Las promesas siguen sin cumplirse para muchos, la desesperanza y frustración ante tanta fantasmada se hizo dueña de mucha gente que sin paleativos castigó a las fuerzas políticas mayoritarias de este país en las pasadas elecciones municipales, de los cabildos y autonómicas.
“No hay dinero”.
Es obvio, no hay dinero para poder
cumplir con tanto discurso político falto de honestidad y honradez, pero sí lo
hay para incrementar
el gasto militar a más del 2% del PIB totalmente sumisos a lo que manden
los mandamases en la OTAN –que todos sabemos quiénes son-.
No hay dinero para acabar con el paro y la precariedad
laboral que sumen en la desesperación a millones de españoles (sepamos
también que hoy día “tener trabajo inclusive con nómina, ya
no es garantía alguna para poder salir de la pobreza o no caer en ella”;
así andamos), pero sí hay para comprar armas a EE.UU. que luego servirán para
defender sus intereses, no los nuestros.
No hay dinero para una Sanidad
Pública debidamente dotada de personal y medios materiales de acuerdo con
la demanda social pero sí lo hay para pagar tratamientos en clínicas privadas
con fondos públicos cuando ya el tiempo de espera empieza a ser más que
escandaloso o para las aseguradoras que crecen como hongos.
No hay dinero… para garantizar el cumplimiento de los Derechos Humanos más elementales pero sí para alimentar la usura de los que más tienen. A esta conclusión nos llevan estas realidades que cualquiera puede constatar.
Y otra vez La Palma.
El incendio
que la azota desde la madrugada del 15 de julio amenaza con entrar en la
Caldera de Taburiente y… ni un triste avión apagaincendios en la isla
disponible. No hay dinero para adquirir unos cuantos de estos aviones o
helicópteros apagaincendios que tengan su base fija en las islas occidentales
canarias, pero sí para comprar 20
aviones de guerra con un presupuesto de más de dos mil millones de euros. Esos
aviones no sirven para salvar vidas humanas sino para aniquilarlas, no sirven
para construir sino para destruir, no sirven para llevar ayuda humanitaria sino
para deshumanizarnos más todavía.
Necesitamos honradez y compromiso real.
Hasta aquí la queja pero que quede
constancia de ella pues la ciudadanía necesita algo más que mítines, discursos
bien estructurados, imágenes que causen buena impresión y críticas furibundas
contra los otros.
La inmensa mayoría de la gente de este
país (digámoslo así por si acaso haya quien no lo quiera de esta forma)
quiere vivir de una manera digna:
- Con un techo digno que pueda pagar y no condene a la gente a acudir a las parroquias o a CÁRITAS a pedir bolsas de alimentos porque con lo que queda después de pagar alquiler, electricidad, agua,… no da ya para nada.
- Con un trabajo debidamente remunerado y cuyo contrato refleje el horario que se está haciendo realmente, que permita conciliar la vida familiar y el descanso también.
- Con una atención sanitaria accesible para todos sin listas de espera ni resumida únicamente en administrar pastillas y demás medicamentos que no sólo no curan sino que ocasionan daños añadidos.
- Con intervención directa e inmediata en casos de catástrofes naturales como las del volcán de La Palma o este incendio recién declarado en la misma isla pues las familias que sufren sus efectos necesitan vivienda y alimento hoy,… no dentro de un año o más.
- Con promesas basadas en voluntad política y en efectivos que permitan cumplirlas; la mentira sólo genera desconfianza, desilusión y sensación de que lo único que hacen es burlarse de nosotros.
¿Es demasiado pedir?. Porque si hay dinero para la industria de la muerte ¿no lo puede haber para la vida?.
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