viernes, 4 de marzo de 2016

Berta Cáceres

El "mundo" no perdona.
Los valores ¿valores? del "mundo" no perdonan.
No perdonan los que tienen el "lucro a costa de lo que sea y de quien sea" como tendencia exclusiva o primordial.
No perdonan los que ansían tanto el poder y el control sobre el resto de la humanidad que se olvidan de que "los otros" son también de su carne y de su sangre.
No perdonan quienes ven frustradas sus aspiraciones de enriquecimiento desmedido por personas sencillas y humildes pero VALIENTES como Berta Isabel Cáceres Flores.
No perdonan al pueblo que es capaz de organizarse y luchar por sus derechos, derechos humanos y la preservación del medio natural que les sustenta y en el que se desenvuelven.
No perdonan..., no perdonan.

Berta Isabel Cáceres Flores, nacida el 4 de marzo de 1973, murió -según informe oficial local- como consecuencia de las heridas sufridas "cuando un grupo de asaltantes entró en su domicilio para robar" el 3 de marzo de 2016. Contaba con 33 años.
Obtuvo el "premio Medioambiental Goldman" en 2015 y en los medios de comunicación se le califica de "activista pro-Medio Ambiente" cuando su militancia y lucha por la defensa de los colectivos más desfavorecidos, en especial del pueblo lenca, iba bastante más allá: la constante llamada de atención sobre la violación de los Derechos Humanos.
En su militancia se observaba claramente que la ecología, la justicia, la paz,... DD.HH. en suma están intrínsecamente unidos.

No vamos a añadir nada a lo que ya ha sido publicado hasta la fecha, sin embargo desde Justicia y Paz Tenerife queremos rendir un homenaje a lo que su lucha significó y significa para todos quienes apostamos por el pleno respeto y cumplimiento de los Derechos Humanos en cualquier ámbito de la vida social, política y económica de cualquier sociedad, de cualquier lugar del mundo.
Con este sencillo apunte queremos también llamar la atención sobre nuestra RESPONSABILIDAD y nuestras POSIBILIDADES para poder llevar a cabo nuestro compromiso en la defensa de estos DD.HH.: no necesitamos ser grandes potentados, tampoco se precisa ostentar la presidencia de ningún país, autonomía ni municipio alguno,... basta la firme determinación de hacer vivo el convencimiento que albergamos, comunicarlo y no cesar en el empeño de hacer nuestras las dignas y legítimas aspiraciones de cada persona, cada colectivo,... que sufra la injusticia o amenazados sus derechos humanos más elementales.

PARA AMPLIAR, CONTRASTAR O PROFUNDIZAR:

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