martes, 12 de noviembre de 2019

Fracturas y reconciliación

Podemos sufrir una enfermedad, una lesión, un contratiempo,… y sin embargo tenemos la capacidad de superar todo ello mediante nuestra voluntad, empeño o esfuerzo para poner en juego todas las medidas que consideramos necesarias para resolver la situación; en este proceso todo nuestro ser habla el mismo lenguaje, busca el mismo objetivo y todo nuestro ser se armoniza para lograrlo.
¿Qué ocurriría si no fuera así?. ¿Qué pasaría si queriendo curar una lesión resulta que no cesamos de provocarnos a nosotros mismos nuevas lesiones?.
Nunca llegaríamos a ese estado de salud que supuestamente deseamos. Hay una fractura en nuestro proceder que afecta a todo nuestro ser.

Así sucede en lo social, en todo grupo humano.

Desde lo que nuestra entidad percibe constatamos las siguientes fracturas:
  1. Por una parte se dice que “se está creando empleo” pero esa creación de empleo es muy precario:
    • bajos salarios, que no están a la altura de los precios (hipoteca/alquiler, alimentación,, etc...),
    • horarios que hacen difícil o imposible acceder a otros empleos o compatibilizarlo con lo familiar,
    • sobre el papel hay un calendario/horario laboral pero en la vida real se hace otro (o lo tomas o lo dejas),
    • ...
  2. Por una parte “el mundo cybernético abre mil posibilidades” a nuestra sociedad pero al mismo tiempo actúa de filtro y medio de exclusión:
    • ya es prácticamente imposible hacer llegar un CV a empresa alguna si no es por vía telémática,
    • otro tanto para pedir cita previa para lo que sea, ya no vale presentarse en una entidad sin haber hecho eso a través de internet,... y si no tienes conexión a internet...
    • ...
  3. Por una parte “valoramos enormemente los valores que se transmiten a través de la familia” pero la enorme inseguridad en lo laboral, en el mantenimiento del techo que nos cobija, el costo de la cesta de la compra,... empuja a formas de hallar las lentejas que van desde lo delictivo a lo servil y degradante de la dignidad humana:
    • prostitución (es lo que constatan quienes trabajan junto a las personas que la ejercen: incluso algunas personas que la habían abandonado están regresando ahora a ella pues ven cerradas todas las demás puertas),
    • delincuencia (tráfico de drogas,...),
    • economía sumergida (haciendo cancamitos aquí y allá,... sin contrato ni nada que pase por Hacienda pues... o lo hacen así o no los "contratan"),
    • abandono de la participación ciudadana en foros de construcción comunitaria y educativa,...
    • ...
    • Cada vez son menos quienes pueden decir que aunque con apuros… llegan bien a final de mes y logran mantener armonía en su ámbito familiar.
  4. Por una parte se nos llena la boca de alabanzas acerca de “nuestro avanzado modelo democrático”, un modelo, dicho sea de paso, en el que quien ordena y desordena es el poder financiero (el dios dinero mediatiza la política global y todas las políticas regionales y locales) y así es como se van generando cada vez más desigualdades. En este sistema:
    • se nos permite votar cada cuatro años (o se nos pide de mil maneras para justificar a fin de cuentas el cheque en blanco que les entregamos a quienes a través de este "juego" se aseguran la poltrona en el poder),
    • se valora la rentabilidad monetaria y si algo no es rentable en términos economicistas... sencillamente se abandona,
    • priman unas políticas sobre otras en función también de esa rentabilidad economicista,
    • ...
  5. Hoy todo el mundo habla de “respeto y cuidado del Medio Ambiente”, hasta las eléctricas (ahora construyen molinos de viento por todas partes, ahora que ya tienen la tecnología y el dinero para seguir manteniendo sus monopolios cuando antes obstaculizaban cuanto podían cualquier proyecto que ellas no pudieran dominar), pero:
    • las grandes cadenas comerciales siguen fabricando ropa-basura, objetos de consumo de usar y tirar… hasta las impresoras domésticas se han convertido en eso: ya nadie las repara cuando se averían (un detalle: vale casi tanto un pack de cartuchos como la impresora), etc…
    • se hace mucho hincapié en las RRR (reciclar, reutilizar, reducir,...) haciendo recaer la responsabilidad principal en quien compra los productos pero sin tocar los métodos con los cuales se producen,
    • sigue sin haber una normativa universal que obligue a todos para problemas medioambientales universales provocados por todos (especialmente por quienes más contaminan: China y EE.UU.),
    • en Europa están prohibidas ciertas formas de producción animal, agrícola, industrial y minera, así que empresas sin escrúpulos obtienen sus productos en países donde no están estas normativas y los envían a Europa y... entonces consumimos eso que esas empresas fabrican fuera... con lo cual estamos potenciando el gran fraude medioambiental,
    • ...
Hay muchas otras fracturas que se haría largo detallar tanto a nivel local, regional, nacional e internacional,... entre ellas, por citar una más, “la universalización de los móviles, las redes sociales,...” que nos acercan a todo el mundo… mientras nos alejan de quienes tenemos al lado y van propiciando una inmensa masa de personas solas, desconexas y desconocedoras de lo humano que hay en cada uno, cada uno de los que tenemos al lado; ¿casualidad?, ¿no será que esa desconexión está cuidadosamente conectada con una clara intención de aislarnos a todos?,... Como mínimo da que pensar.

Y concluyo con una última: Nos quejamos de la insolidaridad de la gente, de la falta de políticas laborales, sociales, de auténtica justicia,... de la falta de coherencia de la Iglesia con sus propios postulados,... pero:
  1. ¿sabemos dónde están los locales de nuestras AA.VV.?, ¿sabemos lo que se hace en ellas?, ¿participamos?, ¿proponemos en ellas otras maneras de trabajar por la construcción de proyectos comunitarios útiles para todos?;
  2. ¿conocemos bien nuestra parroquia?, ¿sabemos lo que se hace en ella además de las Misas, primeras Comuniones, bodas y funerales?, ¿participamos de sus asambleas?;
  3. ¿en qué sindicato estamos?, sabemos que son imperfectos y a base de seguir una determinada corriente ideológica se han sometido a intereses partidistas pero si sabemos que son un motor de cambio… ¿por qué no nos implicamos en ellos?;
  4. lo mismo cabría decir de la militancia en partidos políticos, plataformas reivindicativas, etc…
  5. ...
  6. ¿Qué hacemos para cambiar esto de lo que tanto nos quejamos?. ¿Cuáles son nuestros puntos de encuentro?, ¿cómo los potenciamos?.
¿Por dónde pasa la reconciliación?.

La RECONCILIACIÓN pasa por:
  1. Buscar la coherencia con nosotros mismos: Necesitamos hacer unidad entre lo que pensamos, sentimos, hablamos y hacemos:
    • No exijamos al otro que sea coherente con su ideario si nosotros no lo somos.
    • Está muy bien ser críticos con los errores ajenos, pero nos vendría bien un poco de humildad y empezar por la autocrítica y ya luego, si queda tiempo, ya urgaremos en el ojo del vecino.
    • Ocupémonos de vivir nuestra unidad completa pues si en nuestro ser individual estamos divididos (lo que pensamos no es lo que decimos o no hacemos aquello que decimos...) imposible será que logremos mostrar convencimiento ni entusiasmo alguno.
  2. Mantener el juicio crítico frente a todo lo que nos deshumaniza:
    • Empezando por nosotros mismos, la autocrítica.
    • Abrir los ojos a todo cuanto atente contra los Derechos Humanos, contra nuestra Casa Común y denunciarlo de todas las maneras posibles y en todos los ámbitos de militancia en los que nos encontremos.
    • Contrastemos informaciones, no nos dejemos manipular por ideología alguna sino que busquemos en nuestras grandes "cartas de navegación" (la principal de ellas la que nos dejó el Maestro de Nazaret con su mensaje hecho vida y también la de los DD.HH., O.D.S., D.S.I.,...) los criterios que orienten nuestras actitudes, hechos, pensamientos y palabras.
  3. Buscar y construir espacios de encuentro y de diálogo abierto con el otro:
    • Ahí están nuestras parroquias, AA.VV., plataformas reivindicativas, sindicatos, partidos políticos, ONGs,...
    • Acerquémonos a estos espacios no sólo para exigir o pedir servicios sino también para ofrecer, compartir, aportar conocimientos, experiencia, recursos, tiempo,...
    • Seamos en ellos ejemplo de diálogo abierto sin orejeras de burro (sin encorsetamientos ideológicos), tolerancia, compromiso y coherencia.
  4. Y por implicarse para trabajar en la viabilidad de las soluciones… pero desde lo que somos realmente, liberándonos de la ansiedad de quien “por no ser todo perfecto ya deja de luchar porque queda demasiado por alcanzar”.
Santi Catalán


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