que no figuran en ninguna ONG y sn embargo... su labor es inmensa). GRACIAS.
Gracias Rafael por tus palabras y sobre todo por mencionar a esos VOLUNTARIOS/AS que sin estar oficialmente en ninguna plataforma, asociación, ONG, etc... sin embargo realizan también una gran labor. Hay veces que las organizaciones pecamos mucho de "capillismo", de mirarnos mucho el ombligo,... y eso nos lleva a no valorar todo el bien que se hace más allá de nuestras siglas o anagrama y, sin embargo, es tan esencial esa labor callada -muchas veces anónima- tan indispensable como la que más.
EliminarGracias de nuevo Rafael.