(Continuación de Comunidades Acogedoras y Misioneras (III): "Orientaciones para la conversión y Pastoral con los migrantes").
VI. PROPUESTAS DE BUENAS PRÁCTICAS.
Nuestra pastoral quiere
contribuir a la revitalización de la Iglesia presente en medio de cada barrio, ciudad
o pueblo. La propia teología pastoral nos propone afrontar un cambio de
enfoque: pasar de entender la acción pastoral para los migrantes a concretar
una acción pastoral con los migrantes, tratando de centrar la misión no tanto
en «ellos», sino en «un nosotros cada vez más grande» (JMMR 2022).
Para llevar a cabo esta
pastoral el documento hace una serie de PROPUESTAS DE BUENAS PRÁCTICAS:
1. Para
crecer en coordinación, misión compartida y trabajo en red:
- Designar agentes de pastoral con liderazgo, delegados o directores de secretariados diocesanos que trabajen en equipo, integrando a migrantes. Si no es posible, nombrar al menos referentes diocesanos para cuidar la pastoral con migrantes y tener interlocución con el Departamento y el resto de las diócesis
- Promover algún espacio de coordinación y misión compartida en torno a las migraciones (secretariado de migraciones, Cáritas, CONFER, En algunas diócesis las llaman Mesas de Migraciones, Mesa de la Hospitalidad.
2.
Contribuir a la formación de todos: seminaristas, presbíteros, laicos:
- Promover encuentros de formación sobre Doctrina Social de la Iglesia en relación con las migraciones.
- Ofrecer formación específica a ministros y agentes de pastoral para evitar sesgos xenófobos. Conocer la verdadera realidad de las migraciones para no caer en las garras de tantos bulos. Salir al encuentro, mejorar la escucha, establecer contacto con los recién llegados e invitarlos a conocer y participar en la comunidad local.
3. Cuidar la participación activa de las personas migradas.
- Revisar los programas pastorales diocesanos, parroquiales, de vida consagrada, movimientos, santuarios, centros educativos, etc., para ver si sus actividades de misión facilitan o no, la acogida, participación e inclusión de los migrantes y refugiados.
- Promover la participación activa de los migrantes católicos en la vida de la diócesis, de las parroquias, involucrándolos en los consejos pastorales parroquiales. Nuestras comunidades están siendo revitalizadas por la presencia de personas que vienen de fuera.
4.
Construir comunidades acogedoras y hospitalidad.
Promover experiencias de hospitalidad, generando procesos de inclusión y potenciando espacios de escucha y encuentro, lazos de amistad. Por ejemplo: grupos de oración, cafés-tertulias, talleres de formación para personas recién llegadas.
5. En coherencia con la
cultura de la vida.
Cuidar la maternidad en situaciones vulnerables. Se trata de detectar y proteger a las mujeres migradas en estado de gestación y a las mujeres solas con niños a su cargo, e identificar potenciales víctimas de la trata, asegurándoles el apoyo necesario y la derivación a proyectos de protección cuando la situación lo requiera.
6. Trabajar juntos por la plena
ciudadanía de todos.
- Incidir social y políticamente de acuerdo con el concepto de "plena ciudadanía", según la Fratelli Tutti, que favorece la integración y nos impulsa a reclamar leyes que permitan el acceso a la regularización, al trabajo digno, la vivienda, la educación, la cultura, etc. (FT 131).
- Apoyar y respaldar de forma activa las iniciativas de trabajo en red entre entidades eclesiales y otras organizaciones que trabajen por la integración y la acogida a nivel de pueblos, barrios y sociedad civil en general.
7. Ser parte de las narraciones
positivas y el servicio a la verdad.
- Que las delegaciones o secretariados de migraciones junto con Cáritas y las oficinas diocesanas de comunicación, concreten el modo de transmitir por todos los medios posibles narraciones que muestren a la comunidad cristiana lo positivo que aporta la migración a las comunidades y a la sociedad, así como la forma de desmentir bulos.
- Que en la predicación y actividad pastoral contribuyan a visibilizar positivamente la aportación de los migrantes al bien común de la sociedad y la parroquia, evitando actitudes de racismo y aporofobia.
- Propiciar momentos y espacios de encuentro entre generaciones y culturas que posibiliten la escucha, superen prejuicios y favorezcan el enriquecimiento mutuo.
- Da a conocer a las poblaciones autóctonas los complejos problemas de las migraciones y contrarrestar los recelos infundados y los prejuicios ofensivos hacia los extranjeros, a contribuir con la verdad para ayudarnos a reconocer y vencer el miedo al otro.
8. Abiertos al diálogo ecuménico e interreligioso.
- No podemos obviar la presencia de otras confesiones cristianas y religiones con las que tenemos que convivir, dialogar y trabajar juntos a favor una convivencia pacífica.
- Que las delegaciones o secretariados de migraciones, junto a los responsables diocesanos de ecumenismo y diálogo interreligioso promuevan actividades que contribuyan a reflexionar sobre la migración y a participar en un diálogo interreligioso desde la vecindad, mediante actividades de formación y conocimiento mutuo entre religiones, más allá de las generalizaciones y los prejuicios.
(CONTINUARÁ)
- Jornadas Nacionales de JyP "Derechos Humanos y Migraciones". (25 a 27 de abril-2025).
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