Los tres límites a las ayudas del Estado.
Bruselas no sólo ha impuesto un reglamento para condicionar las ayudas europeas a las reformas estructurales de pensiones o laboral, sino que mantiene otras normas comunitarias que suponen más límites para controlar dónde y cómo se destinan las ayudas europeas y que acaban favoreciendo los intereses de las grandes potencias europeas y al capital extranjero.
Son las reglas que regulan las ayudas de Estado. Bruselas mantiene las reglas que restringen las ayudas de Estado a las empresas. Un freno a los grandes proyectos tecnológicos y verdes que necesitan grandes inversiones y que los hace más dependientes de monopolios y multinacionales.
Bruselas impone tres límites a las ayudas del Estado:
- -Limitar las ayudas directas a cantidades muy pequeñas que no pueden superar los 800.000 euros en 3 años, una cantidad evidentemente muy pequeña para los grandes proyectos industriales.
- -Endurecer las exenciones (para proyectos de medioambiente, I+D…) que el gobierno tiene que justificar.
- -Y las ayudas mayores que han de ser aprobadas por la Comisión, bajo dos riesgos: que no se aprueben o se alarguen en el tiempo…, y sobre todo que si se ponen en marcha sin autorización puedan ser rechazadas y se tengan que devolver, como pasó con las ayudas concedidas por el Estado a los astilleros en la crisis anterior, entre los años 2007 y 2011. Un golpe mortal de 1.000 millones de euros que los astilleros tuvieron que devolver.
Multinacionales y monopolios toman posiciones para controlar 100.000 millones de las ayudas europeas.
A medida que empiezan a correr los plazos para presentar en Bruselas los proyectos para acceder a los fondos europeos, asistimos a una movilización de monopolios, grandes empresas, multinacionales y grandes fondos del capital extranjero que operan en España para acaparar la mayor parte del dinero de las ayudas europeas y controlar su destino. Sobre todo para acceder a los 72.7000 millones de euros en subvenciones.
El pasado 25 de noviembre la gran patronal CEOE publicaba un Documento Marco para la Recuperación de la Economía Española en el que pedía que en la relación público-privada las empresas deberían liderar los proyectos y que dos tercios de los fondos europeos, el 66%, casi 100.000 millones de euros, fueran para las empresas. Y en el mismo sentido se pronunciaba el Observatorio “El reto de la España industrial”, un encuentro organizado por la multinacional alemana Siemens con el diario El Economista el 12 de febrero, cuya principal conclusión ha sido que “los fondos europeos serán el gran aliado para lograr la industria 5G”.
¿De cuánto dinero estamos hablando y qué sectores serán los más beneficiados?.
Según recoge el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia publicado por el Gobierno el pasado 7 de octubre en línea con lo establecido por la UE, se potenciarán las industrias que impulsen la ecología y el sector digital.
España tendrá que invertir el 37% en la transición ecológica, unos 51.800 millones de euros… Y un 33% en la digitalización, otros 46.200 millones de euros. Es decir, el 70% de los fondos , aproximadamente 98.000 millones de euros, todas las subvenciones y más, se invertirán en la transición ecológica y la transformación digital.
Es decir las empresas que favorezcan la digitalización y la ecología tendrán preferencia para optar a esas ayudas. Multinacionales alemanas como Volkswagen y Siemens, fondos norteamericanos como Plug Power (uno de los mayores operadores de pilas de hidrógeno del mundo), eléctricas como Iberdrola, monopolios de construcciones y servicios como Acciona o petroleras como Repsol están creando alianzas entre ellas y presentando proyectos ante el ministerio de Industria para optar a las ayudas. Especialmente en torno a proyectos como el coche eléctrico y las fábricas de baterías o el hidrógeno verde como una de las principales alternativas en energías limpias y renovables.
Pero también en el otro gran vector, la digitalización se multiplican los acuerdos, como la alianza de Siemens con Telefónica para “facilitar la transformación digital” dirigida a las grandes empresas, la industria y las Administraciones Públicas. Siemens además ha creado otro proyecto con Navantia para la modernización 5G del sector astillero.
Las grandes potencias a través de Bruselas tienen también ahora la llave de dónde invertir y en qué porcentajes y en función de qué intereses.
El 70% de las ayudas europeas para la transición ecológica y digital.
- -Transición ecológica. 37%. 51.000 m€
- - Digitalización. 33%. 46.200 m€
- - REACT-EU y otros. 25.300 m€
El peligro de una industria dependiente en manos extranjeras.
Pedro Sánchez ha presentado la creación de un gran consorcio público-privado con Volkswagn e Iberdrola como el primer Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) que permitirá montar una de las primeras plantas de baterías para el coche eléctrico de Europa.
Sin duda que proyectos como éste, o el de Acciona con el fondo norteamericano Plug Power para copar el 20% del mercado del hidrógeno verde en España y Portugal, y el de Siemens con Iberdrola para impulsar la digitalización suponen un freno a la desindustrialización y un reforzamiento del tejido industrial real que sirven para detener la sangría del sector y crear empleo estable y de mayor calidad.
Pero volver a dejar la transición y el desarrollo industrial basado en las nuevas energías en manos de los monopolios y fondos extranjeros supone un serio problema. Los ejemplos de lo que está ocurriendo con el cierre de Nissan-Renault, la deslocalización de Alcoa a EEUU o la clausura de la planta de motores de Ford ponen de manifiesto los riesgos que entraña fiarlo todo a las multinacionales que, igual que vienen ahora a la sombra de los fondos europeos, se van cuando cambian sus intereses o sus prioridades…
Una semana antes del anuncio del gobierno con Volkswagen, el gobierno valenciano anunciaba otro proyecto, la “Alianza Valenciana de Baterías”, liderada por una empresa tecnológica valenciana, Power Electronics y que incluye a empresas, centros de innovación, institutos tecnológicos y universidades valencianas vinculadas con el sector energético. Un proyecto integral para abordar tanto una macrofactoria de baterías como todo el proceso de investigación y almacenamiento de energía.
Nos falta todavía mucho por conocer pero el proyecto anunciado en Valencia pone de manifiesto que otro camino es posible y que los fondos europeos sí pueden ser una gran oportunidad si el gobierno y los gobiernos autonómicos apuestan por proyectos que potencien una industrialización integral... que sirva a los intereses nacionales y populares, fortaleciendo el tejido productivo nacional y las necesidades del país y los ciudadanos, como una industria sanitaria propia, el desarrollo de la Investigación, etc.
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Para contrastar: https://deverdaddigital.com/claves-y-limites-de-una-oportunidad/
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