La Biblia: “Antes de hablar aprende, y antes de la enfermedad cuídate. Con los
remedios el médico da la salud y calma el dolor; el farmacéutico hace sus
mezclas, para que la criatura de Dios no perezca. Llama al médico, porque el Señor
lo creó y no lo alejes de ti, pues te es necesario. Logra acertar porque él oró
al Señor para que lo dirigiera en procurar el alivio y la
salud para prolongar la vida del enfermo". (Eclesiástico cap. 38).
Fuentes de información: nuevatribuna.es; No, gracias;
STATISTA (2018). ctxt.es; el diario.es;
Discovery Salud; Medicamentos que matan y crimen organizado (Edi. Lince); Arsenal terapéutico;Evaluate, etc. etc.
Hace unos días saltó a los medios de comunicación la
noticia procedente de la OMS (Organización Mundial de la Salud), que un
medicamento, llamado Valsartán para tratar la tensión arterial y fabricado en
China, estaba contaminado con un producto potencialmente cancerígeno ("N-Nitrosodimetilamina NDMA)", una impureza
que podría producir cáncer, según la Agencia Internacional para la
Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud
(OMS).
Aparte de que el título de este escrito, sea bastante
sensacionalista para reclamar nuestra atención sobre un grave e importante
problema, lo cierto es que en el proceloso mar de los medicamentos, hay
bastantes cosas que no están nada claras y huelen bastante a contaminación, a
veces química, pero también de
inmoralidad y corrupción.
A Jesús de Nazaret le bastaba que la gente tuviese fe
verdadera en si misma (“tu fe te ha salvado”) para sanar de sus enfermedades,
pero hoy la cosa es mucho más incierta y no sabemos muy bien en manos de quien
estamos, ciertamente no en las de Jesucristo, porque el mundo del medicamento
está bastante lleno de cosas poco claras
y sospechosas, que es para desconfiar a
veces, y no poco, de las multinacionales farmacéuticas.
Los intereses económicos y corporativos de algunas
multinacionales están tan presentes y tan faltos de ética y honestidad, incluso
a veces por encima del bien y la salud del enfermo, que llevan a sospechar y
desconfiar de ellas e incluso de algún profesional que nos prescribe sus
medicamentos.
No es fácil adentrarse en este mundo del medicamento
porque todo es impreciso: los aspectos técnicos, los datos estadísticos, la
información tan insegura que dan, y sobre todo la que dejan de dar, las cifras
económicas astronómicas que manejan, las mismas enfermedades que a veces ya no
sabes si son reales o inventadas, las sanciones tan enormes a las que son
castigadas por diferentes fraudes, etc.
Veamos:
La globalización le ha permitido a las Multinacionales farmacéuticas maximizar sus
beneficios ya que compran las materias primas en los países donde son más
baratas (países en vías de desarrollo), instalan sus fábricas en donde las
condiciones laborales son más ventajosas y venden sus productos
fundamentalmente en los países donde la población tiene mayor poder adquisitivo
y los servicios de salud están más desarrollados. Desde hace unos años a esta
parte vemos proliferar cada vez la propaganda de medicamentos en la TV, como si
el medicamento fuera un artículo más de consumo como un detergente o una
lavadora, lo cual envilece el rigor y la consideración que debe tener un
producto directamente relacionado con la enfermedad y la salud.
Son uno de los sectores económicos más importantes del
mundo. El mercado farmacéutico está casi a nivel de las ganancias por ventas de
armas o las telecomunicaciones. Por cada
dólar invertido en fabricar un medicamento se obtienen mil de ganancia.
El sector farmacéutico se encuentra
en continuo crecimiento y se caracteriza por una competencia oligopólica en la
que 25 empresas controlan cerca del 50% del mercado mundial. Un reducido grupo
de países (Estados Unidos, Unión Europea y Japón) dominan la casi totalidad de
la producción, investigación y comercialización de los fármacos en el mundo. Los
precios que fijan son muy elevados, lo que los hace inaccesibles a una gran
parte de la población mundial, mientras que algunos de sus productos dañan la
salud de los enfermos.
El 90% del
presupuesto dedicado por las farmacéuticas para la investigación y el
desarrollo de nuevos medicamentos está destinado a enfermedades que padecen un
10% de la población mundial (cáncer, artrosis, diabetes, trastornos de lípidos,
hipertensión, etc).
Su poder oligopólico está poniendo en riesgo la
sostenibilidad de los sistemas sanitarios públicos y el acceso a los medicamentos
a gran parte de la población; han generado graves problemas de salud
(Talidomida), han creado situaciones de alarma social para vender sus productos
(Tamiflú contra la Gripe A) y han promovido la corrupción (sobornos a médicos y
políticos) o dañado a la salud a personas.
De las 10 más grandes Multinacionales Farmacéuticas, 5 tienen su sede en
Estados Unidos (50%), 2 en Suiza (20%), otras 2 en el Reino Unido (20%), y 1 en
Francia (1%), aunque también hay empresas japonesas, europeas y nórdicas con importantes niveles de ganancias.
Algunas informaciones dan un reparto ligeramente diferente.
El mercado farmacéutico mundial se estimó en 1,11 billones de dólares en
2017 y se prevé que alcance los 1,43 billones de dólares en 2020. En 2017
las 15 principales compañías farmacéuticas mundiales generaron ventas por valor
de 568.617 millones de dólares, lo que representa el 51% de la cuota de mercado
mundial. La
factura farmacéutica PÚBLICA en España superó
los 10.000 millones de euros en 2017 y el pago de
esta factura la realizan fundamentalmente las administraciones
sanitarias, a través de la financiación de los hospitales, públicos y
concertados, y mediante el pago a las oficinas de farmacia. Pero el mercado
farmacéutico total en España se encuentra en los 18.902 millones de euros (F:
Redacción Médica).
Los márgenes de ganancias de estas industrias son muy importantes
alcanzando a veces entre el 70 y el 90%, con una tasa de ganancias del 20%,
superando ampliamente el 15,8% de los bancos comerciales.
Las 10 más importantes:
Nombre
|
Ventas en
2017
|
Ganancias
en
|
|||
en
millones de $
|
millones
de $
|
Nacionalidad:
|
|||
52824
|
47,4
|
EE.UU.
|
|||
39494
|
37,5
|
SUIZA
|
|||
35850
|
38,3
|
|
|||
35151
|
41,4
|
EE.UU.
|
|||
33464
|
23,5
|
EE.UU.
|
|||
32562
|
45,4
|
SUIZA
|
|||
29953
|
11,7
|
EE.UU.
|
|||
25638
|
34
|
G.BRETAÑA
|
|||
23002
|
28,4
|
G.BRETAÑA
|
|||
22991
|
EE.UU.
|
El tratamiento (Sovaldi) de la Hepatitis
C se ha convertido en su origen en uno de los tratamientos más caros de
los historia, costando una pasilla 1.000 veces más que producirla. Gilead, su
productora, llegó a cobrar hasta 78.000 € por un tratamiento de 12 semanas. La Universidad de
Liverpool demostró que el costo por pastilla era tan sólo de 0,90 €. Para muchos enfermos de algunos países de ingresos medios, los acuerdos
de licencia voluntaria restrictiva de Gilead siguen dejando el tratamiento
fuera del alcance de los ciudadanos y sus Gobiernos. (Ver Médicos sin Fronteras
27/03/2017).
Algunas
farmacéuticas a la hora de hacer investigaciones sobre la cura de nuevas
enfermedades prefieren hacer investigaciones sobre enfermedades más rentables que sólo favorecen a una
minoría que es la población con más poder económico y no se preocupan por
hallar curas para aquéllas que padecen los más pobres. Estas industrias se
preocupan más por su rentabilidad que por ayudar a la sociedad.
Nueva Tribuna publicaba el 19 de agosto de 2017 un
escrito de la Federación de Asociaciones para Defensa de la Sanidad Pública,
que entre otras cosas dice:
“El mercado
farmacéutico supera las ganancias por ventas de armas o las telecomunicaciones".
Por cada dólar invertido en fabricar un medicamento se obtienen mil de
ganancias, gracias a que si alguien necesita una medicina y dispone de recursos
la compra.
La capacidad competitiva se basa en la investigación y
desarrollo (I +D), en la apropiación de las ganancias mediante el sistema
de patentes y en el control de las cadenas de comercialización de los
medicamentos.
Estas empresas buscan conseguir fabulosas ganancias, recurriendo a
estrategias muchas veces cuestionables que gracias a su poder suelen gozar de
una gran impunidad, aplastando a competidores menores y presionando a los
gobiernos.
Entre las principales estrategias utilizadas hoy por
la industria farmacéutica para obtener sus ganancias mil millonarias cabría
destacar:
- Realizan una gran presión propagandística de los medicamentos que fabrican, aunque no sean útiles y puedan ser nocivos para la salud.
- Explotan al máximo los medicamentos en forma de monopolio y en condiciones abusivas que no tienen en cuenta las necesidades objetivas de los enfermos ni su capacidad adquisitiva.
- Reducen la investigación de las enfermedades que afectan principalmente a los países pobres, porque no son rentables, mientras se concentran en los problemas de las poblaciones con un alto poder adquisitivo, aun cuando no se trate de enfermedades (como la proliferación de “medicamentos” antienvejecimiento).
- Fuerzan las legislaciones nacionales e internacionales para favorecer sus intereses, aunque sea a costa de la salud y la vida de millones de personas.
Una estrategia que
incrementó el poder político y económico de las grandes compañías farmacéuticas
estadounidenses fue la ley de extensión de patentes (Ley Hatch-Waxman) aprobada
por Reagan en 1984, (hasta esa fecha la política de patentes no afectaban a los
medicamentos por considerarlos un bien necesario). Esta medida se extendió
posteriormente al resto del mundo gracias a la creación de la Organización
Mundial del Comercio (OMC) en 1994, que vela por que la globalización no afecte
a los intereses del gran capital multinacional. Ahora el 60% de las patentes de
medicamentos son de EE.UU., frente al 20% de la Unión Europea. Gracias a esto
EE.UU. domina el mercado de los 50 medicamentos más vendidos.
Problemas
asociados a las patentes de medicamentos:
- Dificultan el acceso a la atención sanitaria y a la disponibilidad de medicamentos esenciales a gran parte de la población por su elevado coste que es fijado abusivamente por los laboratorios.
- Favorecen los intereses industriales a expensas de la mayoría de la población. El caso del tratamiento de la Hepatitic C con Sovaldi a un precio brutal es un ejemplo paradigmático.
- Imposibilitan una auténtica competencia.
- Son injustas con los países subdesarrollados.
El principal argumento para
mantener las patentes de los medicamentos está en los gastos por investigar
nuevos medicamentos, sin embargo la mayor parte del coste de la investigación
de un nuevo fármaco no recae sobre la industria ya que los gobiernos y los
consumidores financian el 84% de la investigación, mientras que solo el 12%
correspondería a los laboratorios farmacéuticos.
En realidad, el
incremento de los costes no está relacionado con la fabricación de los
medicamentos, ni tampoco con la inversión en investigación y desarrollo, sino en los gastos asociados a la comercialización y la promoción de sus
productos. Mientras que la investigación y desarrollo de fármacos recibe en
torno al 13% del prepuesto, los gastos de marketing suponen entre el 30-35%.
Las claves
de la actuación deberían ser:
1.- Modificar los criterios de la financiación pública
y la fijación de precios, para que estos incluyan criterios que tenga en cuenta
los costes reales de la investigación y producción. Existen algunos mecanismos
que deben de plantearse como las subastas de medicamentos para abaratar los precios, revisiones de los precios abusivos, los precios por equivalentes
terapéuticos, los contratos de riesgos compartidos e incluso la denuncia de las
patentes cuando las empresas quieran imponer precios abusivos e irracionales
valiéndose de su situación de monopolio.
2.- Garantizar
el abastecimiento de los medicamentos eficaces, evitando los que se producen
por intereses económicos de las empresas farmacéuticas, para ello es importante
contar con una empresa pública farmacéutica que pueda asegurar la fabricación
de los medicamentos necesarios.
3.- Fomentar el
uso racional del medicamento para lo que es precisa la creación de agencias de
evaluación y una muy activa política sobre los prescriptores de formación y
evaluación independiente de la industria, de utilización de la medicina basada
en la evidencia y de prevención del uso inapropiado de los mismos.
4.- Complementario
a lo anterior es el control estricto del marketing y la información
realizada por la industria y su financiación de eventos “científicos”.
5.- Desarrollar
la investigación pública tanto para orientarla hacia los principales problemas
de salud como para desarrollar patentes públicas que permitan escapar de
la asfixia económica de las patentes privadas.
6.- Eliminar los copagos del RDL 16/2012 para acabar
con las barreras económicas para el acceso de medicamentos necesarios. (Nota
personal: el actual Gobierno ya lo está planteando).
Algunas de estas medidas son fáciles de implementar y
otras tienen una eficacia más a medio plazo, pero lo que es evidente es que hay
que plantarle cara a la industria farmacéutica y anteponer el derecho a la
salud a los desproporcionados beneficios empresariales.
Federación de Asociaciones para la Defensa de la
Sanidad Pública”.
Pfizer acepta un acuerdo
con el Departamento de Justicia de Estados Unidos por una sanción de 2.300
millones de dólares en 2009.
Novartis llega a un
acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos por valor de 423
millones de dólares en 2010.
Sanofi-Aventis, acusada de
fraude, accede a pagar más de 95 millones de dólares en 2009.
GlaxoSmithKline paga una
sanción de 3.000 millones de dólares en 2011.
AstraZenecaNovartis desembolsa
520 millones de dólares en 2010 por las acusaciones de fraude.
Johnson & Johnson, multado con 1.100 millones de dólares en 2012.
Eli Lilly, condenada a
pagar más de 1.400 millones de dólares por marketing ilegal en 2009.
Merck, condenada a pagar
670 millones de dólares por fraude a Medicaid en 2007
Abbott, condenada a
pagar 1.500 millones de dólares por fraude a Medicaid en 2012.
Aparte de
estas grandes sanciones hay otras muchas
de menor cuantía, así como otros fraudes tendentes a aumentar las ventas,
consistentes en acortar la fecha de caducidad, o poner límites muy estrictos a determinadas patologías, como
en la diabetes, el colesterol, la tensión arterial…, pues cuanto más se reduzca
el límite superior primero se considerará enfermedad y primero habrá que
medicarse, y…más ventas.
Sobre la
estrategia comercial de las Multinacionales Farmacéuticas puede leerse el libro: Medicamentos que matan y crimen organizado (Edit. Lince).
Afortunadamente
las legislaciones nacionales e internacionales en los países desarrollados son
cada vez más rigurosas con las multinacionales farmacéuticas en defensa de los
pacientes, pero lamentablemente en el Tercer Mundo aun falta mucho camino por
recorrer.
El Servicio
Público de Sanidad es de máxima importancia para la gran mayoría de la
población. Sin ella nos sería imposible el acceso a una sanidad de calidad. Por
tanto debemos defenderlo incondicional y absolutamente y dar todo nuestro apoyo
a todas las organizaciones que luchan sinceramente por este objetivo, y no sólo
por nosotros, sino también por todos los seres vivos que nos sirven de
sustento, cuya buena salud sin duda también condiciona la nuestra.
En las fuentes
de documentación que damos al principio hay mucha más información sobre este
importante tema, que podemos consultar.
Un cordial abrazo a tod@s y a todo aquello que
sostiene nuestra vida en este mundo (animales, peces, aves, árboles, plantas: dañarlos o hacerles
sufrir sin necesidad es una manifiesta inmoralidad…).
Faustino Vilabrille
faustino.vilabrille@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario