sábado, 5 de julio de 2025

El movil ¿y nuestros hijos?

No es extraña la imagen de un niño de pocos años montar un berrinche y, para callarlo, sus padres le dan al segundo un móvil. Funciona como un chupete, al instante silencio. ¡Qué maravilla! ¿verdad?. Es tan efectivo que cada vez se ven más situaciones así y hasta parece “lo normal”. Algunos incluso ríen y hacen comentarios tales como: “Los niños de ahora apenas nacen ya saben manejar esos aparatos mejor que nadie”.

¿Somos conscientes del daño que nos hacemos?.

Un muestreo sencillo.

Estamos los de Justicia y Paz Tenerife en pleno “campamento urbano de verano” y hoy mismo teníamos prevista, entre otras actividades, una “charla-coloquio” sobre el “uso de los móviles/tablets” (para los niños/as de 4 a 9 años) y otra a continuación sobre “los móviles, redes sociales e internet” (para los niños/as de 10 a 14 años).

Al primer grupo (4 a 9 años) les planteamos estas preguntas:

  1. ¿Qué es un “móvil” (celular) y para qué sirve?.
  2. ¿Cuándo lo usamos los niños y para qué?.
  3. ¿Qué hacemos para conseguir que nos lo dejen?. ¿Qué pasaría si no nos lo dejaran?.
  4. ¿Qué pasa cuando pasamos mucho tiempo con el móvil o una tablet?.
  5. ¿Cómo divertirnos, pasarlo bien sin necesidad de móviles ni tablets?.

Sus respuestas.

  • Todos sabían lo que era un móvil y también el para qué sirve.
  • De los más de 20 niños/as que había allí sólo había dos que decían no cogerlo nunca porque nunca se lo dejaban.
  • De resto algunos lo cogían sin permiso y otros decían tenerlo casi desde que se despertaban y podían tenerlo siempre que quisieran; en todos estos casos utilizaban el móvil para jugar y cuando no se lo dejaban entonces cogían la tablet… para hacer lo mismo.
  • Todos reconocían que estar mucho tiempo con el móvil quitaba tiempo de otras cosas y que a veces eso producía problemas.

Cuando se les pidió ideas para poder divertirse sin necesidad de móviles ni tablets llegó un aluvión de propuestas:

  • jugar a parchís o a la oca con los hermanos mayores o con los padres,
  • salir al parque y jugar con otros niños,
  • ver una película de la tele juntos,
  • dibujar, pintar,…
  • coger los juguetes y jugar con los hermanitos más pequeños,
  • hacer manualidades como las que hacemos en el campamento,

Llegó el turno de los mayores (10 a 14 años):

  1. Proyección de un power point relacionado con el uso de las RR.SS., juegos y otras cosas de internet y diálogo.
  2. ¿Quiénes están en RR.SS. y desde cuándo?, ¿por qué están ahí y para qué?.
  3. ¿Qué sucede cuando pasamos mucho tiempo con el móvil, en las RR.SS., videojuegos,…?.
  4. ¿Cómo reducir riesgos de adicción o desengancharnos del uso abusivo de estas tecnologías?.
  5. ¿Qué pasaría si empleáramos estas tecnologías para lo estrictamente necesario?, ¿cómo influiría eso en nuestras relaciones con los más cercanos, en nuestro rendimiento académico, etc...?.

Y sus respuestas:

En primer lugar se manifestaron pasotas, como riéndose del tema “pues ya estas cosas las saben de sobras porque en los colegios se dan charlas sobre este asunto”.

Se les aportaron varios datos para que dejaran de tomarse a risa estas cuestiones:

  • Más de 8’1 millones de personas en España se consideran adictas al móvil, lo que representa el 28’5% de la población entre 18 y 65 años (en Europa la media es de 12’7%), según datos de la Oficina Técnica de Prevención y aumenta de año en año,
  • Los españoles dedican un promedio de 4 horas y 22 minutos al día a su móvil.
  • Jóvenes: Entre los jóvenes de 18 a 24 años, el 47% se considera adicto al móvil, con un uso diario de 6 horas y 48 minutos.
  • Primer y último contacto: El 61% de los españoles reconoce que lo primero y lo último que hacen cada día es mirar su teléfono.
  • Independencia del móvil: 3’14 millones de españoles afirman que no podrían estar más de una hora sin su móvil.
  • Factores: La recepción constante de notificaciones y la necesidad de estar al día en redes sociales son factores que contribuyen a la adicción al móvil, según la Clínica López Ibor.
  • Síntomas: Entre los síntomas de la adicción al móvil se encuentran el uso del teléfono en momentos de soledad y la ansiedad por la falta de acceso, según el Diario AS.
  • Nomofobia: Existe un miedo creciente a quedarse sin teléfono móvil, conocido como nomofobia, que afecta a un porcentaje significativo de la población española, según el Centro Rodero.
  • Las adicciones tienen mucho que ver con el aislamiento social, bien provocado por elementos externos o por decisiones tomadas por cada persona.

Las risitas disminuyeron drásticamente y se empezó a dialogar sobre las preguntas que se planteaban y éstas fueron sus respuestas:

  • Todos están en redes sociales y desde hace años; están ahí porque es la manera de pasar ratos (unas cuantas horas cada día).
  • Les costaba ver que eso les quita mucho tiempo de otras cosas; daban la impresión de ser menos conscientes de ello que los niños pequeños y por lo tanto no veían la necesidad de dejar de abusar de los móviles o las RR.SS.
  • Justificaban esa actitud  diciendo que "no pueden ni salir de casa para encontrarse con sus amigos y además ven que todo el mundo hace igual, también sus padres”.
  • Les costó mucho contestar a la última pregunta porque no veían alternativas al uso de internet, los móviles y las RR.SS.

Algunas reflexiones.

Mientras en Europa ya hay legislaciones que tratan de prevenir los niveles de adicción a internet, RR.SS. y móviles, en España seguimos en un limbo que habla de recomendaciones pero no de planteamientos que protejan a los colectivos más vulnerables a la manipulación mediática, a la exposición de contenidos inadecuados para niños pero al alcance de cualquiera, etc…

Existen centros escolares, muchos ya, que denostan los libros de texto en papel por considerarlos ya cosa del pasado, igual que menosprecian la escritura a mano, lo memorístico (que es una capacidad mental clave para nuestra existencia), lo experiencial,… y reducen todo al uso de tablets y móviles (y así nos va y peor nos va a ir en apenas sólo una década como se siga así).

La precariedad laboral, el alto precio que se paga por alquileres y la cesta de la compra, obliga a buscar mil empleos o trabajar muchas horas cada día para poder subsistir… mientras se reduce cada vez más el tiempo de estar con los hijos y fomentar las relaciones familiares presenciales.

El problema no son las nuevas tecnologías (internet, tablets, móviles, RR.SS.,...) sino el equivocado e incluso nefasto uso -a veces- que estamos haciendo de todo ello, incluso en la escuela por la falta de criterios claros y realmente educativos de quienes tenemos el deber de orientar de manera responsable a las nuevas generaciones en su proceso de formación integral de toda su personalidad, tanto en su dimensión intrapersonal como interpersonal y medioambiental.

¿No será cuestión de darnos cuenta de la dirección que estamos siguiendo, pensar a qué nos llevará esto, pensar en quienes sufrirán las consecuencias de nuestra inconsciencia y falta de responsabilidad?, ¿no será cuestión de que desde la familia y la escuela, especialmente en estos ámbitos, (sin olvidarnos de nuestros gobernantes, la Administración Pública y los M.C.S.) nos planteemos qué sociedad queremos construir?.


Santi Catalán
santi257@gmail.com

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