Documento
completo firmado por los líderes en Asís 2016: la violencia se opone al
espíritu religioso.
El
encuentro "Sed de Paz" celebrado este martes 20 de septiembre en la
ciudad de Asís, con la presencia de más de 500 expertos en diálogo
interreligioso y de representantes de distintas religiones y de confesiones
cristianas, ha culminado con la firma de una declaración que reproducimos a
continuación y que también el Papa Francisco ha rubricado.
***
Asís
Sed de Paz 2016.
Hombres
y mujeres de religiones diferentes hemos venido como peregrinos a la ciudad de San Francisco. Aquí, en 1986, hace treinta años, por invitación del papa Juan
Pablo II, se reunieron representantes religiosos de todo el mundo, por vez
primera de forma participada y solemne, para afirmar el lazo indisoluble entre
el gran bien de la paz y una auténtica actitud religiosa.
Desde
aquel acontecimiento histórico se ha encaminado un largo peregrinaje que,
tocando muchas ciudades del mundo, ha implicado a muchos creyentes en el
diálogo y en la oración por la paz; ha unido sin confundir, dando vida a
sólidas amistades interreligiosas y contribuyendo a apagar no pocos conflictos.
Éste es
el espíritu que nos anima: realizar el encuentro en el diálogo, oponerse a toda
forma de violencia y abuso de la religión para justificar la guerra y el
terrorismo.
Sin
embargo, durante los años transcurridos todavía muchos pueblos han sido
dolorosamente heridos por la guerra. No se ha comprendido siempre que la guerra
empeora el mundo, dejando una herencia de dolores y odios. Con la guerra todos
pierden, incluso los vencedores.
Hemos
dirigido nuestra oración a Dios para que conceda la paz al mundo.
Reconocemos
la necesidad de rezar constantemente por la paz, porque la oración protege el
mundo y lo ilumina. La paz es el nombre de Dios. Quien invoca el nombre de Dios
para justificar el terrorismo, la violencia y la guerra, no camina por Su
sendero: la guerra en nombre de la religión se convierte en una guerra a la
religión misma.
Con
firme convicción, reafirmamos por tanto que la violencia y el terrorismo se
oponen al verdadero espíritu religioso.
Nos
hemos puesto a la escucha de la voz de los pobres, de los niños, de las jóvenes
generaciones, de las mujeres y de muchos hermanos y hermanas que sufren por la
guerra; con ellos decimos con fuerza: ¡No a la guerra!
Que no
se quede sin escuchar el grito de dolor de tantos inocentes. Imploramos a los
Responsables de las naciones para que se desactiven las causas de las guerras:
la avidez de poder y de dinero, la avaricia de quien comercia con armas, los intereses
partidarios, las venganzas por el pasado.
Que
aumente el compromiso concreto para remover las causas subyacentes a los
conflictos: las situaciones de pobreza, injusticia y desigualdad, la
explotación y el desprecio de la vida humana.
Que se
abra finalmente un tiempo nuevo en el que el mundo globalizado se convierta en
una familia de pueblos.
Que se
ejerza la responsabilidad de construir una paz verdadera, que esté atenta a las
necesidades auténticas de las personas y de los pueblos, que prevenga los
conflictos con la colaboración, que venza los odios y supere las barreras con
el encuentro y el diálogo.
Nada se
pierde practicando el diálogo.
Nada es
imposible si nos dirigimos a Dios en la oración.
Todos
pueden ser artesanos de paz; desde Asís renovamos con convicción nuestro
compromiso de serlo, con la ayuda de Dios, junto a todos los hombres y mujeres
de buena voluntad.
Asís,
20 de septiembre de 2016
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