¡Cuántas veces habremos oído la frase: "El trabajo dignifica al hombre" (ya es tan antigua que cuando se decía "hombre" no se refería sólo al varón sino a toda persona en edad de trabajar y recibir un sueldo) pero sigue siendo vigente:
- El trabajo forma parte del PLAN de Dios para construir el mundo, hacerlo más humano y humanizador, hacerlo Casa Común para toda la humanidad y de todo ser vivo: dando continuidad a la Creación.
- El trabajo ha de ser DIGNO y dignificante, no una carga insoportable, no un castigo, no un medio de esclavitud y enriquecimiento de unos pocos a costa de la miseria y penurias del resto de la humanidad.
- El trabajo ha de estar debidamente REMUNERADO de acuerdo a ese mismo trabajo y debería serlo también teniendo en cuenta las necesidades vitales de quien emplea gran parte de su tiempo y su esfuerzo para poder mantener su familia.
- El trabajo debe también favorecer la VIDA FAMILIAR, la armonía entre esa vida y el descanso necesario cada día.
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El trabajo, pues, no es sólo una simple ocupación forzosa para poder sobrevivir, es un medio para DIGNIFICAR la propia vida y la de toda la Creación donde no puede haber excluídos sino todos formando una humanidad solidaria constructora de un mundo hogar para todos: personas, otros seres vivos y medio en el que la vida se desarrolla.
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