Comunicado conjunto de la Mesa Diocesana de Migraciones.
Las entidades de Iglesia vinculadas al ámbito de las migraciones en nuestra Diócesis Nivariense (Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro), queremos mostrar nuestra preocupación por la situación de vulneración de derechos que están viviendo tantas personas migrantes llegadas a nuestras costas en los últimos meses. Y lo hacemos sumando nuestra voz a la de tantas personas y entidades que se han pronunciado cuestionando la viabilidad de las medidas adoptadas en el marco del llamado Plan Canarias.
Nuestras islas no pueden convertirse en un muro de bloqueo sistemático y retención de las personas que llegan impidiendo su traslado a otros lugares del Estado o de Europa. Esto está suponiendo una gran frustración de las personas que llevan aquí varios meses sin ver claro su futuro y con la única perspectiva de la expulsión.
Nos parece inaceptable que, con la experiencia acumulada de Canarias en tantos años en relación al fenómeno migratorio, se haya dado una falta de planificación tan grande por parte de las autoridades responsables para garantizar unas buenas condiciones de acogida de emergencia.
Cuestionamos la creación de grandes campamentos como centros de atención temporal para las personas extranjeras porque no se puede garantizar una atención digna debido al gran número de personas, y porque las condiciones de las infraestructuras creadas se han demostrado con muchas deficiencias. Y, además, son recintos que no facilitan la integración en el entorno cercano donde se encuentran.
En estas condiciones deficientes, sumado a la frustración que sufren las personas por la incertidumbre ante su situación y el no poder continuar su camino, es previsible que surjan momentos de tensión, enfrentamiento y violencia como los vividos recientemente.
Apuntamos el gravísimo problema de los menores de edad con limitación de acogida en los recursos disponibles y del futuro inmediato al que se enfrentan: desprotegidos, sin expectativas, sin nada que hacer ni donde estar.
Nos preocupan, al mismo tiempo que comprendemos, las reacciones de miedo y desconfianza de parte de la población local ante las personas migrantes por la sensación de inseguridad, máxime cuando se ve muy claro que éstas se hallan sin ocupación alguna y quedando muchas veces en situación de calle.
Y nos preocupan ese miedo y esa desconfianza porque arrancan de una situación de enorme inseguridad y precariedad en lo laboral, de niveles de pobreza que siguen creciendo, que hacen ver como rivales a quienes vienen desde otros lugares del planeta.
Nos parece inaceptable que estos miedos y desconfianzas se utilicen por alguna ideología que justifica el racismo y xenofobia generando además una crispación social que a nadie beneficia y sí nos perjudica como sociedad.
No queremos olvidar la tragedia de la muerte de tantas personas que han muerto en esta ruta migratoria canaria, huyendo del hambre, del dolor, de la guerra, persiguiendo sus sueños de una vida mejor y el sufrimiento de sus familias que desconocen muchas veces cual ha sido el destino de sus seres queridos.
Nos hacemos eco de la “carta pastoral” de nuestros obispos canarios del pasado 15/11/2020 “Eco de Lampedusa” en Canarias reeditando la atención que las personas inmigrantes necesitan empezando por la acogida respetuosa y comprensiva de todas las situaciones y mundos que traen a cuestas, la denuncia de la globalización de la indiferencia ante este drama o lo que es peor: el rechazo, racismo y xenofobia de que son víctimas y reivindicar el lema de ACOGER, PROTEGER, PROMOVER E INTEGRAR sin excluir a nadie viviendo la experiencia del “buen samaritano” y construyendo así una sociedad hermanada pues quien es Padre de todos y todas nos llama a la fraternidad universal.
Recogemos también la petición, por parte de la Conferencia Episcopal Española dirigiéndose a la Unión Europea y al Gobierno Español, en la que se afirma que “no se pueden crear guetos insulares para evadir el problema migratorio” y apunta claramente a las causas de estas migraciones reclamando, por lo tanto, medidas que ayuden a los países de origen a generar recursos y estructuras en ellos que hagan innecesario el tener que emigrar, máxime cuando en la actualidad muchos de estos países viven un neocolonialismo y desequilibrios comerciales empobrecedores cuando no se convierten en escenarios de guerras provocadas y sostenidas por intereses económicos de las grandes potencias.
Concluimos haciendo un llamamiento a:
- Toda la Comunidad Cristiana:
- Para que tomemos conciencia de la vocación a la que estamos llamados: ser Buenos Samaritanos con todo ser humano que sufra la pobreza, la exclusión social, la vulneración de derechos, poniendo en práctica el programa propuesto de ACOGER, PROTEGER, PROMOVER e INTEGRAR.
- Y por lo tanto seamos capaces de crear una CULTURA DE ENCUENTRO, tal como nos propone el Papa Francisco constantemente superando miedos, prejuicios y desconfianzas que sólo nos llevan a abandonar a cada quien a su suerte.
- Nuestros gobernantes: autonómicos, nacionales y europeos a quienes pedimos:
- Una apuesta clara por el cumplimiento de los Derechos Humanos más elementales para todas las personas en situación de pobreza o exclusión social y para las personas migrantes en particular.
- Creación de infraestructuras debidamente dotadas para atender dignamente a las personas que ya se hallan en suelo europeo (este problema no es sólo canario, es internacional).
- Coordinación de protocolos en la fase de llegada de personas migrantes a cualquier punto para que puedan llegar a sus destinos sin añadir nuevos infiernos a su trayectoria.
- Recuperación del 0’7% del PIB para los países en desarrollo y generación de infraestructuras económicas en los mismos, de manera que sea innecesaria la migración forzosa a otros países.
- Denuncia del tráfico de armas y políticas imperialistas de las grandes potencias que se lucran con la proliferación de conflictos bélicos, y que sólo buscan el beneficio de intereses de las grandes entidades financieras inversoras en armamento y en el continuo expolio de los recursos naturales de toda África y Latinoamérica.
Santa Cruz de Tenerife, abril de 2021
No hay comentarios:
Publicar un comentario