viernes, 10 de octubre de 2025

Manifiesto del Círculo del Silencio 3/X/2025

La mesa diocesana de migraciones de la Diócesis de Tenerife apoya y se adhiere a la declaración que LA RED ECLESIAL DE HOSPITALIDAD ATLÁNTICA ha realizado sobre LA CRISIS MIGRATORIA ACTUAL EN ÁFRICA OCCIDENTAL.

Esta Red está constituida por diócesis católicas presentes en varios países africanos y en España.

Testigos de un drama.

LA RED ECLESIAL DE HOSPITALIDAD ATLÁNTICA es testigo directo de un drama humano de trágica magnitud.

Cada día, miles de jóvenes, movidos por la desesperación, la falta de perspectivas o la presión social, se hacen a la mar a bordo de embarcaciones precarias con la esperanza de llegar a Europa. Con demasiada frecuencia, estas travesías se convierten en tragedias: cientos de desaparecidos, familias rotas y comunidades en duelo. Estas embarcaciones, cargadas de angustia y esperanza, se convierten en el símbolo de una juventud sacrificada.

Una crisis con múltiples rostros.

Esta realidad no es nueva, pero ha alcanzado un nivel alarmante. La migración irregular por vía marítima es hoy una de las más mortíferas del mundo. Y es el reflejo de una crisis más profunda y sistémica:

·        Una crisis de gobernanza, marcada por la corrupción y la carencia de visión política.

·        Una crisis económica y social, en la que el desempleo, la precariedad y las desigualdades empujan a los jóvenes a buscar en otra parte lo que no encuentran en su propia casa.

·        Una crisis de las políticas migratorias que, en lugar de ofrecer vías legales y dignas, obligan a los candidatos al exilio a tomar rutas cada vez más peligrosas, alimentando redes de traficantes y la trata de seres humanos. 

Nuestros llamamientos a la acción.

La migración debe ser abordada como una cuestión humana, social y de desarrollo, y no únicamente como un asunto de control de seguridad o de intereses geopolítico.

Lanzamos un llamamiento urgente a:

·        A las autoridades de África Occidental:

o   A poner en marcha políticas para ofrecer a los jóvenes perspectivas reales en sus países.

·        A la Unión Europea y a la comunidad internacional:

o   A adoptar políticas migratorias justas, humanas y respetuosas de los derechos fundamentales.

o   A apoyar proyectos de desarrollo sostenible en los países de origen, en colaboración con las comunidades locales.

·        A la sociedad civil, a las familias y a los ciudadanos:

o   A movilizarse para sensibilizar, informar y denunciar las prácticas que ponen en peligro la vida de los y las jóvenes migrantes.

o   A crear espacios de escucha y acompañamiento para los y las jóvenes.

El compromiso de la Iglesia. 

La Iglesia, a través de la Red eclesial de hospitalidad atlántica, reafirma su compromiso de:

·        Ser una voz profética frente a la injusticia y la indiferencia.

·        Continuar su labor de vigilancia, sensibilización e incidencia política.

·        Trabajar con las comunidades, las autoridades y los socios para desarrollar iniciativas concretas de prevención, acompañamiento y solidaridad.

Juntas y juntos, hagamos resonar un llamamiento urgente a la responsabilidad, a la solidaridad y a la acción.

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